Rebecca Miller, la hija del célebre dramaturgo Arthur Miller, se muestra en su segundo opus, Intimidades, como una realizadora poco dispuesta a dar respuestas fáciles o de permitirse concesiones comerciales que la acerquen al gusto popular. La intención de Miller es ser tan honesta y cruda como se pueda en su atinada radiografía de tres mujeres muy distintas entre sí. A Delia (Kyra Sedgwick, esposa de Kevin Bacon en la vida real), Greta (Parker Posey) y Paula (Fairuza Balk) las une esa “velocidad personal” (frase que voy a retomar más adelante) a la que alude el título original y las separa absolutamente casi todo lo demás: edad, educación, posición social, expectativas de vida, etc…
La película está grabada en video digital y ampliada en 35 mm. para ser proyectada en cines. Esta decisión estética por momentos la acerca a un registro de tono documental donde el naturalismo procura ceder terreno al realismo sin mucha fortuna (excepto, quizás, en el segundo relato, inobjetablemente el más redondo de los tres). La voz en off del actor John Ventimiglia va revelando persuasivamente los diversos conflictos internos de las protagonistas por lo que si el lector infiere que en el filme se impone un sesgo literario no estará más que acertando en el blanco. De hecho, Intimidades está basada en una novela de Miller quien luego se encargó de traducirla a imágenes con un estilo propio e impactante.
La historia inicial narra cómo Delia, ama de casa de clase baja, cansada de los abusos físicos a los que la somete su esposo (Tim Guinee), escapa del hogar con sus hijos para iniciar una nueva vida lejos del pueblito que la vio nacer. Consigue un trabajo como mesera y, en aras de un horizonte menos ingrato para ella y sus chicos, se deja arrastrar hacia nuevas vivencias. Es un arranque dramáticamente desparejo pero válido por la comprometida caracterización de la Sedgwick y el ominoso clima familiar que crea la directora en las escenas que preceden a la fuga. A continuación, viene lo mejor: Greta, de veintiocho años, es la hija de un acaudalado abogado con la que no se ve desde hace algún tiempo porque él abandonó a su resignada esposa polaca para formar una familia con otra mujer mucho más joven. A esto hay que sumarle el hecho de que Greta dejó sus estudios en la Universidad de Harvard para emplearse como editora de libros de cocina en una pequeña editorial neoyorquina.
En conclusión: para su padre, Greta es una fracasada, la vergüenza de su linaje, la nunca bien ponderada oveja negra… Cuando Greta es reclamada por un excéntrico, exitoso, autor oriental (Joel De la Fuente) para que corrija los manuscritos de su nueva novela se produce un giro de ciento ochenta grados en la relación de Greta con el mundo (lo cual incluye a su progenitor que en determinado pasaje del filme la agasaja con una reunión para exhibirla ante sus amigos como ejemplo de que la “velocidad personal” de ella demoró lo suyo pero finalmente llegó a tiempo para sacarla del embudo existencial en el que yacía). Parker Posey, bella intérprete a la que se vio en Tienes un e-mail y en Fiesta de aniversario, brinda una actuación exquisita en su rol de mujer joven dispuesta a asumir riesgos y buscar la plenitud laboral, sexual y sentimental en un marco de independencia total. Es un episodio espléndido desde cualquier aspecto que se lo enfoque y, de los tres, el más profundo psicológicamente.
En el último retrato, Miller concentra su atención en la crisis de Paula (la siempre enigmática y digna de admiración Fairuza Balk), una veinteañera, quien tras descubrir que está embarazada de su novio haitiano, pasa la noche en una disco donde conoce a un noruego con el que sale del lugar para intimar en otra parte. De inmediato, un auto atropella al hombre dejando a Paula conmocionada, absolutamente shockeada (esta acción es el único nexo con las otras dos historias pues tanto Delia como Greta oyen del accidente por los medios de comunicación). La sugestiva morocha sube a su auto y comienza a manejar con destino incierto. El tiempo está lluvioso y en la ruta Paula se apiada de un adolescente aterido que hace dedo y lo levanta. De aquí en más, estos dos personajes seguirán juntos de una forma algo absurda pero intuyendo que unidos los problemas se pueden sobrellevar con algo más de optimismo. El remate brusco e inesperado no hace más que enfatizar la coherencia de la línea narrativa implementada por Rebecca Miller en este respetable largometraje.
Aquellos que esperen de Intimidades resoluciones esquemáticas y convencionales a los dramas planteados, seguramente no saldrán satisfechos de la sala. En cambio, los que prefieren reconstruir el material en su propia cabeza tienen aquí una oportunidad inmejorable para hacerlo. Aunque no disimula su origen literario, Intimidades es un platillo refinado especialmente recomendado para cinéfilos inquietos. Los demás, abstenerse.
Título: Intimidades.
Título Original: Personal Velocity: Three Portraits.
Dirección: Rebecca Miller.
Intérpretes: Kyra Sedgwick, Parker Posey, Fairuza Balk, Wallace Shawn, David Warshofsky, Leo Fitzpatrick, Tim Guinee, Ron Leibman, Lou Taylor Pucci, Brian Tarantina, Mara Hobel y Joel de la Fuente.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 86 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Compañía General de la Imagen (CGI).
Fecha de Estreno: 29/07/2004.
Puntaje: 7 (siete)