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jueves, 21 noviembre 2024
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Cuatro muertos y ningún entierro: Respirar es un lujo

Por Emiliano Fernández

Sin lugar a dudas históricamente uno de los leitmotivs más recurrentes de la comedia negra ha sido el imponderable “¿y ahora qué hacemos con el cuerpo?”, eje a partir del cual giran las miserias de los protagonistas y sus intentos desesperados por salir inmunes de una situación tan peculiar como la señalada. En la línea de aquella pequeña sorpresa intitulada Muerte en un Funeral (Death at a Funeral, 2007), hoy llega con bastante retraso a la cartelera porteña Cuatro muertos y ningún entierro (A Film with Me in It, 2008), una maximización concreta de la fórmula en lo que respecta al absurdo y el patetismo general.

La trama se centra en Mark (Mark Doherty), un actor desempleado que no tiene mucha suerte que digamos: su novia Sally (Amy Huberman) lo quiere abandonar, su hermano cuadripléjico David (David O’Doherty) es una carga y su casero Jack (Keith Allen) no deja de perseguirlo para que le pague el alquiler de un sótano- departamento que literalmente se cae a pedazos. Sin embargo la cosa empeora aún más cuando en el transcurso de unos pocos minutos termina de golpe con varios cadáveres entre sus manos, así junto a su amigo Pierce (Dylan Moran), un cineasta alcohólico y frustrado, deberá escapar de tal coyuntura.

Con diálogos lacónicos, vueltas de tuerca inesperadas y muchos tiempos muertos, el maravilloso guion del propio Doherty juega con la idiotez y la apatía de nuestros héroes de una burguesía artística maltrecha, trabajando tanto la pasividad y desorientación existencial como la construcción de una especie de “thriller involuntario” que evade los clásicos cercos del verosímil a la Hollywood (la intromisión de una oficial de policía interpretada por Aisling O’Sullivan profundizará la crisis). La película, proveniente de Irlanda, se acopla a la tradición oscura inglesa y a los opus más nihilistas de los hermanos Joel y Ethan Coen.

El realizador Ian Fitzgibbon sabe balancear un tono entre irónico y trágico, obtiene un gran desempeño por parte del elenco y en buena medida compensa los deslices ocasionales en la progresión narrativa con un desarrollo de personajes muy ajustado y una más que interesante puesta en escena. Si a todo ello sumamos los graciosos cameos de Neil Jordan y Jonathan Rhys Meyers, el resultado es doblemente gratificante: Cuatro muertos y ningún entierro funciona como una materialización de las leyes de Murphy e invita a tratar con respeto la posibilidad de un accidente ya que respirar a veces puede convertirse en un lujo.

Título: Cuatro muertos y ningún entierro.
Título original: A Film with Me in It.
Dirección: Ian Fitzgibbon.
Intérpretes: Dylan Moran, Mark Doherty, Keith Allen, Amy Huberman, Aisling O´Sullivan y David O´Doherty.
Género: Comedia, Thriller.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 89 minutos.
Origen: Irlanda.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Impacto Cine.
Fecha de estreno: 15/12/2011.

Puntaje: 8 (ocho)

El staff opinó:

Esta sorprendente comedia negra del realizador irlandés Ian Fitzgibbon recuerda por su catarata de complicaciones a la entrañable Después de hora con reminiscencias y atmósferas propias de los mejores filmes de los hermanos Coen como Fargo, entre otros. El atractivo llega por partida doble al contar con un elenco sólido, donde la dupla Dylan Moran – Mark Doherty se cargan a las espaldas un relato plagado de vueltas de tuerca; críticas solapadas al cine y a la burguesía, que se alza por méritos propios a los primeros peldaños del alicaído universo de las comedias de por lo menos los últimos cinco años…- Pablo Arahuete (8 puntos) 

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