Por Pablo Arahuete
Toda peregrinación marca un recorrido. Ir hacia adelante, cueste lo que cueste para llegar a una meta. Tal vez una ofrenda, agradecimiento, o una manera de estar cerca de algo que no se explica con palabras como la fe. Largos travellings de izquierda a derecha o viceversa exponen el paisaje invisible por donde transita la fe y ese travelling peregrino acopia una polifonía de testimonios.
Las voces de hombres y mujeres intercaladas deconstruyen y construyen fragmentos de un mito, el de Antonio Mamerto GilNúñez, desde aquellos que lo conocieron antes de su muerte hasta sus más profundos devotos que lo invocan como el Gauchito Gil.
A caballo, con indumentaria de gauchos, banderas rojas y una simbólica cruz, galopan para llegar a tiempo todos los 8 de enero a Mercedes, en la provincia de Corrientes. Y allí lo único que se escucha y se ve es al Gauchito Gil, entre puestos ambulantes al costado de una ruta, donde se amuchan los que van llegando. La cámara encuentra los rostros, algunos emocionados pero ninguno con cara de abatimiento, y registra un ritual más que una procesión. Cambian las fisonomías y los paisajes quedan intactos cuando el travelling viaja a otros años, otros ciclos del ritual con rostro cada 8 de Enero.
La ópera prima de Lía Dansker, Antonio Gil (presentada en el BAFICI15) toma la distancia de lo religioso para generar un espacio cinematográfico al ritual y al valor de la fe. Escapa de la idea antropológica a secas y busca entre cada relato los puntos en común y los contradictorios para que el mito viva.
Sin otra intervención que la de estar allí, a pasos de ese lugar donde se congregan diferentes sectores que van desde un gaucho hasta un punk, a veces con la idea de celebración en el aniversario de la muerte de Antonio Gil. Todo concluye en un verdadero interrogante; en una apuesta a creer en algo que se escucha o que se vivió en carne propia. De ahí el refuerzo de la idea del milagro, de la protección constante entre los vivos, entre aquellos que piden cosas posibles con un compromiso porque como cuentan algunos “así como el Gauchito te da, cuando no le cumplís te quita…y tal vez ni te das cuenta”.
Pero hay quienes hablan de un hombre, un peón de estancia humilde y rebelde, el desertor de pañuelo rojo, alrededor de quien se creo todo lo que las imágenes de este documental registran.
Cómo explicar entonces la fe, cómo filmarla, ¿a quién pueden molestar aquellos que creen en el Gauchito Gil? Tal vez esa respuesta no tenga sentido y baste con reconocer que existe algo por encima de todos nosotros y que eso va más allá de creer o descreer.
Documentales como el de Lía Dansker lo reflejan en cada plano secuencia, del silencio en la procesión anual y en el vaivén de un mito que como el viento sopla tan fuerte que puede hasta mover montañas.
Título: Antonio Gil
Título Original: Idem
Dirección: Lía Dansker
Género: Documental
Clasificación: Sin definir
Duración: 83 minutos
Origen: Argentina
Año de realización: 2013
Distribuidora: Independiente
Fecha de Estreno: Desde el 14 de Febrero en
Cine Gaumont, Avenida Rivadavia 1635
Funciones diarias: 12:30hs (Sala 3), 17:30hs (Sala 1), 20:30hs (Sala 2).
Puntaje: 7 (Siete)