Por Pablo Arahuete
Como no podía ser de otra forma, en la pasada entrega de los premios Oscar se pudieron ver algunas imágenes de este film de origen sudafricano traducido al inglés como Yesterday. Con eso bastaba para encontrar elementos que hacían sospechar de un melodrama mezclado con cierto exotismo, o bien de un alegato social, un reclamo de un país postergado en la agenda geopolítica de los países más poderosos, que debió soportar el racismo del Apartheid y ahora el flagelo del SIDA. Y si de postergaciones estamos hablando, nada mejor que el significativo título de este film, cuya traducción al español nos arroja un inequívoco resultado: ayer. Entonces sumemos los datos anteriores para cerrar la ecuación o mejor dicho para justificar porqué Hollywood apuesta a un melodrama sudafricano que aborda una temática sensible, evitando ex profeso inmiscuirse en el alegato político para desembocar en un mero reduccionismo lacrimógeno, subrayado con golpes bajos y guiños for export. La respuesta es obvia a esta altura: Hollywood necesita de este tipo de películas para lavar culpas y para contribuir a una distorsionada visión de la realidad del cine africano actual. A riesgo de que mi análisis se malinterprete, resulta pertinente aclarar ciertas ideas.
Cuando existe la posibilidad de tomar contacto con el cine africano de los últimos años, en el marco de algún ciclo o como parte de un festival -para ser más preciso en el último BAFICI-, aparecen producciones que conservan intacta la identidad, la cultura y sobre todo la crítica profunda e inteligente hacia la penetración cultural e ideológica de la abrumadora propaganda norteamericana, así como de la parcialidad e ignorancia de Europa. Estos exponentes documentan los problemas acuciantes de cada lugar sin efectismo berreta, donde el drama o el conflicto afloran desde la tierra, desde la piel, en definitiva, de las entrañas de un grito que nadie quiere escuchar.
A diferencia de obras de calidad cinematográfica con un vuelo poético arrasador como Moolade o Hyenas (para más información remitirse a la cobertura del sitio del último BAFICI), Yesterday reproduce la misma canción harto trillada del film extranjerizante que gusta a los miembros de la Academia y conmueve al espectador anestesiado contra el virus de la realidad y sus causas.
El contexto donde se desarrolla la historia presenta un dato alarmante: cinco millones de sudafricanos son portadores del virus del SIDA. De ese conjunto, la mayoría vive en la extrema pobreza y ni siquiera cuenta con atención médica primaria para evitar su propagación. Allí, se inserta la trama del opus de Darrell James Roodt.
Coincidente con el título, Yesterday es el nombre de la protagonista, interpretada por la actriz Leleti Khumalo, quien se desvive por legarle a su hijita Beauty un futuro más prometedor. La abnegada madre trabaja en el campo y procura que su hija asista a la escuela, con la inestimable colaboración de la maestra para cubrir los espacios vacíos que un padre ausente jamás llenará.
La falta de la figura masculina es una realidad dentro de ese pueblo, donde la escasez del agua y la carencia de recursos son postales repetidas que obligan a los hombres a trabajar en la ciudad o en las minas de oro de Johanesburgo (como el esposo de la protagonista). En la vida de Yesterday todo requiere de un inusitado sacrificio. éste se sobredimensiona cuando surge un debilitamiento físico. Tras varios intentos frustrados para recibir atención en el único dispensario, donde acuden todos los pobladores, finalmente llega el día en que la eligen de una fila interminable de desesperados. Su encuentro con una médica blanca, quien la revisa y luego de extraerle sangre le informa que contrajo el SIDA, desemboca en un viaje hacia las minas de oro a fin de convencer a su esposo para que se realice los análisis pertinentes. La contundente golpiza que recibe de aquel, anula cualquier esperanza y regresa al pueblo cada vez más enferma. Sin embargo, el hombre ya no es útil en la mina cuando los síntomas del virus aparecen y, en consecuencia, vuelve a su hogar. A partir de allí, es segregado por la comunidad y condenado al ostracismo. En el caso de Yesterday, quien se encargará de su cuidado, luego deberá soportar la indiferencia de sus pares.
En un increscendo de insoportable dramatismo y con una anticipada tragedia en ciernes, Yesterday se diluye entre la obviedad más recurrente al cumplir a rajatabla el decálogo del film especulativo, y el conformismo habitual que no indaga ni cuestiona nada. De este modo, la pobreza y la epidemia del SIDA son un mero pretexto para activar la lágrima fácil, que luego de unos minutos se digiere y anula la reflexión.
Si quiere llorar a moco tendido, estimado lector, esta inmejorable oportunidad está a su disposición. Le aconsejo surtirse de carilinas o en su defecto de un pañuelo reforzado.
Título: Yesterday.
Título Original: Idem.
Dirección: Darrell James Roodt.
Intérpretes: Leleti Khumalo, Lihle Mvlase, Kenneth Kambule, Harriet Lehabe, Camilla Walkerer, Nandi Nyembe.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 90 minutos.
Origen: Sudáfrica.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Eurocine.
Fecha de Estreno: 08/09/2005.
Puntaje: 4 (cuatro)