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jueves, 21 noviembre 2024
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Angel-A: Hoy elegimos no morir

Por Emiliano Fernández

Y finalmente Luc Besson volvió a dirigir. Desde Juana de Arco (The Messenger: The Story of Joan of Arc, 1999) se había dedicado en forma exclusiva a la producción y la escritura de guiones. A pesar de que en Argentina se estrenó primero Arthur y los Minimoys (2006), Angel-A (2005) fue su regreso “real” luego de seis años de cómodo ostracismo. La jugada no le podría haber salido mejor. Estamos ante un film tan humilde como sincero, filmado en un lujoso blanco y negro, con muy pocas pretensiones a cuestas y destinado irrevocablemente a uno u otro extremo del placer receptivo (olvido categórico o celebración instantánea). Queda en cada espectador juzgar cuál es el casillero correcto…

André (Jamel Debbouze) es un perdedor nato, un estafador y ex convicto que le debe dinero a casi todos los prestamistas de los bajos fondos parisinos. Perseguido por múltiples amenazas de muerte y luego de ser bastardeado por la embajada norteamericana y la policía francesa, decide suicidarse arrojándose desde un puente al Sena. Justo en el momento culminante del acto percibe la presencia de una rubia altísima a escasos metros, atribulada en los mismos avatares. Cuando ella salta al río, él hace lo propio y la termina salvando. La joven se llama Angel-A (Rie Rasmussen) y sin muchas explicaciones se ofrece a ayudarlo a resolver sus problemas. Él es displicente y nervioso, ella servicial y apabullante…

El realizador reformula la extraordinaria Las alas del deseo (1987) de Wim Wenders y propone en este caso una aproximación cercana a la comedia romántica. Haciendo que los componentes dramáticos aparezcan tácitamente a lo largo del metraje, consigue un relato cálido y ágil que condensa con naturalidad una amplia gama de emociones en tan sólo 90 minutos. Con respecto a los rasgos formales, debemos retrotraernos a los primeros trabajos del francés. El minimalismo posmoderno de películas como Subway (1985) o Azul Profundo (Le Grand Bleu, 1988) dice presente en Angel-A, aunque menos caótico y mucho más estructurado. La austeridad llegó con los años…

Lejos quedó aquella obra maestra llamada El Perfecto Asesino (Léon, 1994). Casi todo el film está sustentado en los filosos y continuos intercambios entre Debbouze y Rasmussen, lo que implica un merito mayor ya que bien se podría haber caído en la mera teatralidad o el discurso infundado (contamos con un excelente desempeño actoral de ambos). Los diálogos son muy interesantes y apuntalan una concepción general de la vida en tanto un porfiar en extremo nómade, un deambular distanciado de utilitarismos y vanaglorias. La fluctuante dinámica de la pareja protagónica alcanza su cúspide durante la escena frente al espejo, un gran ejemplo de las implicancias psicológicas detrás de los pesares cotidianos. Angel-A funciona para André como un alter ego femenino: es en términos prácticos el máximo ideal en cuanto al retorno de todo lo negado y la pasmosa auto-reconciliación…

Título: Angel-A.
Título original: Idem.
Dirección: Luc Besson.
Intérpretes: Jamel Debbouze, Rie Rasmussen, Gilbert Melki, Serge Riaboukine, Akim Chir, Eric Balliet, Loïc Pora, Venus Boone, Jérôme Guesdon, Michel Bellot, Michel Chesneau.
Género: Comedia, Drama, Fantasía.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 90 minutos.
Origen: Francia.
Fecha de realización: 2005.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 13/03/2008.

Puntaje: 7 (siete)

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