Por Sergio Dobosz
Fuimos Soldados es otra historia real, otra historia “jamás” contada, otra historia que pretende ser un homenaje a los hombres caídos en Vietnam; otra historia que se cuenta mezclando valores como la lealtad, la amistad, el amor por un país y la injusticia de un gobierno que no sabía lo que estaba haciendo. Sumado a ello, se incorpora la reflexión y emotividad barata en frases y personajes –elementos a los que nos tiene muy acostumbrados Hollywood-, elaborando así una historia con pretensiones de entretenimiento absoluto y sin dejar tema por hablar.
El domingo 14 de noviembre de 1965 a las 10:48 a.m., el Teniente Coronel Hal Moore y sus jóvenes soldados arribaron a la Zona de Aterrizaje X-Ray conocido como “El Valle De la Muerte”. El Coronel Moore fue el primero en pisar el campo de batalla, para encontrarse él y sus aproximadamente 400 hombres rodeados por cerca de 2000 combatientes norvietnamitas. La batalla resultante fue una de las más salvajes en la historia norteamericana y el primer gran enfrentamiento entre soldados de Vietnam del Norte y de los Estados Unidos.
Mel Gibson como el teniente Moore, actúa una vez más de héroe bélico como lo hiciera en Corazón Valiente o El Patriota, y se convierte en el imán de taquilla para que el espectador acuda a los cines y así sufrir por más de dos horas uno de los discursos más patrioteros, políticos y lastimeros que haya hecho jamás Hollywood (prestar especial atención a la respuesta que brinda Gibson a su hijo ante la pregunta: “Papá, ¿por qué te convertiste en soldado?”); vemos a los soldados estadounidenses en sangrientas batallas atacados por los salvajes (?!) Vietcong, en las que a cada muerte de un americano viene una reflexión, mientras que las tripas y la sangre salpican al espectador, todo para que el cinéfilo piense y crea que los americanos se vieron obligados a combatir en una larga y devastadora guerra, que cobró miles de vidas y que representa una de las heridas más dolorosas para los Estados Unidos.
El film se encuentra tan sumido en los clichés del cine bélico que en ocasiones es difícil compenetrarse en la historia, pues parece que las hemos visto decenas de veces… y así es. Desde el novato nervioso hasta el veterano rudo pero sensible; desde el soldado negro mostrando su valía sobre el racismo reinante, hasta las sufridas esposas de diversos entornos uniéndose en la tragedia; desde los feroces soldados enemigos hasta la compasión de ambos bandos mostrada en combate… cada cosa que hemos visto en películas como The Longest Day, Pelotón y la reciente Rescatando al soldado Ryan, las volveremos a encontrar en Fuimos Soldados; sólo faltan John Wayne y sus boinas verdes…
Fuimos soldados no va a pasar a la Historia como nada más que otro film de guerra, no propone ni en su guión, ni en movimientos de cámara, ni en las actuaciones, ni en la música, nada que pueda ayudar a una historia que pudo ser interesante.
Los judíos como Spielberg tratan, en lapsos de tiempo, de recordar siempre el Holocausto para que la humanidad no vuelva a caer en eso. Pero con Vietnam, los americanos no terminan de entender. Podrán sacar miles de films y seguirán como hasta la fecha echándole la culpa a un gobierno que los mandó, sin razón, a una guerra que no les pertenecía, pero en este momento, están cada vez más metidos en situaciones similares.
Título: Fuimos soldados.
Título Original: We Were Soldiers.
Dirección: Randall Wallace.
Intérpretes: Mel Gibson, Madeleine Stowe, Sam Elliott, Greg Kinnear, Chris Klein, Barry Pepper, Keri Russell, Ryan Hurst, Marc Blucas, Desmond Harrington y Jon Hamm.
Género: Bélica, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 143 minutos.
Origen: EE.UU./ Francia/ Alemania.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Nu Visión de Argentina.
Fecha de Estreno: 03/10/2002.
Puntaje: 3 (tres)