Por Omar Tubio
Crash, el titulo original de la película, alude a la palabra choque en todas sus acepciones. Tanto al accidente automovilístico que origina la acción como al impacto que producen las diferentes interrelaciones humanas que se van 
sucediendo durante el transcurso de film. En una ciudad tan cosmopolita como lo es Los Ángeles y luego de la incidencia del 11-9 en el comportamiento de los americanos, cualquier episodio que involucre a seres humanos en una determinada situación límite hace estallar lo más intimo y oculto de las personas.
Vidas cruzadas habla concretamente y sin ningún pudor del racismo, de la discriminación y de la intolerancia de una sociedad que aún hoy y a los tumbos sigue buscando su verdadera identidad. De esta manera desfilan todo tipo de etnias y colores (negros, hispanos, coreanos, persas, etc) que conformarán los diferentes cruces, encuentros o desencuentros de los personajes, que si bien a primera vista pueden parecer forzados, sirven a los propósitos de su director de reflejar una realidad palpable y de poner a la luz algunas cotidianas injusticias que sin ir más lejos leemos día a día en los diarios. ¿Qué lógica razón originó el fatal error de confundir al turista brasileño con un terrorista islámico baleado por la policía en Londres?
Las historias corales, tan afines al cine de Robert Altman o al Paul Thomas Anderson de Magnolia sirven de marco al guionista de Million Dollar Baby (y de la próxima de Eastwood Flags of our fathers) Paul Haggis, en su debut como director, para plasmar la idiosincrasia del americano medio. Tan simplista como para confundir a un inmigrante persa con un árabe al que se insulta bautizándolo como Osama. Tan desconfiado y paranoico como para cambiar la cerradura de entrada de su casa y volver a hacerlo porque quien lo hizo era un hispano y pudo guardarse una copia para volver a robar, cuando en su propio hogar la mucama de confianza de tantos años también lo es. Tan perverso como para ejercer el abuso de poder que da un uniforme y humillar a una pareja de negros que solo se divertía en la intimidad de su vehículo. O tan heroico y arriesgado como para introducirse en un auto a punto de estallar para salvar a esa misma mujer abusada anteriormente que clama por su vida.
Haggis parece decirnos que no hay héroes ni demonios, ni malos ni buenos y cualquiera posee sus contradicciones. En definitiva una ciudad en la que habitan seres ávidos de contacto, inmersos en su propio mundo y cuya manera de relacionarse es la equivocada. Empero, hay lugar para la reivindicación, para el milagro, para el descubrimiento del otro y para los hechos fortuitos o 
marcados por el destino. Todo pareciera volver a encajar en un final que deja lugar a la esperanza.
Un reconocido plantel de estrellas se anotó en este promisorio debut como cineasta de Paul Haggis. Matt Dillon como el policía ambivalente y Thandie Newton como la esposa humillada se llevan los aplausos adueñándose de los mejores momentos, pero hay lucimiento también para Ryan Phillipe como el compañero de Dillon torturado por sus contradicciones, Sandra Bullock en un registro muy diferente al habitual, Don Cheadle como el oficial a cargo del accidente y Brendan Fraser como un fiscal de distrito a la caza de votos de gente de color para fortalecer su candidatura.
Una película de fuerte actualidad que provoca la discusión y genera la reflexión. Un drama potente y buenos actores.
Título: Vidas cruzadas.
Título Original: Crash.
Dirección: Paul Haggis.
Intérpretes: Sandra Bullock, Don Cheadle, Matt Dillon, Jennifer Esposito, William Fichtner, Brendan Fraser, Terrence Howard, Ludacris, Thandie Newton y Ryan Phillippe.
Género: Drama, Crimen, Thriller.
Clasificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 112 minutos.
Origen: EE.UU./ Alemania / Australia.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 22/09/2005.
Puntaje: 8 (ocho)
