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jueves, 21 noviembre 2024
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Che – Guerrilla: El día después de la revolución

Por Emiliano Fernández

Reproduciendo la clásica secuencia de ascenso y declive, luego de El Argentino llega Guerrilla, segunda mitad de la mega biopic independiente Che (2008). Mientras que en la primera teníamos un relato dividido entre la participación de Ernesto Guevara en 1964 en las Naciones Unidas y el combate junto a las fuerzas rebeldes contra el régimen dictatorial de Fulgencio Batista, ahora es momento de repasar el intento fallido por internacionalizar la doctrina del “foquismo”. El rosarino consideraba que cuando están dadas las condiciones objetivas socio- económicas para una revolución en los países del Tercer Mundo, resulta fundamental el desarrollo y ampliación de una percepción subjetiva popular a través de pequeños focos insurgentes. Los conflictos en el Congo y Bolivia permitieron poner en práctica esta teoría antiimperialista sustentada en la lucha armada y la guerra de guerrillas.

Antes que nada conviene aclarar que al realizador Steven Soderbergh y al guionista Peter Buchman no les interesa la figura endiosada de Guevara ni tampoco hacer un paneo por una infinidad de datos históricos dentro del formato hollywoodense “a favor/en contra”. Lejos de cualquier estereotipo simplista, la película se mete de lleno en la cotidianeidad de la batalla sin descuidar el sustrato ideológico, ese marxismo libertario de tono romántico tan característico del protagonista. La valentía de la propuesta pasa por no obviar este discurso, el cual por cierto da sentido a todo lo acontecido, y por insistir con la necesidad de la emancipación plena de los pueblos, más allá de las muchas contradicciones de las que está plagado el camino. Los hechos históricos fueron recreados con exactitud: El Argentino está basada en “Recuerdos de la guerra revolucionaria cubana” y Guerrilla en “Diario de Bolivia”.

La edición fragmentada, el ritmo envolvente, la precisión de la música incidental, una fotografía exquisita y los diferentes condimentos de género son elementos que se unifican en un todo armónico que a su vez complementa el ascetismo argumental. Sin embargo y en buena medida, los logros del film están determinados por el desempeño coral de un elenco muy heterogéneo; capaz de sorprender no sólo a raíz de la mezcla de nacionalidades, sino también por los excelentes resultados finales (este es un factor insoslayable que a menudo genera desastres de enormes proporciones). Hagamos una lista para dimensionar los alcances de una producción en verdad multicultural: Demián Bichir (Fidel Castro), Rodrigo Santoro (Raúl Castro), Catalina Sandino Moreno (Aleida March), Franka Potente (Tania), etc. Hay que sumar los cameos de Lou Diamond Phillips, Matt Damon y… Gastón Pauls.

Por supuesto la labor de Benicio Del Toro encarnando al personaje principal es extraordinaria, de una meticulosidad suprema. El puertorriqueño construye un ser apasionante sin imitar descaradamente al original, llegando por momentos a la perfección compositiva en un opus que pone toda la responsabilidad sobre sus hombros (dice presente en casi todas las escenas). El verosímil está trabajado en función de un realismo distante y concienzudo a través de planos extensos y una gran pulcritud formal. Los enfrentamientos primero contra las fuerzas de Batista, durante la avanzada cubana, y luego contra las de René Barrientos, ya en el periplo boliviano, son retratados con crudeza y nunca caen en golpes bajos, cursilerías o el marketing de la “estampita” (por suerte no aparece la icónica imagen captada por Alberto Korda). El documental de observación fue el modelo a seguir.

Considerando el lamentable nivel del cine contemporáneo en el terreno de las biopics, no queda más que celebrar este suicidio comercial de Soderbergh y compañía. Al empardar obras como Traffic (2000) y La Delgada Línea Roja (The Thin Red Line, 1998), Che analiza con honestidad la camaradería, urgencias y paradojas que surgen de una ofensiva atomizada aunque perseverante contra un estado policial que se cree indestructible. Claro está que la película va mucho más allá políticamente porque expone desde la complicidad y el asesoramiento de la CIA en lo que respecta al aparato represivo de las dictaduras latinoamericanas hasta la ignorancia y apatía del campesinado en general. Las victorias y derrotas del viaje revolucionario nos hablan de las satisfacciones y sacrificios del idealismo pragmático: la disciplina, la moral y la justicia son los ejes centrales de este eterno porfiar.

Título: Che – Guerrilla.
Título Original: Che: Part Two.
Dirección: Steven Soderbergh.
Intérpretes: Benicio del Toro, Demian Bichir, Jorge Perugorría, Joaquim de Almeida, Franka Potente, Carlos Bardem, Marc-André Grondin, Pablo Durán, Lou Diamond Phillips, Óscar Jaenada, Eduard Fernández, Jordi Mollà, Rodrigo Santoro y Gastón Pauls.
Género: Biopic, Drama histórico.
Clasificación: Apta mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 134 minutos.
Origen: Francia/ España/ México.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 18/06/2009.

Puntaje: 9 (nueve)

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