Por Omar Tubio
Muchos recordarán hace unos años una pequeña película que logró hacer bastante ruido y se convirtió en un considerable éxito, dentro de sus dimensiones. Se trataba de Marius y Jeanette o Un amor en Marsella, como la subtitularon para su estreno local, y era un soplo de aire fresco dentro de una filmografía como la gala, que tiene sus bemoles. Su director, Robert Guédiguian, ofrecía un retrato fiel y honesto sobre las desventuras y problemas que aquejaban a un grupo de gente de clase trabajadora en un pueblo de Marsella, centrado fundamentalmente en la historia de una pareja y su entorno familiar.
Con el tiempo se conoció otro de sus films: A todo corazón, que pasó sin pena ni gloria por nuestras carteleras, pero que sirvió para definir un sello personal en su cine; las historias, el lugar, los actores, lo que se quiere decir…
Al ver Al ataque! se confirman las constantes mencionadas, pero esta vez Guédiguian le agrega una vuelta de tuerca. De una manera inteligente nos introduce en el proceso creativo del artista (él mismo) al desarrollar la película dentro de otra que transcurre en la mente de dos guionistas en forma paralela. Así, como si el film se hiciera delante de nuestros ojos, los escribientes armarán y desarmarán la historia en medio de discusiones y
reyertas, agregando personajes o cambiando las situaciones en la medida que lo van necesitando. Esto, sin ser un gran descubrimiento no deja de ser novedoso, pero a la vez actúa como un arma de doble filo, ya que el procedimiento, que en un principio agrada (son un acierto los momentos en los cuales los actores esperan una orden para proseguir) luego se torna un tanto repetitivo.
La otra historia, la que en verdad importa, no es más que una variante de la problemática que le interesa mostrar al director. Un grupo de gente compuesto por familiares y amigos, confluyen con sus historias en un viejo garage de pueblo (obviamente en Marsella) que mal o bien los viene manteniendo hasta el momento, pero que hundido por las deudas (provenientes de una Multinacional a punto de quebrar) está a punto de ser confiscado por el Banco. La lucha por mantenerlo y el enfrentamiento de sus trabajadores a los poderosos de turno son la excusa para ilustrar, una vez más, las diferencias de clases y la eterna lucha entre pobres y ricos. Pero lejos de querer ser un film testimonial o de querer bajar línea, el terreno en el que se mueve la película es el de la comedia costumbrista y la lectura que brinda es tan simplista como inocente. Los pobres son simpáticos, honestos, solidarios y nos compran con su ternura a flor de piel, mientras que los que ostentan el poder son ruines, fríos y hasta medio tontuelos… ¡para que le voy a mentir!
Como se dijo en un principio, la frescura y espontaneidad que se vislumbró en Marius y Jeanette sigue presente, pero ya no sorprende. Los personajes queribles y con los cuales es muy fácil identificarse siguen estando, pero ya los conocemos. Arianne Ascaride (actriz fetiche y esposa del realizador) sigue siendo una estupenda comediante, pero le empezamos a conocer las mañas. En una palabra, lo que esperamos en un próximo film de Guédiguian es un cambio de registro, más allá de una que otra vuelta de tuerca.
Quienes se acerquen a verla no pasarán un mal rato, al contrario, pero seguramente la disfrutarán más los que lo descubran por primera vez. Los que hayan visto sus films anteriores, solo verán un capítulo más de la misma película.
Título: ¡Al ataque!
Título Original: A l’attaque!.
Dirección: Robert Guédiguian.
Intérpretes: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Pierre Banderet, Frédérique Bonnal, Jacques Boudet, Patrick Bonnel, Christine Brücher, Romane Dahan, Pascale Roberts.
Género: Comedia.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 90 minutos.
Origen: Francia.
Año de realización: 2000.
Distribuidora: Primer Plano Film Group.
Fecha de Estreno: 03/01/2003.
Puntaje: 6 (seis)
