Por Juan Blanco
A pesar de que se trata de un thriller que cuenta con actores de gama alta y con un director y escritor tras el proyecto digno de destacar, Heist (o bien llámese Un plan perfecto) es un film destinado al video, sin el privilegio de ser proyectado en las salas de cine. Dicha decisión, como de costumbre, no responde a criterios puramente cinematográficos, ya que si se lo procesa un rato Heist resulta mucho más digno que tantos otros títulos ofertados en cartel, sino que atiende a cuestiones de distribución; de esas que necesitan ver el negocio por sobre cualquier propósito artístico. Y lo cierto es que si de negocios se trata, Heist no aseguraba ninguno, dando cuerpo entonces a un nuevo “acto de censura” local (aunque no propiamente dicho…).
El motivo es porque se trata de un David Mamet demasiado puro, artificioso, abusivo con su propia historia y personajes, y eso en este tipo de propuestas –donde el suspenso se suele demandar realista y persuasivo- al público no le gusta. Pero lo curioso es que no lo es de mala manera, ni de una poco noble, sino de la más inofensiva que puede llegar a perpetrar un realizador que gusta jugar con sus anécdotas, como acostumbra hacerlo de manera ostensible David Mamet.
Resulta que hay un ladrón a punto de retirarse (Gene Hackman), a quien su “jefe”, o más bien empleador (Danny de Vito) lo manipula para efectuar un último golpe; uno que podría comprometer toda su carrera y su futuro; uno que también podría enfrentarlo con su esposa (Rebecca Pidgeon, parte del crimen por supuesto) y sus colegas (entre los cuales se destacan Delroy Lindo y Sam Rockwell); en fin, un golpe que lo haría replantearse sus lealtades, y por sobre todo las de sus seres queridos, allegados y compañeros de negocios.
Heist es un entramado de engaños que no deja de fragmentarse y de especular con los puntos de vista de su historia. Es, bien dicho, un Mamet puro, quizás el más exagerado y poco creíble de toda su filmografía como director, pero asumido y al descubierto. Si se busca un por qué, habría que decir que David Mamet es un artista para el que el cine existe como un portal a lo increíble, a lo maravilloso, al mundo del revés. Por eso sus personajes tienen un coeficiente intelectual superior a todo lo científicamente comprobado; por eso el tiempo en sus andares no corre al mismo paso que en nuestro mundo ni afecta del mismo modo a los objetos; y por eso la suerte para ellos no es un juego de azar, sino un conjunto de mecanismos de guion. Lo único que refleja a las historias de Mamet -entre ellas Un plan Perfecto– con nuestras convenciones es el amplio espectro de las emociones humanas, en especial la codicia, la corrupción espiritual y el egoísmo. Pero en sus films las consecuencias de tales pasiones tan poco dignas como incontrolables son demasiado arbitrarias, y quizás propensas a una incomprensión por parte del público que habrá de reírse de su cine, en lugar de reírse con él. Y he aquí el riesgo comercial previsto para la distribución de Heist, y su consecuente y lamentable relego al formato televisivo.
En algún punto es verdad: no se trata del Mamet más grandioso de todos, pero aún convence de que siempre es un gusto ser burlado con tanto estilo. Uno único, por cierto.
Título: Un plan perfecto.
Título original: Heist.
Dirección: David Mamet.
Intérpretes: Gene Hackman, Danny De Vito, Delroy Lindo, Sam Rockwell, Ricky Jay, Patti LuPone y Rebecca Pidgeon.
Género: Thriller, Drama.
Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 109 minutos.
Origen: EE.UU./ Canadá.
Año de realización: 2001.
Editora: AVH.
Fecha de estreno: 21/05/2003.
Puntaje: 7 (siete)
Notas relacionadas: Mentiroso de corazón – dossier de David Mamet