Por Sergio Dobosz
El director Richard Linklater demostró con Despertando a la vida que la ambición en un guión de contenido netamente filosófico puede derivar en un trabajo pretencioso y hasta de difícil digestión; sin embargo, su amor por el rock (tal como ocurre con Cameron Crowe), lo 
llevó a aceptar un proyecto orquestado por la Paramount llamado Escuela de Rock. Considerando su elevada categoría de genio independiente gracias a obras tales como Slacker, Tape y la ya mencionada anteriormente, muchos podrían de inmediato sospechar de los resultados. Por fortuna, el entretenimiento en el mejor grado es la constante que convive en Escuela de Rock.
El guitarrista Dewey Finn (Jack Black) es un rebelde, fanático creyente en el poder del rock and roll, aficionado a arrojarse en brazos del público desde el escenario y enamorado de ejecutar solos de guitarra; luego de una presentación de su banda, es despedido y para conseguir dinero se hace pasar por su compañero de cuarto, aceptando un trabajo como profesor temporal en una prestigiosa escuela primaria a cargo de la estricta directora Mullins (Joan Cusack). Pero si bien Dewey no tiene ni idea del dictado de clases, en un arranque de inspiración decide crear un grupo de rock con los niños y participar en un concurso de bandas en el que podría ganar un suculento premio.
Teniendo en cuenta que Jack Black no es un comediante tan reconocido como Adam Sandler o incluso Will Ferrell, el rol en este film le cabe a medida (Black es también músico para su banda Tenacious D); su descomunal trabajo transmite con fuerza arrolladora toda esa energía que nos supieron contagiar esas bandas de rock de los 70’s y 80’s (hablemos de Led Zeppelin, Yes, Deep Purple, entre otros). En tan sólo unos cuantos años este actor cómico se ha convertido en toda una estrella de Hollywood; pero tras sus papeles de reparto en varios films y un despunte en una regular comedia de los hermanos Farrelly, se transforma aquí en la estrella principal de un film excelentemente dirigido. Escuela de Rock
no cuenta con los elementos a los que estamos acostumbrados a ver en este tipo de proyectos, que no son necesariamente infantiles (como Un detective en el Kinder): Dewey tendrá que confesar que se ha hecho pasar por otro, los demás maestros en la escuela lo admiran, la directora tiene un buen corazón y no existe el típico alumno odioso y rebelde. Cabe destacarse que en la vida real, todos los niños que aparecen en el grupo son más músicos que actores, lo cual le da más credibilidad (el tema principal se encuentra impregnado por una gran influencia de The Who).
Linklater, lejos de plantear una lección de filosofía, nos ofrece con Escuela de Rock un canto de amor al rock y al espíritu que aún persiste en quienes se rehúsan a vender sus convicciones y opiniones. El film se distingue por una sutil veta subversiva, su tono innovador y por no ser condescendiente con los productos fílmicos que por lo general se producen para esta temática “escolar”.
Richard Linklater podrá proseguir con su faceta independiente, ya que con Escuela de Rock se ha graduado con todos los honores; mientras tanto, los primeros acordes de Smoke on the water seguirán resonando… ¡Que viva el Rock!
Título: Escuela de rock.
Título Original: School of rock.
Dirección: Richard Linklater.
Intérpretes: Jack Black, Joan Cusack, Mike White, Sarah Silverman, Joey Gaydos, Miranda Cosgrove, Maryam Hassan, Kevin Alexander Clark, Rebecca Brown, Robert Tsai, Caitlin Hale, Aleisha Allen y Amy Sedaris.
Género: Comedia, Música.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 108 minutos.
Origen: EE.UU./ Alemania
Año de realización: 2003.
Distribuidora: UIP.
Fecha de Estreno: 12/02/2004.
Puntaje: 9 (nueve)
