Por Pablo Arahuete
Un templo flotante en un lago, un anciano maestro que habla sólo lo necesario, un inquieto y confundido aprendiz que vive con él y durante su adolescencia no puede resistir el deseo de estar con una chica; elementos claves de esta fábula coreana del realizador Kim Ki-Duk. Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez primavera es un título sugestivo que resume la idea cíclica de esta historia donde el budismo ocupa el centro de atención.
Puede considerarse al film como iniciático y al mismo tiempo introductorio para la mirada occidental poco familiarizada con la cultura oriental, su concepción del tiempo, la vida y la muerte. Budismo for export con ciertas pretensiones esteticistas, esta obra cosechó premios en diversos festivales por su calidad visual y narrativa. Tal como se mencionó al principio, la estructura narrativa coincide dramática y metafóricamente con las estaciones del año, aunque no de un mismo año, sino que acompaña los ciclos de la vida del maestro y su aprendiz en la búsqueda de la paz y equilibrio interior. El tránsito hacia ese estado de armonía espiritual implica despojarse de aquello que nos ata al mundo cotidiano: el cuerpo, el deseo y el egoísmo. Esa es la piedra que endurece al corazón del joven aprendiz.
De pequeño, aburrido a la vez que curioso, torturó a unos animales al dejarles una piedra atada al cuerpo. Reprendido severamente por el anciano, el niño debe liberar a los animales pero ya es demasiado tarde. Como un presagio, el maestro le anticipa que su corazón perdió pureza. La llegada de una muchacha enferma en el verano lo vuelve a desviar del camino. Así, se dejan llevar por el deseo sexual y son separados drásticamente por el anciano. El joven abandona el templo y se marcha en busca del mundo exterior y de su amada. Contemplativo y paciente, el viejo sabio espera en el templo flotante el regreso del joven.
El otoño marca la transformación del aprendiz que llega absolutamente destrozado por la ira y con una deuda moral tan grande como la piedra que lleva en su corazón desde niño. El maestro le dará una última lección y el ciclo se cerrará en el helado invierno para recomenzar en otra primavera. Un film notable desde su puesta en escena (pura poesía visual), deudor del mejor cine mudo, con la omnipresencia de Kurosawa y Ozu que observan -igual que Buda- desde la cima de la montaña cómo su alumno, el surcoreano autodidacta Kim Ki-Duk, descolla talento cuando decide perturbar o cautivar con sus obras.
Título: Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez primavera.
Título Original: Bom yeoreum gaeul gyeoul geurigo bom.
Dirección: Kim Ki-duk.
Intérpretes: Oh Yeong-su, Kim Ki-duk, Kim Jung-yeong, Seo Jae-gyeong, Kim Yeong-min, Ha Yeo-jin y Ji Dae-han.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 103 minutos.
Origen: Corea del Sur.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 07/10/2004.
Puntaje: 9 (nueve)