Por Emiliano Fernández
Escondidos en Brujas (In Bruges, 2008) es un producto fallido, dicho esto desde múltiples puntos de vista. Aparentemente el realizador inglés Martin McDonagh quiso dejar en claro en su ópera prima que adora el cine de Quentin Tarantino y Guy Ritchie. Esta es la única explicación para semejante catarata de estereotipos y lugares comunes, tan noventosos como agotados. La verdadera imaginación y un eje narrativo sólido brillan por su ausencia.
La película gira alrededor de una suerte de “espera forzada” en la ciudad belga del título. Ray (Colin Farrell) y Ken (Brendan Gleeson) son un par de sicarios que recién terminaron un trabajito en Londres y ahora reciben por parte de su jefe Harry (Ralph Fiennes) la orden de esconderse hasta nuevo aviso. Mientras que Ken está obnubilado por la arquitectura medieval del lugar, el torturado Ray sólo puede pensar en el niño al que mató por accidente.
Cada uno de los intercambios verbales entre los personajes está construido en función de sonar posmodernos, graciosos y cancheros. Pero el combo aburre sobremanera, es muy
anacrónico y apenas si genera una o dos sonrisas. Parece que nadie le explicó a McDonagh que ya pasó el cuarto de hora de los diálogos inflados con trivialidades de la cultura pop, latiguillos cómicos de manual y un sinfín de insultos huecos, bastante repetitivos por cierto.
Nuevamente están presentes todos los condimentos necesarios para un “policial ensalada” que pretende puntear el humor negro: mafiosos salvajes pero con códigos, proveedores de armamento bizarros, prostitutas apacibles, drogas a montón y hasta algún que otro enano para que no se diga que falta alguien en el aquelarre. El film es larguísimo y carece de un mínimo desarrollo formal, sin siquiera llegar al nivel de un recorrido turístico standard.
Hay que remarcar esto último: Escondidos en Brujas debe haber sido financiada por la municipalidad de ese distrito portuario. Es que aquí nos topamos con una interminable sucesión de escenas en donde los dos protagonistas hablan y hablan sobre las bondades de la ciudad y su riquísima historia, como si eso agregara algo al relato o despertara simpatía. La rutina quemada de los asesinos a sueldo irascibles y paranoicos cae en un pozo ciego…
Título: Escondidos en Brujas.
Título Original: In Bruges.
Dirección: Martin McDonagh.
Intérpretes: Colin Farrell, Brendan Gleeson, Ralph Fiennes, Clémence Poésy, Jordan Prentice, Jérémie Rénier, Thekla Reuten, Eric Godon, Zeljko Ivanek, Ciarán Hinds.
Género: Comedia, Crimen, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 107 minutos.
Origen: Reino Unido/ EE.UU.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 02/10/2008.
Puntaje: 2 (dos)
El staff opinó:
–Para tomar nota: una película en la que a Colin Farrell no den ganas de pulverizarlo a trompadas debe ser digna de verse… Escondidos en Brujas hace posible este milagro y deja que uno se encariñe no sólo con Colin Farrell y compañía, sino también con ese hermoso pueblito llamado Brujas, situado en Bélgica, y del que la película hace un orgulloso alarde. Pero esta comedia negra con sicarios tarantinescos y postales de ensueño no merece ser vista porque estos elementos -de alguna manera- paguen la entrada de cine o amorticen el tiempo en la butaca. Se lo merece porque en su ciclotimia de tonos, en su mezcla de géneros y registros la película demuestra a cada minuto querer abrirse a lo extraño, a lo impensado, sugiriendo una búsqueda de identidad desde lo cinematográfico más que una cómoda manufactura de producto tipo. No muy a menudo uno se sienta a experimentar una obra con la incertidumbre y la carga hipnótica que Escondidos en Brujas transmite escena tras escena. Y más loable aún es que una vez terminado el viaje todo cobre un bizarrísimo sentido. Vale animarse… no es una “flick” de todos los días…– Juan Blanco (9 puntos)
