Por Emiliano Fernández
El hasta ahora insignificante John Patrick Shanley adapta para la pantalla grande y dirige su propia obra ganadora del Pulitzer. La duda (Doubt, 2008) es un drama de carácter que no escapa al mote de “teatro filmado”; aún así alcanza cierta complejidad intelectual gracias a la sumatoria de diálogos tan cuidados como concisos. Claramente el otro factor decisivo para que el barco llegue a buen puerto es el excelente desempeño del elenco, con los insuperables Philip Seymour Hoffman y Meryl Streep a la cabeza. Estamos ante un “film de actores” que trabaja las relaciones entre pedofilia, percepción social y moralidad.
Todo transcurre durante 1964, en un colegio católico del Bronx. El Padre Brendan Flynn (Hoffman), un cura con aspiraciones reformistas, se interesa en un niño de color que sufre la habitual discriminación. Un buen día lo conduce a su despacho y al volver el joven llega con aliento a alcohol, circunstancia que llama la atención de la Hermana James (Amy Adams), una monja que oficia de profesora. Presa de la incertidumbre, decide contarle todo a la directora del lugar, la impiadosa Hermana Aloysius Beauvier (Streep), quien a su vez llega al extremo de hablar con la madre del niño, la pobre Señora Miller (Viola Davis).
Desde ya que las sospechas de un lado y las explicaciones del otro generan varios encontronazos verbales de antología, construidos con maestría y dedicación por la pareja central. Este es precisamente el eje de la película: un choque de voluntades discordantes que llegan al enfrentamiento abierto más por sensaciones e impresiones personales que por datos o hechos comprobados. El film deja en claro que la acusación quizás esté marcada por diferencias ideológicas y en última instancia la duda puede convertirse en un vehículo probatorio tan poderoso como la misma certeza. Este sutil leitmotiv apuntala el suspenso.
Sin embargo el contexto religioso viene a relativizar los roles de fiscal y acusado ya que los sacerdotes en la estructura jerárquica de la Iglesia están por sobre las monjas; así el Padre Flynn tiene todas las de ganar no sólo debido a sus conexiones en la cúpula del poder eclesiástico. El maravilloso final inclinará la balanza definitivamente… A pesar de su ritmo parejo y pulcritud formal, La duda puede resultar repetitiva en su planteo ético y hasta un tanto monocromática en cuanto al desarrollo de personajes. Aquí se reafirma esa clásica sentencia apostólica- romana: los curas son pedófilos y las monjas disfrutan del dolor ajeno.
Otro punto a destacar es la breve pero esclarecedora participación de Viola Davis. Si dejamos de lado la dirección poca inspirada de Shanley y los lugares comunes que salpican por momentos al relato, queda en la superficie un conjunto de interrogantes acerca de las motivaciones que impulsan las conductas de estos opuestos. En una escena el personaje de Hoffman afirma que la Hermana Beauvier es un “dragón hambriento”: esta conclusión descriptiva bien puede extenderse a ambos. Un poco de canibalismo de por medio y ya dibujamos ese polvorín sexual que siempre acompaña a la moral hipócrita de los católicos.
Título: La duda.
Título Original: Doubt.
Dirección: John Patrick Shanley.
Intérpretes: Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Viola Davis, Lloyd Clay Brown, Joseph Foster, Bridget Megan Clark, Lydia Jordan, Paulie Litt, Matthew Marvin.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 104 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 15/01/2009.
Puntaje: 7 (siete)
El staff opinó:
–Sutil y brillante adaptación de esta obra teatral que tuvo sus créditos locales con Susú Pecoraro y Fabián Vena, sobre los juegos de poder en la estructura verticalista eclesiástica. Un duelo actoral de alto calibre entre dos posibles ganadores del Oscar: Meryl Streep y P. S. Hoffman.– Pablo E. Arahuete (8 puntos)