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jueves, 21 noviembre 2024
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De amor y desencuentro: Una comedia bipolar

De la variada producción cinematográfica francesa actual, excepto honrosas excepciones, los distribuidores locales suelen priorizar a las comedias de diversos tonos que les garanticen un mínimo reembolso comercial. No son necesariamente los filmes más esmerados artísticamente, pero desde que Francis Veber rompiera la taquilla con títulos como El placard o Hay un tonto en mi casa la más discreta de las propuestas es capaz de atraer a una interesante franja de público y convertirla en un éxito. Vaticinar cuál de ellas logrará hacerlo ya es otro cantar… ¿o acaso alguien se imaginaba que la ignota Muerte en un funeral –aún sin ser gala- lograría mantenerse entre las diez películas más vistas por más de un mes? En enero pasado lo intentaron infructuosamente con Mi novia Emma, un apenas correcto vehículo cómico/romántico al servicio de los innegables talentos de Alain Chabat y Charlotte Gainsbourg, y ahora con la todavía menos eficiente De amor y desencuentro, cuya fuerza principal reside en la química que pueda surgir entre los veteranos Jean Rochefort y la aún atractiva Charlotte Rampling. Pese a sus muchas debilidades argumentales esta historia ambientada en Londres no carece por completo de cierta gracia en su primera mitad pero defrauda por completo en su parte final y no la salva ni un osado (e innecesario) desnudo de la sesentona intérprete de Adiós hermano cruel y Portero de noche.

Esta vez el detonante de las acciones está vinculado con el cine. El cineasta Louis Rinard (Rochefort) realizó sus mejores obras en la década del setenta de la mano de su pareja/actriz/musa inspiradora Alice d’Abanville (Rampling). Cansada de las canitas al aire de Louis, la inglesa lo abandona y no vuelven a verse las caras por los siguientes treinta años. Ya grandecitos, cada uno conserva un recuerdo imperecedero del otro, pero al encontrarse en una entrega de los premios Batar (supuesto remedo de los BAFTA) ella no duda en humillarlo delante de los invitados y de los millones que siguen la transmisión televisiva desde casa. En la fiesta posterior a la ceremonia los ex amantes simulan ignorarse olímpicamente. A Louis lo acompaña su fiel asistente Rageaud (Isabelle Nanty), mientras que Alice es secundada por su aristocrático marido Lord Evelyn Gaylord (el ya fallecido Ian Richardson). Tras interpretar una ridícula canción llena de onomatopeyas (no menos ridícula que la participación previa de un acabadísimo Boy George) Alice se dispone a abandonar el salón cuando observa que Louis sufre una descompensación cardíaca. A raíz de este episodio el viejito piola recibe unos cuantos mimos y acepta gustoso la solidaria invitación del esposo de Alice, que le propone recuperar la salud en su fabulosa mansión familiar. Dicho esto, queda en evidencia la estrategia puesta en escena por el irregular autor y director Antoine de Caunes para propiciar la reconciliación de los tortolitos que no sólo nunca dejaron de amarse sino que, además, cuentan con la venia de Lord Gaylord, quien como lo delatan las tres primeras letras de su apellido no practica precisamente la heterosexualidad. Súmesele a eso que el dudoso hijo de Alice y el alegre lord cuenta con treinta años de edad y… ¡voilá! Tenemos una no muy nutritiva rutina fílmica tiernizada y servida a medio cocinar con los condimentos justos. Viniendo de los franceses que nadie se extrañe si el plato llena menos que una galletita de agua…

Contrariamente a 2 días en París, De amor y desencuentro no se excede en sus observaciones sobre las diferencias culturales entre Francia y el país de turno (Inglaterra para el caso que nos toca). Las críticas de Alice van orientadas al personaje y no hacen hincapié en su origen. Es una pena porque la película se hubiese beneficiado de haber resaltado ese marcado contraste con intenciones satíricas. En cambio, sí se reservan una buena ración de mala onda para los nuevos ricos que buscan colarse en la high society con un gusto tan atroz como exagerado. Si la burla fuera graciosa se justificaría, pero ni siquiera eso…

Charlotte Rampling luce gélida, bella y distante en su retrato de esa mujer dispuesta a olvidar el pasado para reeditar un amor inolvidable; Jean Rochefort, por su parte, apela a un registro payasesco, entre histriónico y simpático, que en ciertas escenas rinde sus dividendos y en otras resulta casi insoportable. La película refleja esa dualidad a la perfección. La tan mentada bipolaridad también llegó al cine…

Título: De amor y desencuentro.
Título original: Désaccord parfait.
Dirección: Antoine de Caunes.
Intérpretes: Jean Rochefort, Charlotte Rampling, Isabelle Nanty, Ian Richardson, Simon Kunz y James Thiérrée.
Género: Comedia, Romance.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 92 minutos.
Origen: Francia/ Inglaterra/ Rumania.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Pachamama Cine.
Fecha de estreno: 17/04/2008.

Puntaje: 5 (cinco)

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