Por Pablo Arahuete
Quienes hayan tomado alguna vez contacto con los cortometrajes de Melisa Aller encontrarán en su tránsito al largometraje con Las decisiones formales (2015) algunos rasgos de estilo característicos e inclusive el barrio de Constitución como espacio para la poética de su experimentación con el formato Super 8 y el montaje en cámara.
En este caso, todo ese bagaje se mixtura con una suerte de ficción que sigue el derrotero de una protagonista trans, Kimby (Alma Catira Sánchez), quien ejerce la supervivencia cotidiana, primero vendiendo lo que puede en las cercanías del ya mencionado lugar, además de someterse a los códigos del mercado laboral, donde corre con todas las desventajas.
Kimby escribe poesía y también canciones que aparecen a lo largo de los 65 minutos como parte sustancial de este relato experimental, el cual apela a los recursos más austeros para construir una poética propia, desde las imágenes en blanco y negro, que buscan romper la monotonía de los grises, por ejemplo, y también en los movimientos frenéticos de cámara o los ralentis, según sea el caso.
El problema es que Melisa Aller parece condicionada por el título de su largometraje, porque la forma o los formalismos que buscan explícitamente ausentarse de todo convencionalismo visual opaca el contenido; desvían la atención sobre el personaje, su entorno y sus conflictos. A esto cabe sumarle que a la poca ficción se le impone un tono desde los diálogos de una sobre exposición y grandilocuencia que no aporta absolutamente nada al estilo y por momentos dejan en evidencia las costuras del guión.
Título: Las decisiones formales
Directores: Melisa Brito Aller
Intérpretes: Alma Catira Sánchez, Eleonora Paoletti
Calificación: No definir
Género: Experimental
Duración: 65 minutos
Origen: Argentina
Año de realización: 2015
Fecha de estreno: 05/05/2016
Distribuidora: Independiente
Exhibe: Centro Cultural de la Cooperación -Consultar horarios-
Puntaje 4 (cuatro)