Por Emiliano Fernández
Los secretos del poder se eleva por sobre la media de los policiales basados en conspiraciones gracias a un verosímil bien construido y una química palpable entre el elenco. El director Kevin Macdonald sabe administrar el suspenso y aporta un tono ameno, pero quizás pierde un poco el rumbo en cuanto a la estructura general de la película.
El Hollywood contemporáneo no suele ofrecer productos nobles aunque a veces se le escapa alguna que otra sorpresa. Los secretos del poder (State of Play, 2009) es un thriller político satisfactorio que sin llegar a ser una maravilla, entretiene en buena ley y cumple con lo que se pretende del subgénero. Sin lugar a dudas lo más destacado de la propuesta, más allá de los meritos concretos del equipo de realizadores, es la redención de dos actores caídos en desgracia: Russell Crowe y Ben Affleck entregan interpretaciones en verdad movilizantes y por fin consiguen que olvidemos sus vergonzosos trabajos del pasado.
No conviene adelantar demasiado de la historia por lo que sólo diremos que comienza con el asesinato de un ladrón y el aparente suicidio de una mujer. Cal McAffrey (Crowe), un periodista del Washington Globe, investiga el primer hecho y se ve involucrado en el segundo cuando se entera que la joven era la amante de su amigo y actual congresista Stephen Collins (Affleck). Todo puede estar relacionado con las audiencias encabezadas por éste último contra PointCorp, una mega contratista de defensa acusada de corrupción. Cal investigará lo sucedido junto a su inexperta compañera Della Frye (Rachel McAdams).
El correcto guión de Matthew Michael Carnahan, Billy Ray y el infaltable Tony Gilroy impone el ritmo narrativo necesario para que el misterio mantenga el interés y avance sin mayores complicaciones. Esta obra artesanal está guiada por un espíritu retro como no se veía en las salas desde hace tiempo: se basa sobre todo en los diálogos, el desarrollo de personajes, el conflicto público-privado y en una constante búsqueda de información “a la vieja usanza”, recorriendo calles y suburbios. Por suerte en el convite las computadoras prácticamente están ausentes y las secuencias de acción se reducen a un puñado en el final.
Complementando el desempeño de los protagonistas, en roles secundarios encontramos a excelentes profesionales como Helen Mirren, Robin Wright Penn y Jeff Daniels. El director Kevin Macdonald, el mismo de El último rey de Escocia (The Last King of Scotland, 2006), sabe administrar el suspenso y aporta un tono ameno, pero quizás pierde un poco el rumbo en cuanto a la estructura general de la película. Puede que sea el resultado visible de la misma naturaleza del proyecto: para aquellos que no lo sepan, esta es una adaptación de una miniserie producida por la BBC en el 2003 (fueron 6 episodios de una hora cada uno).
Los secretos del poder se eleva por sobre la media de los policiales basados en conspiraciones gracias a un verosímil bien construido y una química palpable entre el elenco. Por supuesto la novedad argumental es casi inexistente; desde Todos los hombres del presidente (All the President’s Men, 1976) de Alan J. Pakula los aportes conceptuales han sido ínfimos. Sin embargo llama la atención que en estos días de seudo autocrítica gubernamental Hollywood haya encontrado un nuevo chivo expiatorio para los crímenes de Estados Unidos alrededor del globo: como ocurre en la última temporada de 24, ahora parece que la culpa es de las todopoderosas compañías privadas y sus secuaces de turno.
Título: Los secretos del poder
Titulo Original: State of play
Director: Kevin Macdonald
Género: Suspenso, Drama, Misterio, Thriller
Intérpretes: Russell Crowe, Ben Affleck, Rachel McAdams, Helen Mirren, Robin Wright Penn, Jason Bateman y Jeff Daniels
Duración: 127 minutos
Origen: Estados Unidos, Francia, Inglaterra
Año Realización: 2009
Distribuidora: UIP
Fecha Estreno: 11/06/2009
Puntaje 6 (seis)