Por Pablo Arahuete
En Vermelho Russo, el director Charly Braun organiza la acción a partir del choque idiomático entre dos actrices y su entorno. Ambas coinciden en un viaje a Rusia para perfeccionar su actuación con la técnica del método Stanislavski. Durante ese proceso, experimentan distintas crisis, propias de la sensación de extrañamiento en tierras ajenas. En esta entrevista exclusiva, el realizador Charly Braun nos cuenta la experiencia de su segundo opus, un rodaje lejos de su Río de Janeiro natal, y las yuxtaposiciones entre el cine y el teatro.
Pablo Ernesto Arahuete: – Un tópico de tu película es sin duda la barrera idiomática para la comunicación de las protagonistas, actrices, con su entorno. ¿Eso se trasladó a tu propia experiencia en el rodaje en Rusia?
Charly Braun: -Absolutamente. El ruso es imposible para nosotros, tienen otro alfabeto. Y mucha gente con la cual yo trabajaba, especialmente actores, no hablaban inglés. Sorprendentemente, a veces eso llega a ser algo positivo, porque uno se comunica mucho más con sus expresiones, con su cuerpo, su mirada, su tono de voz, sus gestos, etc. De tal forma que no llegó a ser un problema. Claro que casi siempre había alguien en el equipo que podía traducir, pero a veces algunas cosas se perdían en las traducciones también.
P.E.A.: – La idea de ser extranjero ¿ Te seduce particularmente para mostrar un punto de vista distinto sobre un lugar ?
Charly Braun: -Seguro que sí, de tal manera que mis dos largos narran la historia de gente fuera de su hábitat natural. En “Por El Camino”, que se estrenó en cines acá en el 2012, los personajes principales eran un argentino y una belga en Uruguay. Ahora es un grupo de actores de Brasil, Argentina y Portugal en Rusia. Me parece que el estar en otro lado genera en las personas (tanto en la realidad como en la ficción) un estado de apertura a lo desconocido y diferente, que es muy particular e interesante, y puede generar muchas emociones desconocidas y situaciones que normalmente no serían usuales para esas personas/personajes.
P.E.A.: – ¿ Cuál fue la importancia de introducir el teatro como parte de la trama?
Charly Braun: -El film está inspirado en el diario de la actriz Martha Nowill, acerca de un viaje que ella hizo a Moscú con su mejor amiga para estudiar teatro. Y habla mucho sobre la actuación, tanto en las tablas como fuera de ellas. Es uno de los ejes temáticos y narrativos de la película. Estoy muy contento que la den acá porque Argentina tiene una tradición teatral muy sólida, definitivamente la más importante en Latinoamérica. Aunque sea para todo público, puesto que no es un documental sobre el teatro o la actuación, sin duda la proximidad de los argentinos con el teatro ayudará mucho al film.
P.E.A.: – ¿Cuál es tu método en la dirección de actores ?
Charly Braun: -Plagiando a una respuesta de Woody Allen a la misma pregunta, no hago mucho. Les doy un buen guión, dejo que hagan su laburo y después me llevo todo el crédito por las buenas actuaciones! Hablando en serio, trato de no interferir mucho. Creo con ellos una intimidad enorme y una empatía, les muestro que estoy del lado de ellos – yo ya fui actor- y al confiar ciegamente en mí suelen dar lo mejor de sí. Hago observaciones puntuales.
P.E.A.: – ¿ Cómo llegan las actrices protagonistas a este proyecto ?
Charly Braun: -Tanto las dos protagonistas como Soraia Chaves, la estrella del cine portugués, hicieron el curso de actuación en Moscú en el 2009, que fue descrito por Martha Nowill en su diario para la revista “Piaui”, que inspira el guión, de modo que no podría haberlo hecho con otras actrices. El hecho de que ellas de alguna manera interpretan para las cámaras una versión de ellas mismas le da muchas capas a la película y dialoga profundamente con los temas propuestos.
P.E.A.: – ¿Cuál fue la mayor dificultad durante el rodaje en Rusia ?
Charly Braun: -La comida, el alojamiento, el frío y el tráfico de Moscú, que es infernal.
P.E.A.: -¿ En qué diferenciarías una actuación para cine de una para teatro ?
Charly Braun: -No son tan diferentes en el fondo. Un buen actor trabaja bien en ambos. En el teatro naturalmente hay que expresarse con más fuerza, los gestos más grandes, la voz más alta para que todos te escuchen. Y ambos medios tienen sus particularidades estéticas, pero al fin y al cabo tanto en el teatro como en el cine el espectador- sea cual sea la estética de la obra- tiene que creer en lo que está viendo.