Por Iara Reboredo
El Beso de Judas es una película argentina que busca mezclar acción, suspenso y drama psicológico, pero, lamentablemente, no logra alcanzar su máximo potencial. Dirigida por Martin Murphy, y con un elenco encabezado por grandes figuras como Damián de Santo, Alfredo Casero y Martín Campilongo (Campi), la propuesta tiene todo para cautivar, pero su desarrollo deja mucho que desear.
Desde el inicio, la historia tiene un concepto intrigante: un hombre que busca venganza tras perder a su esposa y a su hija en un secuestro. Sin embargo, al poco tiempo del inicio se hace evidente que la narrativa carece de la profundidad necesaria para mantener al espectador enganchado. A pesar de la premisa prometedora, la película se enreda en giros innecesarios y una estructura narrativa confusa que hace que la historia pierda coherencia.
Las actuaciones de Damián de Santo y Campi se destacan en el mar de lo predecible. Ambos logran construir personajes interesantes para la historia. De Santo, en particular, se muestra sólido en su liderazgo en pantalla, mientras que Campi aporta algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver de su repertorio. También podría destacar a Adriana Salonia, que en su breve aparición creó los momentos más interesantes de la película. Por otro lado, Alfredo Casero se ve estancado en un papel que no ofrece mucho, es más, resta. Su actuación queda deslucida, y el personaje en sí carece de sentido como para resonar con el público que está viendo.
El guion es, sin duda, uno de los puntos más flojos de la película. Los diálogos, en lugar de ser vehículos para la evolución de los personajes o la trama, se sienten artificiales y poco naturales. Las interacciones entre los personajes son forzadas, como si estuvieran ahí solo para cumplir con una función mecánica, sin verdadera conexión que entrelace los hechos para ir formando la historia. Además, la película abusa de los flashbacks, que no solo son difíciles de distinguir del presente, sino que también interrumpen el ritmo y hacen que la narrativa pierda cohesión. La falta de claridad en la estructura y la forma en que se entrelazan los diferentes hilos narrativos contribuye a hacer la película aún más confusa y predecible, dejándonos con la sensación de que la historia no se ha contado de la manera más efectiva.
Un aspecto que sí merece reconocimiento es el uso de las locaciones. La película hace un excelente trabajo al aprovechar los escenarios del conurbano bonaerense. Aunque la historia en sí misma no logre captar completamente la atención, a mi particularmente me entretuvo ver las calles que me resultaban familiares, en cierto punto añaden una capa de autenticidad que, en algunos momentos, logran sacudir la monotonía de la trama. Ver barrios conocidos en una producción cinematográfica puede generar una conexión emocional con diferentes tipos de audiencia, ya que muchas veces acostumbramos a ver las zonas más conocidas de la ciudad.
El Beso de Judas es una película que, aunque tiene una premisa interesante y un elenco con potencial, se pierde en una ejecución floja. La falta de un guion sólido y la dirección confusa hacen que, en vez de ser un thriller atrapante, se convierta en una película difícil de seguir, predecible y algo monótona, con aspectos que no son suficientes para salvar una historia que no logra despegar. Pocas veces me quedo sin palabras respecto a una película, pero honestamente ya ni sabría que decir sobre esto, no hay vueltas para dar, ni especular. El Beso de Judas es un ejemplo de cómo, a veces, ni un buen elenco es capaz de salvar un guion confuso.
Título: El beso de Judas. Título original: Idem. Dirección: Martin Murphy. Intérpretes: Damián de Santo, Alfredo Casero, Martín Campilongo (Campi), Adriana Salonia, Fredy Villareal, Fernando Lúpiz, Gustavo Pardi, Virginia Fasceto, Luciano Linardi y Sophia Murphy.
Género: Policial, Thriller, Drama.
Calificación: AM 16 años. Duración: 96 minutos. Origen: Argentina. Año de realización: 2025. Distribuidora: Digicine. Fecha de estreno: 27/03/2025.
Puntaje: 3 (tres)