Por Emiliano Fernández
¡Volvió la alegría, señores! A la hermana de Dady le diagnosticaron una enfermedad tan intratable como cool, por lo que el tipo necesita una cifra en dólares y con muchos ceros para un transplante salvador en Estados Unidos. Lástima que no tiene mejor idea que solicitar un préstamo, escopeta en mano, en el banco más cercano a su domicilio. Qué gran sorpresa será cuando se tope con ese cajero obsesivo personificado por el Guille, yerno y 
testaferro sin saberlo del terrible dueño del banco asaltado. Cuando nuestra pareja de súper héroes esté finalmente constituida, captor uno, rehén el otro, es hora de que comience la persecución y se dispare una catarata de chistes berretas. Pero también es el momento propicio para hundir la nariz en el plato y pensar qué es lo que nos estamos llevando a la boca.
Este bodrio pletórico de lugares comunes fue dirigido por el criminal cinematográfico Rodolfo “Sin Condena” Ledo, un director de cuarta que merece una orden de captura por lo menos simbólica. En la peor tradición del cine basura nacional, aquella que hace recordar a otros sinvergüenzas como Enrique Carreras o Emilio Vieyra, estamos ante otro ejemplo de entretenimiento mainstream que no cumple su función y encima toma por tonto al espectador. Incorregibles no solo es esquemática y reiterativa, también es amarreta y densa. Específicamente se queda corta hasta en eso de ofrecer secuencias de acción (apenas un puñado de tiros mal coreografiados) y una buena colección de delanteras (apuntando a un publico ATP de vacaciones de invierno).
Frente a una propuesta pasatista tan deficitaria como esta sólo existen dos posibilidades: que todo esto haya sido cuidadosamente planificado o que nos estén obligando a ser testigos de otro accidente fílmico. Ante el primer caso la cosa se explicaría a partir de la concepción que tienen los productores del público argentino, para quienes los seres que concurren a las salas conformarían poco más que una horda de fecalofílicos (que por supuesto los hay entre la platea, pero no en la proporción que estos tipos piensan). Ahora bien, si consideramos a la película una suerte de accidente más o menos improvisado y remado según el viento del presupuesto y un cronograma apretado, la situación no mejora porque en este caso el relato debería durar lo que dura un escupitajo en trayecto al suelo
(por poner un ejemplo, puede caer donde uno guste). Lo triste del film es que no tiene nada de ágil y llevadero, aburriendo con su combinación insufrible de humor nacional y popular y fórmulas extremadamente quemadas pertenecientes a distintos géneros (comedia, policial, drama, romance, etc.).
¿Qué se puede decir de la pareja protagonista? Cero química, otro desastre. Pero por lo menos Francella ofrece alguna que otra cara simpática y siempre queda la duda acerca de qué se mete antes de filmar. Lo de Brieva es literalmente patético, aquí contratado para balbucear una larga lista de insultos y gansadas varias. No sólo es un queso roquefort actuando, ni siquiera es capaz de estar a la par de la profesionalidad del Guillote (experto en pilotear estos mamotretos de origen televisivo). Por suerte este intento burdo por imitar los policiales yanquis habla menos de nosotros como argentinos y más de la incompetencia de los grandes capitales para redondear un cine local y comercial de calidad. Tan mediocre como previsible, Incorregibles está destinada a un merecido olvido y al pozo ciego de las realizaciones surgidas de la mente de usureros (justicia irónica e involuntaria, plutocracia muy similar a los villanos del film: empresarios y banqueros).
Título: Incorregibles.
Título Original: Idem.
Dirección: Rodolfo Ledo.
Intérpretes: Guillermo Francella, Dady Brieva, Gisela Van Lacke, Jorge Rivera López, Roberto Ibáñez, Graciela Pal, Martín Pavlovsky.
Género: Comedia, Crimen, Acción.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 91 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: Argentina Sono Film.
Fecha de Estreno: 04/07/2007.
Puntaje: 2 (dos)
