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jueves, 21 noviembre 2024
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Las confesiones del Sr. Schmidt: El show del gran Jack

Por Omar Tubio

En el film Código de honor (The pledge, 2001), su último trabajo estrenado donde lo dirigía su colega y amigo Sean Penn, Jack Nicholson componía a un viejo policía que, al comenzar la película, celebraba -o más bien le celebraban- su jubilación como tal. En un rol comprometido y de difíciles aristas, Nicholson brindaba una de sus mejores actuaciones en los últimos años; sobrio, contenido, creíble y guiado con mano férrea por un actor y director de similar talento. Allí, a pesar de retirarse, se comprometía a resolver un asesinato hasta las últimas consecuencias.

Y de jubilaciones y retiros sigue la historia, ya que al Sr. Schmidt también le llega su turno, pero muy lejos de crímenes y de historias policiales. La taciturna y aburrida vida de este gris empleado jerárquico de una Compañía de Seguros, sólo se ve alterada cuando a poco de empezar a “gozar” del ocio y el tiempo libre, su esposa de toda una vida muere imprevistamente. Su ocupación más relevante antes de este desgraciado hecho – dejándose tentar por un anuncio en la TV– había sido apadrinar a un huerfanito africano enviando la suma de u$s 22 al mes, cosa que hacía secretamente y que le permitía a su vez, establecer un vínculo ajeno a su realidad y poder revelar sus más intimas confesiones a un desconocido (mediante el viejo y conocido recurso de la voz en “off”)

Con su soledad a cuestas, el Sr. Schmidt se larga a la ruta en su flamante casa rodante, con la idea de detener la boda de su única hija y convencerla de que su prometido es un fracasado. El problema es que la relación paterno filial no es de las mejores y el entorno familiar del joven novio tampoco ayuda. Shmidt caerá en la cuenta de que sus relaciones más cercanas (esposa, hija, amigos) ya no son lo que eran y que, inesperadamente, su vínculo más lejano e intangible le tenderá un puente hacia la esperanza, en un final -hay que reconocerlo– muy conmovedor.

Personajes comunes que rayan la mediocridad, conflictos pequeños, situaciones grotescas y un clima que en forma constante oscila entre lo farsesco y el humor negro. Alexander Payne, su director y guionista, pega con Las confesiones del Sr. Schmidt el gran salto hacia el gran cine industrial, teniendo en cuenta que sus anteriores films en la Argentina fueron directo al video (Citizen Ruth de 1996, y La elección de1999), tratando de mantener su independencia y algo de su sello personal en cuanto a la construcción de sus personajes y a lo que quiere contar y cómo hacerlo. En una entrevista reciente, Payne contaba que mientras escribía el guión lo hacía pensando en Nicholson, y quizás ahí radique la causa por la cual el joven cineasta no logre obtener los mismos resultados de sus muy interesantes obras anteriores.

Jack Nicholson, quién lo duda, es uno de los actores más dotados de su generación. No existe hoy por hoy en la industria del cine un actor más reverenciado que él. Se lo conoce con el grandilocuente apodo de “el gran Jack”, fue nominado al Oscar catorce veces y seguramente lo será nuevamente este año pese a la gran competencia (Caine, Lewis, Cage..) y así y todo, este monstruo de la actuación a rienda suelta es un peligro y un arma de doble filo. Cuando cabalga desbocado es inalcanzable para muchos directores, y ha quedado demostrado en varias ocasiones. Esta es una de ellas.

Nicholson se “come” al personaje, se lo devora sin miramientos, y es entonces donde dejamos de ver al patético Sr. Schmidt y nos deleitamos con el show del viejo zorro, al que pese a conocerle sus viejas mañas, no deja de seducirnos con sus trucos y sus ojitos pícaros. Si hasta pareciera que por momentos Schmidt se transfigurara en el entrañable Melvin de Mejor imposible… ¿o estaré viendo visiones?

Kathy Bates es la única que se pone a la par y no se deja amedrentar por el carisma avasallante del actor; como la muy particular madre del prometido que despliega todos sus encantos, la actriz descuella y entrega toda su humanidad (así como suena) al personaje.

Señores, la polémica está servida y seguramente muchos lectores no estarán de acuerdo con quien esto escribe. El Festival Nicholson está allí, en todo su apogeo y es muy disfrutable… ¿por qué negarlo? Pero si de verdad quieren descubrir al actor con mayúsculas, a ese lo van a encontrar en otro film. Código de honor, por ejemplo.

Título: Las confesiones del Sr. Schmidt.
Título Original: About Schmidt.
Dirección: Alexander Payne.
Intérpretes: Jack Nicholson, Dermot Mulroney, Hope Davis, Kathy Bates, Howard Hesseman, Len Cariou, June Squibb, Connie Ray, Harry Groener y Matt Winston.
Género: Comedia, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 125 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 06/02/2003.

Puntaje: 6 (seis)

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