Por Facundo Franco
La joven Joey King vuelve al mundo del terror luego de su participación en El Conjuro, de 2013, para protagonizar esta historia que mezcla las características modernas del género a partir de una vieja leyenda oriental. El reparto protagónico también incluye a Ryan Phillippe (Juegos Sexuales, Crash), Ki Hong Lee (Maze Runner 1 y 2), Shannon Purser y Sydney Park mientras que la dirección está a cargo de John R. Leonetti, responsable de El Efecto Mariposa 2 y un gran éxito dentro del género, Annabelle, de 2014.
Clare (King) es una típica adolescente estadounidense que debe lidiar con todos los problemas de su edad al mismo tiempo que intenta que nadie de su colegio repare en su padre Jonathan (Phillippe) quien, para hacerle frente a su estatus de desocupado, revuelve cada basurero que se cruza por su camino, incluidos los de la escuela secundaria de su hija. Pero resulta que un buen día los contenedores le ofrecen algo más que los típicos restos de comida, ropa vieja y electrodomésticos inservibles cuando encuentra, camuflado entre la chatarra habitual, el que será el primer regalo en largos años que le haga a Clare. Se trata de una antigua caja de música china que, como descubrirá la protagonista más pronto que tarde, tiene el poder de cumplirle siete deseos a su dueño.
Este elemento fantástico que actúa como desencadenante de la historia le da forma a ese contrato implícito que se establece entre la película y el espectador y que se mantendrá durante el resto de la película. Los agregados o detalles que se van sumando, como el hecho de que detrás de cada deseo que Clare va pidiendo hay una tragedia que afecta a alguna parte importante de su vida, que el portador de la caja de música no puede venderla, regalarla o deshacerse de ella de ninguna otra forma porque las consecuencias pueden ser mortales o el pequeño gran detalle de que su última dueña no fue otra que la madre de Clare, quien murió cuando esta era muy chica, son elementos que le van dando forma a la trama y que moldean a los personajes siempre bajo ese código inicial que parece que todo lo rige.
A favor de la película hay que decir que esa parte fantástica, con sus distintas aristas, se sostiene bien al tiempo que vemos a una adolescente típica conseguir soluciones mágicas para sus problemas económicos, de popularidad y románticos. El ritmo es bastante equilibrado a la hora de ir revelando esas consecuencias que los deseos implican como también el vínculo que existe entre todo esto y el trauma que la figura de su madre representa para Clare. Ahora bien, los problemas aparecen, como muchas veces ocurre en películas de este género, con la verosimilitud de la parte más terrenal o mundana de la historia, como si los realizadores pusieran especial cuidado en mantener la coherencia de los elementos sobrenaturales en desmedro de las decisiones racionales y humanas que los implicados toman como consecuencia de esa parte sobrenatural. El tono adolescente que la película propone desde sus personajes protagónicos dice presente en este sentido dada la forma infantil con la que se plantean los giros y, sobre todo, por cómo se resuelven los conflictos principales, perdiendo realismo paradójicamente en la parte menos fantástica del relato.
Con actuaciones que no quedarán en el recuerdo, una historia que tanto dentro de su género como fuera de él ya se ha visto varias veces y una conclusión más confusa que impactante, 7 Deseos es una más entre el montón de películas de terror que pasan por las salas de cine sin pena ni gloria.
Título: 7 deseos
Título Original: Wish Upon
Dirección: John R. Leonetti
Intérpretes: Joey King, Ryan Phillippe y Sherilyn Fenn
Género: Terror
Clasificación: Sin definir
Duración: 90 minutos.
Origen: Estados Unidos
Año de realización: 2017
Distribuidora: Independiente
Fecha de Estreno: 27/07/2017
Puntaje: 4 (Cuatro)