Por Emiliano Fernández
La novela gráfica original en la que se basa V de Venganza (V for Vendetta, 2005) data de 1981, cuando fue publicada por la revista Warrior. La historia ganó rápidamente admiradores por su tono de revancha y sus inclinaciones anarquistas en una sociedad primermundista hegemonizada por la dupla conservadora Ronald Reagan/ Margaret Thatcher. Recién en 1986 salió en una edición única y completa la historia de este vengador posmoderno. Los hermanos Andy y Larry Wachowski compraron los derechos del cómic a principios de los `90 y bocetaron un guion antes de encarar la primer Matrix, que quedó archivado debido al mega éxito de la trilogía. Durante la post producción de Matrix Revoluciones retomaron el proyecto y le dieron forma final a la trama. Aún así, decidieron delegar la dirección en su asistente habitual, el debutante James McTeigue. El resultado es un film tan sorprendente como valiente, muy superior a las dos últimas Matrix.
En el contexto de una Inglaterra futurista asolada por un régimen absolutista encabezado por el canciller Adam Sutler (John Hurt), una simple secretaria, Evey (la excelente Natalie Portman), es atacada por unos “señaladores” durante una noche en la que rige un toque de queda decretado por el gobierno. Estos simpáticos “funcionarios públicos” la acosan primero y la intentan violar después. De la nada aparece un enmascarado que la defiende y castiga a los agresores. Sin más preámbulo, el extraño personaje la invita a la terraza de un edificio a “escuchar música”: mientras que el autodenominado “V” (Hugo Weaving, el Agente Smith de Matrix) pulsa los botones de un mando a distancia, ambos son testigos de una serie de explosiones que destruyen distintos símbolos de la dictadura en el poder. Rápidamente Evey es acusada de “terrorista”, por lo que comienza una caza policial contra ella. Cuando finalmente la encuentran en el estudio de televisión donde trabaja, otro hecho desvía la atención de las fuerzas represivas. V toma como rehenes al personal del Canal de TV y da a conocer a toda la población británica su intención de volar el Parlamento inglés el 5 de noviembre próximo. Luego de cumplir su objetivo, durante su escape, es emboscado por un policía, siendo esta vez Evey la que le salva la vida. Al quedar esta última inconsciente, para protegerla de las represalias, la lleva a su morada, a su escondite. La relación entre el personaje de Natalie Portman y V irá creciendo a la vez que ella se interioriza en la ideología, los móviles y los medios de este particular anarquista, buscador incansable de la restauración democrática. Mientras tanto, el oficial de policía Finch (el insuperable Stephen Rea), durante la investigación de todos estos sucesos, va descubriendo una extensa red de mentiras y encubrimientos que llegan hasta los más altos lideres estatales.
Mezcla de película de acción, thriller político e historia de revancha, V de Venganza sorprende por su compromiso ideológico para con el anarquismo social con tendencias libertarias. Teniendo en cuenta que este film es un mega tanque hollywoodense pensado para la distribución mundial a gran escala, resulta más que curioso lo radical de la propuesta: aquí la venganza es sinónimo de justicia y el único cambio posible frente a un régimen dictatorial es el trabajo de hormiga que genera ataques simbólicos contra emblemas del gobierno, dominado por un partido único todopoderoso. Estas concepciones políticas y sociales que están por detrás de los acontecimientos del film son de una gran valentía en el contexto internacional actual, en donde unos Estados Unidos reaccionarios, conservadores y más imperialistas que nunca invaden países, censuran obras de arte, facilitan el oligopolio de las empresas multinacionales y persiguen a opositores políticos. Este mérito se lo podemos adjudicar al guion de los Wachowski, el cual adopta sin medias tintas, de manera explícita, una postura de izquierda progresista y autocuestionadora con relación a sus objetivos y a sus metodologías de acción. Para ser más precisos, V de Venganza posee elementos de las dos vertientes generales del espectro ideológico. Si de la izquierda toma ese impulso justiciero y libertario que moviliza a V y a Evey, de la derecha extrae esa sed incontrolable de alcanzar sus objetivos sin medir los recursos utilizados. Sin embargo, la fuerza matriz de la película es el porfiar hacia la libertad del primer anarquismo, al que se hace referencia directamente desde la primera secuencia del film y luego a través de la máscara del protagonista y de la fecha y el blanco del atentado. V lleva toda la película la careta de Guy Fawkes, un joven anarquista que planeó y lideró un atentado contra el Parlamento británico el 5 de noviembre de 1605, durante las épocas de las persecuciones políticas del rey Jacobo I. La conspiración de Fawkes fue aplacada con su detención, a la que le siguieron la tortura y la muerte de él y de ocho de sus cómplices. De ahí la obsesión de V por volar específicamente el Parlamento ese día y por usar la máscara de Fawkes. Los fuegos revolucionarios de noviembre no se hacen esperar por mucho tiempo…
El film nos retrotrae a lo mejor de los hermanos Wachowski, la primer Matrix (The Matrix, 1999), aquella que estaba todavía limpia de ese trascendentalismo budista trasnochado, desubicado y anacrónico presente en sus dos continuaciones. Alejados ya de ese intrascendente tufillo religioso, los Wachowski y el director James McTeigue ponen el eje en una trama muy bien llevada que gira alrededor de distintas cuestiones políticas, ideológicas y éticas. La persecución contra los opositores políticos implementada por el régimen tiene su contrapartida en el extremismo y la radicalidad de V. Éste último también está motivado por una sed de desquite personal (ha sido severamente torturado por funcionarios del gobierno durante crueles experimentos). Sin adentrarse demasiado en la trama del film, se puede adelantar que la historia privada de V se relaciona directamente con el ascenso y la consolidación del canciller Adam Sutler.
Pero la valentía de la película va más allá de la posición política que abraza. Las criticas al sistema de medios de comunicación, a la Iglesia y a distintos sectores sociales se acumulan al tiempo que V va concretando su ansiada venganza: primero mata a un comentarista televisivo mitómano y de extrema derecha, luego a un pederasta que es un alto funcionario de la curia y posteriormente se despacha a una médica que de ética y derechos humanos no sabe nada. El repugnante régimen contra el que lucha el protagonista reúne características paradigmáticas de varias formaciones institucionales autoritarias del siglo pasado: posee un partido político monolítico como el stalinismo, un feroz aparato represivo como el fascismo y un eficaz aparato propagandístico como el nazismo. Por sobre todos estos rasgos está la neutralización de toda voz opositora, la censura constante y el autoritarismo que regula la vida y muerte de toda la población. Con respecto a esta última, lo que nos transmite V de Venganza es una triste realidad: solo comprendemos lo que les ocurre a los demás cuando lo sentimos en carne propia. Solo cuando Evey experimenta una parte de todo lo que le pasó a V ella comprende, acepta y se suma a la cruzada del tortuoso personaje. Pero el miedo o la ignorancia anterior no es excusa de nada: la apatía y la inacción del pueblo británico para con la dictadura es casi tan condenable como los crímenes y la corrupción reinantes en el poder. Para ser un súper blockbuster industrial norteamericano, V de Venganza maravilla por lo jugado de su propuesta política y por su muy buen ritmo narrativo. Al igual que la primera Matrix, el film pone el acento en la posibilidad real de una revolución que derroque a un sistema dominante fascista, cobarde y parasitario. El coraje del film merece ser celebrado. Puesto aquí en función del entretenimiento, es un valor que casi nunca encontramos en el cine actual.
Título: V de venganza.
Título Original: V for Vendetta.
Dirección: James McTeigue.
Intérpretes: Natalie Portman, Hugo Weaving, Stephen Rea, John Hurt, Rupert Graves, Stephen Fry, Tim Pigott-Smith, Roger Allam, Ben Miles, Sinead Cusack, Eddie Marsan, Billie Cook, Natasha Wightman, Selina Giles e Imogen Poots.
Género: Basada en cómic, Acción, Ciencia-ficción, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 132 minutos.
Origen: EE.UU./ Reino Unido/ Alemania.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de Estreno: 06/04/2006.
Puntaje: 8 (ocho)