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sábado, 23 noviembre 2024
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El misterio de la libélula: Con las mejores intenciones

Por Pablo E. Arahuete

Creer o no creer. Esta es la premisa de El misterio de la libélula, y pareciera que además es la línea argumental elegida por Hollywood últimamente para abordar el tema de la muerte y lo desconocido; sino tomemos como ejemplo Mensajero de la oscuridad, otro título a estrenarse en unos meses que reincide en estas cuestiones a través del cine de género.

La dialéctica Razón vs Fe siempre resulta un buen punto de partida para iniciar una historia con ribetes de melodrama y algo de lo sobrenatural al estilo Ghost, la sombra del amor, sumado a un conjunto de personajes secundarios funcionales a la trama. Con un arranque vertiginoso y fluido, el film presenta el conflicto central: Joe (Kevin Costner) es un médico que pierde trágicamente a su mujer Emily (Susana Thompson) en un accidente. Ella era doctora y realizaba tareas humanitarias junto a la Cruz roja en Venezuela. Emily esperaba un hijo y su cuerpo nunca pudo encontrarse.

Joe trata de rearmar su vida, pero una serie de hechos inexplicables lo obligan a creer que ella quiere comunicarse con él, e incluso que tal vez esté viva. En ese juego de opuestos entre la razón y la fe se desarrolla el film, planteando un enigma que Joe (y el espectador) deberá resolver, atando cabos sueltos que le proporcionan una serie de personajes y haciendo caso omiso a las impresiones ajenas.

Hasta la última media hora, la propuesta es interesante porque el realizador elige mantener el terreno de ambigüedad entre lo real y lo alucinado, con un Kevin Costner ajustado a las circunstancias, sin tics ni acartonamientos, como así también se destacan los personajes secundarios como Kathy Bates (la buena vecina).

La trama tiene ritmo, intenta sortear lugares comunes proporcionando las dosis justas de información para ganar suspenso y encolumnarse en lo que podría considerarse un thriller sobrenatural. En esa apuesta de abrir el juego es donde el espectador gana, pero pierde subrepticiamente en la última media hora, con una resolución apresurada, poco prolija, engañosa y fallida, digna de los peores vicios del mainstream.

De este modo, el film de Shadyac (Patch Adams, Mentiroso, mentiroso) se convierte en un pastiche de buenas intenciones, conceptualmente irritable porque subestima al espectador queriéndole explicar todo y, como suele pasar, arroja por la borda una buena historia y con un planteo prometedor.

Así como las libélulas son atraídas por la luz y cuanto más se acercan a ella mueren quemadas, con el film ocurre algo similar: las luces brillan al comienzo, y a medida que nos adentremos en ese esplendor descubriremos que se trataba de otro reflejo oscuro.

Título: El misterio de la libélula.
Título Original: Dragonfly.
Dirección: Tom Shadyac.
Intérpretes: Kevin Costner, Susanna Thompson, Joe Morton, Ron Rifkin, Linda Hunt y Kathy Bates.
Género: Thriller, Drama, Fantasía.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 104 minutos.
Origen: EE.UU./ Alemania
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 23/05/2002.

Puntaje: 5 (cinco)

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