Durante los créditos iniciales, una serie de figuras preponderantes de los años ’80 desfilan frente a la pantalla. Charly García, Virus, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Soda Stereo fueron, entre muchos otros, algunos de los protagonistas de este emblema porteño. Paladium, epicentro de un ritual de consumo cultural irrefrenable y sinónimo de vida bohemia en su máxima expresión.
El realizador Francisco Novick comienza el trayecto caminando las mismas calles que su padre y un grupo de amigos, fundadores de una de las discotecas más icónicas de Buenos Aires. Especie de fantasma de la historia familiar, Paladium fue esa clase de emprendimiento que requiere para su concreción una considerable dosis de locura. El rastreo del documentalista comienza con una foto y una anécdota detrás. Inmejorable disparador a encontrar respuestas y reconstruir la figura y el legado paternal.
Ubicado sobre calle Reconquista al 945, en el corazón del bajo, este espacio polifuncional de tertulias y espectáculos sentó las bases de su estilo estético punk, glam y underground. Junto con Cemento y el Parakultural, Paladium concentró la abundante movida musical de una ciudad en estado de efervescencia. Polo de una cuantiosa oferta artística, manifestó su intención de convertirse en un nuevo Luna Park, revelándose como un foco de atención para músicos alternativos, con vistas a convocar y conjugar un amplio y variado público. Tal fue su sello de identidad durante su década de auge.
Interesado por la arquitectura del lugar, Novick se retrotrae a la construcción misma de la icónica discoteca. Una estructura tubular como eje de trabajo interior también resultó una declaración de principios estéticos para el antiguo galpón abandonado. En igual medida lo fueron los bocetos del diseño tipográfico que concretaran el recordado logotipo. Punto de partida para sus firmes convicciones artísticas: la política de crear e innovar posibilitaba un sinfín de ideas escenográficas y empresariales. Las propuestas podían prosperar porque las condiciones estaban dadas.
Entre cuantioso material de archivo, podemos ver imágenes de su demolición, algo que nos llena de tristeza. No obstante, la historia del local guarda en la memoria la magia de encuentros inesperados que trascienden el marco cronológico: artistas, deportistas y gente común y corriente podían mezclarse bajo el mismo techo. En sus instalaciones se codeó la farándula y también se promulgó el arte en todas sus ramificaciones existentes. En simultáneo, una incesante actividad ocurría puertas adentro.
Con enriquecedores testimonios de Cecilia Absatz, Narda Lepes, Isabel de Sebastián, el recientemente fallecido Carlos Masoch (Douglas Vinci), Rocambole, Lalo Mir, Renata Schussheim y Jorge Dorio, Una Noche en Paladium conforma un relato cargado de nostalgia. Los participantes ensayan posibles definiciones, y lo hacen con ocurrencia. ‘Una usina despojada de conflictos’. ‘Una isla de árboles eléctricos’. Artífice de nocturna hiperactividad, supo contrarrestar la carencia de recursos, como todo proyecto que nace de la emergencia. Inclusivo y heterogéneo, promulgó libertades en tiempos de incipiente democracia. Paladium plantó semillas de nueva rebeldía para un futuro que iba a necesitarlas como indispensable nutriente.
Premiere mundial BAFICI26.
Sección: Noches Especiales.
Jueves 3/04 – Gaumont
Miércoles 9/04 – Cinépolis
Título: Una noche en Paladium.
Título original: Idem.
Dirección: Francisco Novick.
Intervenciones de: Narda Lepes, Lalo Mir, Rocambole, Willy Lemos, Cecilia Absatz, Isabel de Sebastián, Carlos Masoch (Douglas Vinci), Renata Schussheim y Jorge Dorio.
Género: Documental.
Duración: 87 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2025.
Distribuidora: Independiente.
Estreno en Bafici: 03/04/2025.
Puntaje: 9 (nueve)
