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domingo, 24 noviembre 2024
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Street Fighter, la leyenda: Culpables como el pecado

Para utilizar una analogía futbolera cabría preguntarse qué lleva a un excelente defensor a convertirse en un mediocre delantero. La inquietud viene a colación de lo acontecido con la carrera del polaco -residente en Estados Unidos desde 1972- Andrzej Bartkowiak que se inició a fines de los sesentas como un distinguido director de fotografía. Sin ir más lejos, fue el DF indiscutido de Sidney Lumet en once películas consecutivas (entre ellas Príncipe de la ciudad, El veredicto y Trampa mortal). Luego de tres décadas de intenso trabajo este funcional técnico de la industria abandonó su histórica actividad para sentarse en el sillón del director de una serie de impresentables productos de acción de la talla de Romeo debe morir, Red de corrupción, De la cuna a la tumba o Doom, la puerta del infierno. En consonancia con lo realizado en este último título, Bartkowiak reincide en la adaptación al cine de un videojuego con la patética Street Fighter, la leyenda que no sólo agiganta en el recuerdo a aquel filme protagonizado en 2005 por Dwayne “The Rock” Johnson sino que también pone en una perspectiva más favorable a la desastrosa aventura rodada por Jean-Claude Van Damme hace tres lustros (Street Fighter, la última batalla… ¿alguien la recuerda?).

Uno de los mayores inconvenientes evidenciados en estos escuálidos vehículos de acción, fantasía y terror inspirados en los juegos de consola pasa por la nula creatividad de sus hacedores en todo sentido: argumentos inexistentes, desarrollo de personajes raquíticos y una incapacidad absoluta para disimular con inteligencia las limitaciones presupuestarias. A diferencia de la plata que se invierte en filmes con otras temáticas –como los de superhéroes, por ejemplo- este subgénero paulatinamente ha perdido encanto entre los grandes estudios porque si algo ha demostrado el tiempo es que el rendimiento en las boleterías no justifica un gasto importante de ninguna manera. Por ende, y con la sola excepción de alguna gema anómala como Terror en Silent Hill, el destino lógico para estos subproductos es la clase “B” más ramplona. Con tantas obras de valor inéditas en nuestro país, es realmente casi una ignominia que se estrene en salas un despropósito del calibre de Street Fighter, la leyenda.

Con cincuenta millones de dólares un director chino o hongkonés más o menos apto para el género –llámese Ringo Lam, Tsui Hark o Corey Yuen- es capaz de plasmar en el celuloide un montón de ideas visuales interesantes con un ritmo arrollador y esa energía tan particular que los orientales saben conferirle a sus historias. El delirio narrativo y el sentido del humor del que hacen gala en la mayor parte de su extensa filmografía tampoco encuentran un mínimo eco en esta desganada propuesta de artes marciales con la que Andrzej Bartkowiak nunca se compromete a fondo. Dirigir con “oficio” o cierta “prolijidad” es equivalente a poner el piloto automático en lo que se está haciendo y desentenderse de todo…

Lo irrelevante que resulta el planteo argumental reprime cualquier interés de contarle al lector de qué va la trama. No obstante, una aclaración: por enésima vez volvemos a encontrarnos con el enfrentamiento a cara de perro entre las fuerzas del bien y del mal; la presencia de un ”elegido” (el hilarante y nunca bien ponderado “chosen one” de Kung Pow) que debe ser “adoctrinado” previamente por el gran maestro antes de la pelea final y una larga serie de lugares comunes que echan más sombras que luces sobre el asunto. En el medio hay varias escenas de acción, sí, pero tan repetitivas e insípidas que aburren de lo lindo.

Los actores que se vieron involucrados en este proyecto probablemente a esta altura ya hayan olvidado su participación en el mismo o estén procurando lograrlo. Chris Klein y el eterno villano Neal McDonough deben estar encabezando la lista junto con las bellas Kristin Kreuk (vista muchas temporadas como Lana Lang en la serie Smallville) y Moon Bloodgood. Tampoco tienen excusas si firmaron el contrato habiendo leído el guion: son tan culpables como el pecado…

Título: Street Fighter: La leyenda.
Título original: Street Fighter: The Legend of Chun-Li.
Dirección: Andrzej Bartkowiak.
Intérpretes: Kristin Kreuk, Chris Klein, Neal McDonough, Robin Shou, Moon Bloodgood, Josie Ho, Taboo, Michael Clarke Duncan, Cheng Pei-Pei, Edmund Chen, Tim Man, Siri Sirijane y Emilze Junqueira.
Género: Acción, Crimen, Fantasía.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 96 minutos.
Origen: Canadá/ India/ EE.UU./ Japón/ Tailandia/ China.
Año de realización: 2009.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 01/10/2009.

Puntaje: 2 (dos)

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