Por Pablo E. Arahuete
La soledad es un idioma universal. Podría decirse que la música, en cualquiera de sus géneros, también lo es. Hace más de una década el cine está poblado de historias de solitarios o perdedores que parecen suspendidos en el tiempo y extranjeros en cualquier parte del mundo. Por lo general, el rasgo de pertenecer a un lugar geográfico en este tipo de películas no está subordinado al espacio físico en sí, sino más bien que se encuentra circunscripto en una sensación compartida de desarraigo o en la carga del pesado equipaje de la nostalgia. Seres de esa estirpe abundan en los primeros trabajos de un Jim Jarmusch; o en su versión europea en los tristones y bufonescos personajes de Aki Kaurismäki y por qué no hacerles justicia a las criaturas rioplatenses de Whisky y a los desencantados verborrágicos de Martín Rejtman.
Esa es la primera impresión que deja plasmada La visita de la banda del realizador Eran Kolirin, una perla descubierta el año pasado en Cannes y que gracias a las incongruencias de los Oscars quedó vetada por los miembros de la Academia para formar parte de la competencia internacional por la sencilla razón de que en gran parte del film los personajes hablan en inglés. Más allá de lo anecdótico del dato, para los fines dramáticos de esta historia de soledades, la diversidad idiomática opera -en este caso- como una metáfora para dejar manifiesta la distancia generada por la incomunicación y en un segundo plano por las diferencias culturales. Por eso es que, a través de la música (y en este particular modo por medio de la presencia de una orquesta ceremonial de la policía de Alejandría), las distancias comienzan a acortarse.
La trama planteada por el guionista E. Kolirin parte de un hecho anecdótico: una orquesta integrada por ocho músicos egipcios son invitados por Israel para realizar un concierto en un centro cultural árabe pero se pierden en el aeropuerto –símbolo de un lugar donde no hay banderas ni naciones- y abordan un colectivo que los deja en el medio del desierto de Negev. Allí, incomunicados y sin saber hacia adonde seguir, arriban a un restaurante de un perdido pueblito, donde en un principio son recibidos con cierta distancia por su dueña, Dina (la sensual Roni Elkabetz) y otros parroquianos. En el sitio se enteran que están en el lugar equivocado y además el próximo micro no llegará hasta el día siguiente. Por lo tanto deberán aceptar la hospitalidad de la anfitriona y quedarse repartidos en diferentes casas. Al director de la banda Tawfiq (Sasson Gabai) y al joven trompetista Khaled (Saleh Bakri) les toca quedarse con la dueña del lugar, mientras que al resto, entre los que se encuentra Simón (Khalifa Natour) le toca en suerte compartir la mesa con una familia más parecida a los italianos que a los israelíes. Así, durante el transcurso de una noche, algunos músicos egipcios encontrarán con sus vecinos israelíes el lenguaje común de la música (además de hablar todos en inglés) como puente para limar diferencias y conocerse un poco mejor, por ejemplo en la melancolía de un tema de Chet Baker que el trompetista Khaled ejecuta sentidamente o quizá simplemente en deleitarse con la obertura inconclusa que el tímido Simón interpreta en su clarinete. Pero en medio de esos tiempos muertos, que a esta altura son marca registrada en esta vertiente del cine, también llegará el turno de darle una oportunidad a los sentimientos, a la tristeza confesional y claro está al amor.
Con gracia y sencillez; con sensibilidad y buenos climas esta comedia desencantada no tarda en llegar a las fibras sensibles del espectador sin necesitar del melodrama o del chantaje emocional para conmover, deleitar y dejar bien en claro que pese a las diferencias culturales o ideológicas hay idiomas que se entienden en cualquier rincón del planeta y no es otra cosa que el arte, y en particular el cine, uno de los mejores vehículos para conocerlos.
Título: La visita de la banda.
Título original: Bikur Ha-Tizmoret a.k.a. The Band’s Visit.
Dirección: Eran Kolirin.
Intérpretes: Saleh Bakri, Ronit Elkabetz, Sasson Gabai, Uri Gavriel, Imad Jabarin, Ahuva Keren, Rinat Matatov, Rubi Moskovitz y Khalifa Natour.
Género: Comedia, Drama, Música.
Calificación: Apta todo público.
Duración: 87 minutos.
Origen: Israel/ EE.UU./ Francia.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de estreno: 10/07/2008.
Puntaje: 7 (siete)