back to top
lunes, 16 septiembre 2024
InicioCríticaTempus fugit: Una mirada sin límites al pasado y futuro

Tempus fugit: Una mirada sin límites al pasado y futuro

Por Mónica Grau-Seto, corresponsal en España

Tempus Fugit se introduce en el universo de pensamientos y evocaciones de Camilo, un adolescente con una enfermedad muscular, en el momento en que transita hacia la vida adulta. La dialéctica de la película, cristalizada en un extenso registro fílmico de 16 años, navega entre la escritura de textos de corte filosófico, y conversaciones que mantiene con su amigo Luis, con una mirada crítica hacia los sistemas sociales, sus propias relaciones, y a sí mismo. Su forma de sentir, impulsa los saltos temporales en una dirección u otra, con sus derivas y ensoñaciones, similar a las formas en la que opera la memoria. El tiempo se convierte en tema y vehículo a la vez.

Crítica

Luciana Terribili estudió en SICA (Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina) y en IDAC (Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda) con especialidad en cine documental. Realizadora de documentales, directora de fotografía, Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda, en Argentina. Su trabajo de tesis fue Tiempo de elecciones en 1997, con el que obtuvo el primer premio del VII del Festival de Cine de Fernando Birri en 2011. En 2012 dirigió Un día gris, un día azul, igual al mar junto a su hermana Melina Terribili (Ausencia de mí).

Y ahora nos presenta un documental íntimo convertido en una mirada y un viaje hacia una persona con distrofia física, una historia que no sigue una línea temporal exacta ya que a veces vamos al presente y en otras al pasado, pero alrededor del protagonista vemos un entorno que no varía, formado por una red de personas con las que crece y dialoga durante varios años, los cuales son su gran amigo Luis, Ángela su hermana pequeña o su padre… mostrando una vida con un aprendizaje continuo a pesar de las dificultades añadidas al vivir con una discapacidad física.

La directora y propia madre nos introduce a la intimidad y a los pensamientos de Camilo, un adolescente camino a la vida adulta, dotado de gran inteligencia, sensibilidad y sentido del humor. A través de sus pensamientos y conversaciones diarias, sobre todo las reflexiones sobre el futuro que realiza junto a Luis, su gran amigo del alma, vamos conociéndolo mejor. También es enternecedor ver la llegada de su hermana pequeña y como él la protege, como ambos juegan y como crecen como adolescentes.

Respecto a Luciana, curiosamente ella es la voz en off que comparte y lee extractos y reflexiones escritos por el propio Camilo. Analizando la soledad, el desconocimiento, la tristeza, la falta de empatía, los amores perdidos, pero también los sueños y la amistad, casi a un nivel filosófico. Ella no se muestra delante de la cámara y no vemos esa interacción madre e hijo, aquí está detrás del objetivo, pero ese amor y orgullo de madre está presente en toda la filmación. No ha buscado el “camino fácil” tratando las dificultades de la familia con la aparición de una persona con discapacidad física, sino se ha centrado en dar voz y protagonismo absoluta a Camilo, y esto enriquece toda la historia.

El título elegido “Tempus Fugit” tiene el origen en un verso de las Geórgicas, obra del poeta romano Virgilio (70 a.C. – 19 a.C): “Sed fugit interea, fugit irreperabile tempus” significando huye mientras tanto, huye irreparablemente el tiempo, refiriéndose al inexorable paso del tiempo. Y Luciana juega con esta idea mostrando como el tiempo avanza para su hijo, y como este se plantea su propio futuro. Jugando en muchos momentos a un desorden temporal, alternando momentos pasado y presente, escenas de semana santa en España, coches circulando en movimiento inverso y creando algunas escenas casi oníricas.

Nos hallamos ante un extenso material rodado durante 16 años, por lo que muchas cintas del entorno familiar forman parte de este documental y sin duda, sintetizar tantos momentos en 92 minutos, organizar un guion y elegir los fotogramas no habrá sido una tarea fácil.

Hay muchos instantes en silencio y de observación, primeros planos del ojo de Camilo, con los que realiza escrutinio y analiza los instantes fugaces de la vida. Nos invita a mirar, ver los detalles y entender, y no girar la cabeza y mirar hacia otro lado, como hacen tantas personas ante una persona con discapacidad (algo que conozco en primera persona al ser madre también de un niño con discapacidad), al final todos buscamos lo mismo, sentirnos vivos y realizados, tener experiencias y tener el acompañamiento y respeto de la familia y amistades.

Y en esa elección de metraje el concepto del “tiempo” es importante, asistimos a conversaciones íntimas entre los dos amigos, hablando sobre el transcurso de ese tiempo, como están madurando y creciendo. Sin olvidar aspectos como la propia muerte y la percepción del dolor y la melancolía, el final de todo. Su amigo recuerda con dolor el fallecimiento de su madre. Las conversaciones son muy interesantes, demostrando una gran madurez en ambos, pero también ofrecen instantes muy bonitos y son muestra de esa complicidad que los han acompañado durante estos años, la enfermedad está presente, y Camilo comenta como habría sido su vida sin esa discapacidad, salir juntos más a menudo, el sexo y muchas vivencias más. En este juego con el paso del tiempo es interesante ver el contraste entre sus conversaciones infantiles, como cuando diseñan mentalmente un hogar del futuro para un Camilo independiente, con sistemas mecanizados para la cama o la silla, y el momento actual en que estudia en la universidad y además forma parte de un equipo de powerchair football, mostrando que Camilo no se pone límites.

Tener una discapacidad física no debe impedir a ninguna persona a cumplir sus sueños, y poder estudiar o formar parte de un equipo deportivo es enriquecedor y un derecho para cualquiera.

Camilo también reivindica, que tener dificultades físicas no tiene nada que ver con el intelecto, mostrando su destreza con el ajedrez y ver como juega con su padre y estudia las estrategias.

Hay una realidad que todas las personas deberíamos analizar y ser más conscientes de ello, hay quien nace con alguna discapacidad, pero con el tiempo cualquiera puede sufrir un accidente, descubrir que padece una enfermedad degenerativa o con la propia vejez convertirse en alguien con necesidades de apoyo o dependencia, por lo que no debemos apartar la mirada, debemos acercarnos y conocer al otro, descubrir su carácter, sentido del humor y valorar a la persona, ante todo.

Como el propio Camilo reflexiona, hay mucha dificultad en mantener la mente sana y es importante mantener contacto con el mundo exterior. El primer enemigo de uno es su propia mente, algunos callan “su monstruo interior” con música, otros lo ocultan con venganza, otros con amigos y al final cada persona encuentra su sistema de supervivencia.

El preestreno de Tempus Fugit se realizó en DOC BUENOS AIRES 2024 en la Sala Leopoldo Lugones/Teatro San Martín, y el estreno será el próximo 5 de septiembre de 2024 en el Cine Gaumont.

Título: Tempus fugit.
Título original: Idem.
Dirección: Luciana Terribili.
Intérpretes: Camilo Cena Terribili, Luis Torralba, Angela Cena Terribili, Leonardo Cena, Patricia Morena Bravo; voz en off Luciana Terribili.
Género: Documental.
Calificación: pendiente.
Duración: 92 minutos.
Origen: Argentina/ España.
Año de realización: 2024.
Distribuidora: Independiente.
Fecha de estreno: 05/09/2024.

Puntaje: 6 (seis)

NOTAS RELACIONADAS

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

ÚLTIMAS PUBLICACIONES