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jueves, 21 noviembre 2024
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Karate Kid: ¿No debería ser Kung-fu Kid?

Por Marcos Rodríguez

Decir que Hollywood se está quedando -o se quedó hace rato- sin ideas sería un juicio además de vacuo, falso. Lo que sí es evidente es que en tiempos de crisis las grandes productoras prefieren apostar por lo seguro y filmar películas que, suponen, tienen el éxito garantizado. ¿Cuál es la fórmula de estos últimos años?: la remake. En este caso, en coproducción con China, fuimos a ver una nueva Karate Kid.

Un dato curioso es que el “chico karate” ya no practica karate, sino que en este caso viaja a la China (por cuestiones laborales en la era de la globalización) y lo que termina aprendiendo es kung-fu. Quien le enseña, por supuesto, es Jackie Chan, que aparece viejo, muy macizo, tal vez un poco exagerado en su expresión de tragedia pero que porta muy dignamente cada una de sus arrugas. El título Karate Kid funciona como carnada puramente comercial, pero si el espectador está dispuesto a entregarse a este juego, va a pasarla bien.

Podría sorprender también la recontextualización de la película en la China (causa de esa muy morosa primera parte de la película y estrategia, sospechamos, del gobierno chino para mejorar su imagen internacional), pero termina funcionando. Marca una diferencia en una película que, de todas formas, sigue muy rigurosamente a su predecesora. Un sabor nuevo en un plato ya conocido, digamos. Y hay conciencia de esto: la escena del Sr. Han con la mosca es muy buena, pero funciona únicamente como referencia a la famosa escena con mosca del Sr. Miyagi. También la forma en que se trabaja desde el kung-fu aquel famosísimo gesto de “encerar y pulir”.

De todas formas las cosas han cambiado y esta nueva versión ofrece una dosis mucho más alta de acción, con escenas no solo más largas, sino también desarrolladas con mucho más detalle, con cámaras que giran, piñas que zumban, coreografías elaboradas que, en cierta forma, se reflejan en la presencia de Jackie Chan en pantalla. Tenemos más música. Un aspecto que parece un poco más dudoso (aunque no necesariamente sea falso) es la forma en que se transporta el comportamiento de adolescentes de secundaria en Estados Unidos a una escuela en la China contemporánea.

Más allá de los detalles, lo que sobrevive es el “espíritu” de esa perfecta cosa pop que fue Karate Kid, una película ligera y con “mensaje de vida”, divertida y cargada de un exotismo barato (que se atenúa un poco en esta versión pero que todavía se encuentra, por ejemplo, en la escena en la que, sin motivo aparente, aprendiz y maestro practican kung-fu en medio de la Muralla China), de romance adolescente (en este caso preadolescente) y exploración de uno mismo. Un Karate Kid para las nuevas generaciones, para que tengan su propio Daniel san (xiao Dre) un poco más canchero, con lindos pasos de baile y más multicultural.

Título: Karate Kid.
Titulo Original: The Karate Kid.
Director: Harald Zwart.
Intérpretes: Jaden Smith, Jackie Chan, Taraji P. Henson, Wenwen Han, Rongguang Yu y Zhensu Wu.
Género: Acción, Drama, Familia, Remake.
Duración: 138 minutos.
Calificación: Apta todo público.
Origen: China/ EE.UU.
Año Realización: 2010.
Distribuidora: Sony Pictures.
Fecha Estreno: 24/06/2010.

Puntaje: 7 (siete)

El staff opinó:

A pesar de lo excesivo de la duración, esta remake del original conserva la esencia de lo que fuera uno de los hitos del cine ATP de los 80 para conformar a aquellos que siguieron la saga atentamente y seducir a un nuevo público para el cual el film se reserva características particulares de la época, como la referencia a los video juegos en la puesta en escena del torneo final. Jaden Smith demuestra no sólo ductilidad a la hora de actuar sino una destreza física impresionante, y Jackie Chan lo secunda sin ningún esfuerzo aunque con menos carisma -es cierto- que Noriyuki “Pat” Morita…Pablo E. Arahuete (6 puntos)

Esta paupérrima remake de la recordada Karate Kid (1984) intenta con desesperación combinar la estructura de la original con la ambientación de la primera secuela, fallando indefectiblemente en ambos casos: bajar la edad del protagonista convierte a la trama en una ridiculez total (hasta incluyeron un interés romántico para el chico de doce años) y como si fuera poco el realizador Harald Zwart abusa de las tomas turísticas de Beijing (no hacía falta remarcar cada cinco minutos que esto es una coproducción). Ni Jaden Smith ni Jackie Chan son convincentes en sus actuaciones, limitados por un guion anodino cuyos únicos momentos pasables calcan al detalle las vicisitudes del clásico ochentoso. De hecho, aquella maravillosa química entre Pat Morita y Ralph Macchio sobrepasa por lejos todo lo aquí logrado.Emiliano Fernández (3 puntos)

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