Por Pablo E. Arahuete
Mito y realidad se entrelazan como así también elementos del cine de género en El niño pez, segundo opus de la directora Lucía Puenzo basado en la novela homónima escrita por la misma directora. Si bien lo que predomina aquí como plataforma narrativa es el film noir -con una trama de carácter policial- que roza la ambigüedad y desplaza la atención del 
espectador hacia otras subtramas, puede decirse que el mayor atractivo del relato se concentra en el delineamiento de los personajes, entre ellos, las dos adolescentes que protagonizan esta historia atravesada de pasión, oscuridad, violencia, tabúes y escarceos eróticos.
Si hay algo que caracteriza o mejor dicho que actúa como disparador de las acciones es la idea de fuga en un doble sentido: la fuga concreta porque hay una huida con la esperanza de un reencuentro y la fuga simbólica propiciada por la irrupción de las leyendas guaraníes o las historias imaginarias creadas por las propias protagonistas para transformar una realidad que se presenta con sus aristas más crueles. Pero esa fuga también es el camino que toma la directora de XXY (2007) al no estancar su película en un simple policial o melodrama; un recurso cinematográfico que le habilita la posibilidad de bucear por otros terrenos más sinuosos en donde, sin duda, se pone en juego por ejemplo el aspecto onírico en franca complicidad con los secretos que coronan la relación entre Lala (como siempre, brillante Inés Efrón) y la Guayi (revelador debut de Emme, Mariela Vitale). La Guayi se aventuró a cambiar su destino y probar suerte en Argentina, trabajando como doméstica para una familia de clase alta, habiendo dejado su Paraguay natal y un pasado bastante pesado junto a su padre (Arnaldo André), ex galán de telenovelas que no hizo nada por recuperar a su hija tras su partida.
Estructurado en un tiempo paralelo que se va alternando en el desarrollo del relato, la trama va incorporando elementos para armar un rompecabezas que tiene por finalidad completar la historia de secretos que surcan los caminos de los personajes.
En el comienzo el puntapié inicial lo marca la misteriosa muerte de un juez, padre de Lala, donde todas las sospechas recaen en su propia hija que huye hacia el Paraguay y como hipótesis más firme en su empleada doméstica paraguaya, quien es atrapada por la policía antes de abordar un micro. Sin embargo, lejos de sumar a la trama policial un acopio de pistas para develar los verdaderos motivos de la muerte o aventurarse a perseguir la pista de los responsables, la realizadora le resta importancia a este aspecto priorizando la
magnética y extraña relación entre Lala y la Guayi, una relación que oscila lo maternal y lo amoroso en un mismo nivel pero teñida de cierta oscuridad que no permite encuadrar en realidad cuáles son las verdaderas intenciones de cada personaje. Lo que sí puede decirse –sin intención de revelar nada- es que prevalecen los arranques impulsivos o la fuerza del deseo por encima de la razón.
Gracias a esa ambigüedad constante, lo que en apariencia puede parecer un plan de fuga es en realidad el costado invisible que marcan las propias ataduras, el propio encierro, que no siempre es físico sino también obedece a lo psicológico; a la relación de dependencia de los vínculos parentales o afectivos y también, por qué no, a un juego de sumisión y dominación que subyace constantemente y se enmascara en una historia de amor donde quienes están involucrados realizan sacrificios o acciones límites.
Algo de La ciénaga (recuérdese la particular relación entre la empleada doméstica y la hija de la dueña) se vislumbra en la atmósfera de este film, donde no hay una ciénaga para tapar las historias sino un río que desborda, igual que las emociones y los secretos; que alberga los mitos como así también los silenciosos dolores que marcan el destino de aquellos que no tienen voz.
Título: El niño pez.
Título original: Idem
Dirección: Lucía Puenzo.
Intérpretes: Inés Efrón, Mariela Vitale, Carlos Bardem, Arnaldo André, Pep Munné, Ailin Salas, Diego Velázquez, Sandra Guida, Jerónimo Perassolo, Paloma Contreras, Julián Doregger, Santiago Caamaño y Darío Valenzuela.
Género: Drama, Crimen, Romance.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 96 minutos.
Origen: Argentina/ Francia/ España.
Año de realización: 2009.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 09/04/2009.
Puntaje: 8 (ocho)
