back to top
jueves, 21 noviembre 2024
InicioCríticaLa Última Noche: La última cena

La Última Noche: La última cena

Por Miguel Robles, corresponsal Cine Nueva Tribuna, España

A finales de octubre, la ciudad de Málaga, España, vivió una simulación digna de película. Una concatenación absurda de elementos disonantes que supusieron un choque excéntrico de fechas y celebraciones. Un centro aglomerado por miles de malagueños con niños deambulando, con trajes de brujas y vampiros, alrededor de operarios qué ponían con discreción los primeros decorados de navidad. Por si fuera poco, cofradías cristianas marchaban en una Magna extraordinaria como en los tiempos de Semana Santa, entre el vitoreo solemne de una multitud qué volvía a juntarse casi dos años después.

La última noche (Silent Night, una noche de paz, según su título en inglés) se produce a partir del caos, y el mundo funciona de esa forma.

Dentro de la ópera prima de Camille Gryffin hay diferentes películas qué podrían tener potencial de funcionar singularmente, cosa qué se demuestra en los momentos que el film se vierte a uno de ellos.

En su comienzo, con tonalidades blancas qué podría perfectamente referir visualmente a las comedias románticas navideñas de finde por la tarde, se descubre con el paso de los minutos como una sátira intencionada del mismo, en el que sus protagonistas, magistralmente bien parados de este pudin entremezclado de géneros, son expuestos a cámara como estereotipos andantes de la clase alta y cumplidores a rajatabla del dogma familiar “cuánto nos queremos, aunque nos tengamos que ver una vez al año”. Cosas de chetos, decía una nueva integrante de la familia, muy a su pesar. Pasa la media hora y la película se degrada a un turbio relato paralelamente apocalíptico, una amenaza externa inexplicable de la que el espectador tendrá que ser partícipe de su comprensión, ya que no existe contexto científico de su naturaleza ni predeterminación del guión a suponerlo de manera directa. Bien entrado al nudo y la cereza del pastel (porque estamos en Navidad) adquiere diferentes vías de interpretación, extrapolando empáticamente con nuestro “cataclismo” pandémico vivido. Esa amenaza finalmente llama a su puerta con la consecución de un dramatismo que nos agoniza hasta la purgación final, mientras villancicos de Michael Bublé sonorizan una felicidad qué ha pasado a ser inexistente.

Pero el dramatismo final de sus personajes, que es la muerte, da igual si feliz o triste, necesita de un enfoque claro y no de una yuxtaposición indeterminada. Su plano final es conclusión a un brutal epílogo mucho más eficaz qué el batiburrillo previo de interesantes conceptos. Como nosotros, o la gran mayoría, la realidad que nos forma supera o por lo menos iguala a la ficción de los personajes: somos marionetas ignorantes y pasivas de un mundo siempre a punto de venirse abajo.

Título: La última noche.
Título Original: Silent night.
Dirección: Camille Griffin.
Intérpretes: Keira Knightley, Matthew Goode, Roman Griffin Davis, Annabelle Wallis, Kirby Howell-Baptiste, Lucy Punch, Lily-Rose Depp, Rufus Jones, Holly Aird.
Género: Drama, Horror.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 92 minutos.
Origen: Reino Unido.
Año de realización: 2021.
Distribuidora: BF + Paris Films.
Fecha de Estreno: 13/01/2022.

Puntaje: 6 (seis)

NOTAS RELACIONADAS

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

ÚLTIMAS PUBLICACIONES