Por Pablo E. Arahuete
La doble búsqueda de una escritora a quien le encargan escribir los epígrafes de unas fotos se convierte en un viaje iniciático y profundo que conecta pasado y presente en un relato que conjuga el Buenos Aires del 30 en un burdel lúgubre de la Patagonia y el sur actual. Luis Puenzo (La historia oficial, Gringo viejo) construye un film complejo desde lo narrativo en el que se entrecruzan las historias de dos mujeres en dos épocas diferentes unidas por una anécdota, cuya protagonista es una ballena. Vera (Aitana Sánchez Gijón) es una escritora catalana que atraviesa una crisis emocional y afectiva, atormentada por el rumor de un cáncer.
A partir de las fotos de una corista, Lola (Marcé Llorens), se imagina cómo vivió este personaje misterioso que llegó en los años 30 a un burdel regenteado por un bandoneonista ciego (Miguel Ángel Solá) quien convocó los servicios de un fotógrafo, Emilio (Leonardo Sbaraglia) para ilustrar sus partituras. El ambiente del tango, la sensualidad del lenguaje corporal en los bailes y un triángulo amoroso son elementos que se mezclan con la trama de Vera y su búsqueda interior.
Puenzo explora el universo femenino sin perder la mirada sobre sus personajes y traza una difusa línea que une pasado, presente y un tiempo ficcional: el de la novela que va
escribiendo Vera. La puta y la ballena explora los recursos narrativos del cine como la voz en off, la intertextualidad desde la introducción de lo literario, el punto de vista y la utilización de la metáfora con fines expresivos. Lola expresa la belleza, sensualidad y aparente libertad que Vera fue perdiendo e intenta recuperar mientras junta los pedazos del pasado en viejas fotos, cartas y anécdotas. El amor en su faceta trágica se vincula con el perfume agridulce y nostálgico del tango en el que la muerte desafía con llevarse el último baile.
Desde la puesta en escena, cuyo especial cuidado en la reconstrucción de época merece destacarse, el film transita por los pasajes de lo real y lo imaginado donde el juego entre el consciente y el inconsciente rompe la linealidad del relato. Resulta llamativo el escaso papel de los personajes masculinos que aparecen como medios y no como fines en sí mismos. Este desaprovechamiento afecta el equilibrio buscado en las historias. La excesiva duración del film refleja algunas falencias del guión que despliega una serie de subtramas con resoluciones arbitrarias.
Un film con interesantes actuaciones en los roles principales, a tono con una fusión de estilos cinematográficos, visualmente atractivo pero que no sortea ciertos convencionalismos narrativos y tampoco se despega de los tópicos habituales sobre el universo femenino.
Título: La puta y la ballena.
Título Original: Idem.
Dirección: Luis Puenzo.
Intérpretes: Aitana Sánchez-Gijón, Leonardo Sbaraglia, Miguel Ángel Solá, Mercè Llorens, Pep Munné, Eduard Nuskiewicz, Belén Blanco, Lydia Lamaison, Nicolás Tognola y Pompeyo Audivert.
Género: Drama.
Clasificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 122 minutos.
Origen: Argentina/ España.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 01/04/2004.
Puntaje: 6 (seis)
