Tanta agua: Relaciones volátiles
Por Pablo Arahuete
Nada más elocuente que un título como éste para definir una comedia agridulce que gira en torno a las imposibilidades de transformar lo que uno es o representa a imagen de los otros.
Un padre nunca dejará de ser padre por más que se disfrace de amigo o compinche y un hijo/a jamás abandonará esa mezcla de vulnerabilidad y rebeldía a cuentagotas como los protagonistas menudos de este relato arrítmico, Tanta agua, que apela al chiste en pequeñas grageas, entre líneas, sin necesidad de utilizar recursos externos más que la mala suerte de un padre divorciado, Alberto (Néstor Guzzini), en plan vacacional con una hija pre adolescente Lucia (Malú Chouza) que ya piensa en conocer chicos más que en pasar las tardes pescando en el río y un niño, Federico (Joaquín Castiglioni), con una personalidad demasiado pequeña como para imponer su deseo infantil por encima de la infantilidad de su progenitor.
Ana Guevara y Leticia Jorge Romero complementan una tarea de dirección impecable y cada una desde su lugar encuentra el espacio a la expresividad y al uso de la metáfora cinematográfica y de la metonimia al demostrar que se puede hablar del todo exhibiendo alguna que otra de sus partes en una ópera prima con voz propia.