Por Omar Tubio
Si hay una década en la que se produjeron un puñado de las mejores películas de todos los tiempos, esa ha sido la del ’70. Títulos como El Padrino, Apocalipsis ahora, Tiburón, All that 
jazz, El exorcista y tantos otros, permanecen hasta la fecha como verdaderas joyas del séptimo arte abarcando todos los géneros. También en esa época surgió un subgénero denominado poco más tarde como “cine catástrofe”, que con un film como Aeropuerto (1970) y todas sus secuelas, inauguraba un movimiento destinado a relatar todo tipo de situaciones límite generadores de pánico en masa con elencos multiestelares e infinidad de efectos especiales. En este grupo de films podríamos recordar títulos como Infierno en la torre (1974) y Terremoto (1974) que en aquel tiempo recaudaron millones en todo el mundo y hasta nos hicieron temblar en la butaca del cine (se acuerdan del sonido sensurround o algo así instalado en la sala de estreno?). Pues bien, de todo este grupejo de películas sin dudas sobresalía una a la cual con el tiempo se le había adjudicado el cetro de “el mayor clásico del cine catástrofe”: La aventura del Poseidón (1972), un film dirigido por Ronald Neame que con los años ha ido adquiriendo el status de cult movie y al cual siempre se recuerda con cariño, como hereditario de aquellas aventuras imposibles a las que nos entregábamos sin ninguna lógica y con el único objetivo de pasarla bien. La odisea de un heterogéneo grupo por sobrevivir dentro de un transatlántico al que una ola gigante ha dado vuelta contenía el mix ideal de una buena premisa argumental conjugada con una serie de personajes atractivos obligados a ayudarse mutuamente para salvarse de una muerte latente en todo momento. Neame conseguía mantener la tensión durante todo el metraje adosando momentos realmente emotivos que hacían de La aventura del Poseidón un producto muy disfrutable. Aparte, las personalidades antagónicas de Gene Hackman y Ernest Borgnine sumadas al inefable encanto de una Shelley Winters que se adueñaba de ciertas escenas eran un plus imposible de soslayar.
Tanto preámbulo sólo sirve para poner en contexto a la enésima remake de la gloriosa década que esta vez recae en Poseidón, encontrando detrás de las cámaras a un director muy experimentado en cuestiones acuáticas como lo es el alemán americanizado Wolfgang Petersen, responsable de El barco y La tormenta perfecta entre muchas otras, lo cual en principio es curioso ya que no es un director del montón, de aquellos a los que se les adosa una película de encargo como para cumplir. Petersen goza de cierto prestigio en la industria y si bien no comete la torpeza de atenerse fielmente al original (como si lo hizo John Moore en La profecía) lo cierto es que tampoco impone su sello entregando un film tan impersonal como innecesario.
Poseidón respeta el núcleo principal de la trama original y el hecho que lo ocasiona, pero se
permite libertades en cuanto a los personajes involucrados y a sus conflictos. Este cambio que debiera ser beneficioso termina jugando en contra y restando interés en lo dramático. Poco y nada es lo que se sabe de las historias de los que llevan adelante la aventura. Algunos datos sueltos, como tirados al azar, una llamada perdida, ciertos diálogos que preceden a la tragedia y listo, ya está, toda la carne al asador y el foco puesto en la acción y en el desenfreno por llegar al clímax, perdiendo de vista lo más importante: la empatía con los protagonistas. Esto es lo que no sucede en ningún momento y lo que hace que la película se hunda junto con el barco. Nada nos puede importar la suerte de los personajes cuando no hemos llegado a establecer un contacto o una identificación con ninguno de ellos. ¿Quién no recuerda la escena de la muerte de Shelley Winters en el original, tras el esfuerzo de atravesar nadando un largo trecho bajo el agua? O las agrias discusiones entre Hackman y Borgnine por imponerse como lideres en el grupo. Todo esto falta y se extraña en esta remake que quiso condensar en menos tiempo (98 minutos contra los 117 de aquella) la trama concentrando el interés en los efectos especiales (obviamente más certeros y creíbles, aunque digitales) y en un ritmo más acorde a la época. Ningún actor se luce demasiado por lo antes expuesto por lo cual tanto Kurt Russell, Josh Lucas y Richard Dreyfuss hacen lo que pueden dejando los gritos y lagrimas a cargo de las damas: Emmy Rossum y la argentina Mia Maestro.
Otra remake que no encuentra razón de ser y que obliga una vez más al consejo acostumbrado: alquile un buen DVD de la original y rememore una manera de hacer cine cada vez más lejana.
Título: Poseidón.
Título Original: Poseidon.
Dirección: Wolfgang Petersen.
Intérpretes: Josh Lucas, Kurt Russell, Emmy Rossum, Jacinda Barrett, Richard Dreyfuss, Mía Maestro, Kevin Dillon, Mike Vogel, Jimmy Bennett, André Braugher, Freddy Rodriguez y Fergie.
Género: Cine catástrofe, Thriller.
Clasificación: Apta mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 98 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de Estreno: 12/05/2006.
Puntaje: 5 (cinco)
