Cualquier adepto al rock and roll está en condiciones de nombrar varias canciones de Led Zeppelin sin temor a equivocarse. La rica historia del grupo británico liderado por Jimmy Page y Robert Plant ha trascendido las épocas para adquirir la categoría de clásico. Lo que no todos saben es que detrás de ese glorioso legado discográfico existe otra historia tan legendaria como escabrosa que da cuenta de los innumerables excesos cometidos por los muchachos durante los largos meses de gira (particularmente en los EE.UU., un mercado que los encumbró como la banda más vendedora de tickets a nivel mundial). Son muchos los libros escritos al respecto pero hay uno que me permito recomendar: la fascinante biografía no autorizada de Stephen Davis “Led Zeppelin: El martillo de los dioses”. El texto de Davis abunda en información sobre la vida cotidiana de los músicos en su hora de esplendor y es de lectura imprescindible para entender cabalmente hasta qué punto pueden ser considerados sobrevivientes esos sesentones que aparecen en la pantalla grande mientras se suceden los mágicos temas que conforman el recital Led Zeppelin: Celebration Day. Si bien es apenas el registro documental de la última reunión del grupo no deja de poseer un valor incontrastable ya que es el único concierto asequible en alta calidad de imagen y sonido. Lejana queda la mítica película La Canción sigue siendo la misma (The Song Remains the Same, de Peter Clifton y Joe Massot), que está próxima a cumplir las cuatro décadas, y que generara un culto entre los argentinos que la mantuvieron en cartel durante las trasnoches del cine Lara a lo largo de… ¡once años! Era necesaria para los fans una realización como Celebration Day. Lástima que ya no esté John Bonham, quizás el mejor baterista de rock que haya pisado la Tierra, pero la presencia de su hijo Jason ocupando su lugar le da un sentimiento terrible al reencuentro. Y esa emoción se vislumbra no solamente entre los seguidores de Led Zep sino fundamentalmente entre los músicos -el versátil bajista/tecladista John Paul Jones es el que me faltaba mencionar- que demuestran hacia él una efusividad nada habitual.
El 10 de diciembre de 2007 Led Zep salió a escena en el O2 Arena de Londres para conmemorar a Ahmet Ertegün (1923-2006), el creador del sello Atlantic Records que en 1968 le firmara al grupo un contrato multimillonario con unas garantías inmejorables para mantener la independencia creativa. Se pusieron a la venta online 18.000 entradas para un total aproximado de ¡20 millones de solicitudes! Números colosales que conmueven si pensamos que Led Zep se había disuelto en el remoto 1980 tras el fallecimiento de Bonham (según Stephen Davis ahogado con su propio vómito tras tomarse el equivalente a 40 vasos de vodka). El experimentado director Dick Carruthers utilizó 16 cámaras para filmar el histórico evento con muy pocos planos dedicados al público. Es un film destinado a satisfacer a los seguidores de la banda que podrán observar a sus ídolos con lujo de detalles mientras ejecutan como los maestros que son el equivalente a un comprimido Grandes Éxitos integrado por 16 canciones. El set list completo es el siguiente: “Good Times Bad Times”, “Ramble On”, “Black Dog”, “In My Time of Dying”, “For Your Life”, “Trampled Under Foot”, “Nobody’s Fault but Mine” (con Plant en armónica), “No Quarter” (en la que se luce John Paul Jones en teclados), “Since I’ve Been Loving You” (con Page empuñando su Gibson en una antológica, sentida interpretación), “Dazed and Confused” (aquí Jimmy castiga las seis cuerdas con un arco de violín, un acto habitual en los 70’s), la increíblemente bella “Stairway to Heaven”, “The Song Remains the Same”, “Misty Mountain Hop” y “Kashmir” (para Plant la canción definitiva de Led Zeppelin). Para los bises se guardaron dos hitazos: “Whole Lotta Love” (con Jimmy dando cátedra con el theremin) y la descomunal “Rock and Roll”, un auténtico himno para cualquier degustador de este bienamado género musical.
A diferencia del documental Coldplay Live 2012 que apela a una plataforma multimedia inmersiva para involucrar al espectador, Led Zeppelin: Celebration Day se concentra en mostrar a los músicos haciendo lo que mejor saben sin distracciones ni mayor margen para innovar. Dick Carruthers la tenía clara: el mejor espectáculo estaba sobre el escenario. Sólo resta admirarlo como lo que es: probablemente el último recital de una de las bandas más grandes que haya dado la música pero en pantalla grande y con un sonido inigualable. Un show imperdible para los fieles adeptos de Led Zeppelin quienes en breve también lo adquirirán para ser disfrutado en la comodidad del hogar gracias a su lanzamiento en todos los formatos conocidos: disco de vinilo, CD, DVD y Blu-Ray. La Canción sigue siendo la misma ya no estará tan solitaria en mi colección personal de DVD’s musicales…
Título: Led Zeppelin: Celebration Day.
Título original: Idem.
Director: Dick Carruthers.
Intérpretes: John Paul Jones, Jimmy Page, Robert Plant y Jason Bonham.
Género: Documental, Recital.
Calificación: Apta para todo público.
Duración: 124 minutos.
Origen: Reino Unido.
Año Realización: 2012.
Distribuidora: The Other Screen.
Fecha Estreno: 09/11/2012.
Puntaje: 10 (diez)