Por Pablo Arahuete
Pareciese que una gran tormenta o un tornado arrasaron una ciudad;pareciese que esa ciudad se ubica geográficamente hablando en el conurbano, pero rápidamente la información se desvanece y arremete la charla de unos skaters que se desentienden de la información, de esa discursiva solemne de la tele para arrojar noticias, cifras y presagios con la misma espesura que la de un chicle a medio masticar derretido sobre una pared.
No se ven rostros, se escucha la palabra y los consejos que uno al otro intenta dejar para un buen mantenimiento de la tabla. La tabla es el camino pero qué camino existe cuando las calles no tienen habitantes, salvo estos nuevos pibes a quienes Perrone les propone esta vez filmarse para luego hacerse más que presente desde su edición y decisiones en las que se amolda a la idea de no salir a la calle a filmar.
Otra vez una manera de decir mucho con poco; otra vez un barajar y dar de nuevo para que lo viejo-nuevo o lo nuevo-viejo sume otro modo de hacer su cine. Las charlas también esconden la percepción de la realidad, aunque en la imagen y en la textura a veces más nítida que otras construyen un micro clima de puro presente. También parece existir un acuerdo entre el director de Ituzaingó y los protagonistas de no contextualizar ni hacer mención a nuestra realidad de cuarentena eterna o pandemia en Argentina.
En ese escenario de calles vacías, transitan ellos con su presente y desparpajo, tal vez desafiantes, se ríen de chistes internos, recrean momentos de Gran Hermano quizás como guiño o indicio de una generación consumidora de ese tipo de programas para sacar el cinismo a flor de piel.
Y todo ese arsenal de imágenes encuentra el puente de la metanarrativa en el título que alude a una hora particular de una madrugada cualquiera, en un abrir y cerrar de ojos donde el humo blanco se exhala y el cine de Raúl Perrone se vuelve a respirar.
4tro v3int3 (Argentina, 2020). Dirección: Raúl Perrone. Duración: 104 minutos. Disponible en: https://docbsas.com.ar/
