Por Pablo E. Arahuete
La ópera prima de Marcelo Paván, conocido en el ambiente cinematográfico por su trabajo como productor de Marcelo Piñeyro y Ricardo Wüllicher, entre otros, es un film con arrebatos existencialistas que busca reflexionar -sin red ni moralejas- acerca de la vida, la muerte, la futilidad de las cosas y esa extraña sensación de ir desapareciendo a medida que el tiempo avanza.
Decisión que implica riesgos y por ende un plus de complicaciones desde el criterio que prevalezca: lo visual o lo retórico. Tal vez en lo textual, en el diálogo exageradamente perfecto, es donde La punta del diablo se estanca y pierde clima pero se recompone al dejar que las imágenes se adueñen y sumerjan a los personajes en un estado apático, desafectado y nebuloso, como si se tratara de espectros condenados a aparecer.
Todo lo contrario le ocurre al protagonista, Roberto (Manuel Callau), quien emprende su último viaje impulsado por una misteriosa mujer con una cicatriz en la cabeza. Quizás una paciente que operó en el pasado cuando era neurocirujano o simplemente el recuerdo transfigurado de otra, con quien entabló una charla reveladora. Lo cierto es que Roberto tiene un tumor cerebral y decide partir pese a los ruegos de su esposa (María Onetto), quien acaba de enterarse de su enfermedad terminal. En su 4×4 y acompañado de un bolso con apenas lo indispensable, Roberto llega a Punta del diablo, un pueblito de pescadores de tiburones ubicado en Uruguay. Pero este pueblo ejerce cierto magnetismo en sus visitantes, quienes una vez allí no pueden abandonarlo. Ese es el caso del padre de María, un viejo huraño dueño del bar o Franco (Lautaro Delgado), su novio, un joven frontal y desafiante, a quien Roberto le alquila su cabaña. Aunque el neurocirujano no puede ocultar cierta atracción por la enigmática María, quien cambia de peluca como de personalidad, el núcleo del film no recae en la trunca relación, sino en la fugacidad de los encuentros y en el protagonismo que va adquiriendo el lugar atravesado de soledad y quietud.
Hay varias lecturas que pueden hacerse de este espacio como un no-lugar y de la mutable cabellera de la muchacha como una representación de distintas mujeres y no una sola. Y de esa sutil diferencia entre subrayar una idea débil y dejar que fluya con naturalidad, sin condicionar al espectador, se desprende lo mejor y lo peor de este film.
A veces, la sobre explicación confunde en vez de clarificar. Tampoco ayuda el elenco con interpretaciones desiguales. Sin embargo, La punta del diablo debe valorarse por tratarse de una ópera prima alejada del cine predigerido y estructurado que todavía necesita encontrar su público.
Título: La punta del diablo.
Título Original: Idem.
Dirección: Marcelo Paván.
Intérpretes: Manuel Callau, Romina Paula, Lautaro Delgado, Axel Pauls, Esteban Meloni, Claudio Corbelli, María Onetto y Prakriti Maduro.
Género: Drama.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 90 minutos.
Origen: Argentina/ Uruguay/ Venezuela.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Primer Plano Film Group.
Fecha de Estreno: 05/10/2006.
Puntaje: 6 (seis)