Por Pablo Arahuete
Adentrarse en el universo de 2046, último opus del realizador hongkonés Wong Kar-Wai, implica un esfuerzo para el espectador que está acostumbrado a las tramas lineales o que obedecen a las reglas de un género. Si hubiera una palabra para definir el cine del creador de Felices juntos, sin duda calzaría perfecto el término “experimentación”. Eso no quiere 
decir que el autor de Con ánimo de amar se vuelque a un cine experimental, sino que experimenta con los recursos y elementos cinematográficos y narrativos en una permanente búsqueda expresiva y de estilo, que resulta vivificante y admirable en el panorama del cine actual. Claro, semejante experiencia supone riesgos, fallas de cálculo, a veces falta de certezas.
De todos modos, el intento merece un reconocimiento por tratarse de un exponente del cine asiático, alejado de las prácticas industriales. 2046 – Los secretos del amor (así se la tradujo aquí) es el resultado de un largo proceso que se extendió durante cuatro años; mutó entre tramas y trasfondos distintos hasta encontrar una forma definitiva. Ese camino determinó que el film se entroncase con su antecesor, Con ánimo de amar, no como una segunda parte, sino como un puente o plataforma de lanzamiento para un relato en permanente fuga hacia adelante. Esto significa -por un lado- un film construido por partes, digresiones y fragmentos, donde el tiempo cronológico se rompe y da lugar a un tiempo narrativo discontinuo.
Para estructurar una trama que se bifurca a un ritmo constante, el realizador emplea una voz en off, la del protagonista (Tony Leung) que articula las historias como testigo de la acción o como creador en la ficción de una novela que irá escribiendo durante todo el film. El punto de partida recupera a los personajes de Con ánimo…, el ambiente y la época de los 60; los pasillos largos y oscuros, los encuentros clandestinos, donde había nacido una historia de amor con la misteriosa y sensual Maggie Cheung, finalmente truncada. De ese romance no consumado perdura el recuerdo, las huellas del pasado que se niegan a desaparecer, pese a los esfuerzos del olvido y de su aliado: el tiempo. Esta es la premisa básica que sustenta la trama.
En realidad, Wong Kar-Wai reescribe y reinventa bajo el pretexto de la multiplicidad de historias, espacios y personajes, la imposibilidad de aquella historia de amor, núcleo del opus anterior. Tony Leung, alter-ego cinematográfico de Wong, también reescribe su romance fugaz a través de las partes de una novela y conoce diferentes mujeres durante su estadía en una pensión. Acechado por el fantasma de Maggie Cheung, quien se multiplica en los rostros femeninos que lo rodean -tal vez reales o producto de su imaginación literaria-, diferentes mujeres envueltas en intensas historias de amor bajo la mirada nostálgica de su protagonista y, en consecuencia, del director nacido en Shangai.
Así surgen los encuentros y desencuentros con la joven Zhang Ziyi (Héroe); la hija del dueño de la pensión (Faye Wong); una exuberante Carolina Lau, quien encarna a Lulú y finalmente la fantasmal Gong Li (Esposas y concubinas). Si bien entre las mujeres se
debaten el amor, el deseo, y la traición del protagonista, este escritor, enclaustrado en la habitación 2047, intentará fugarse hacia el futuro en el mundo ficcional de su novela intitulada 2046. Pero el futuro se convierte en una relectura del pasado. Por eso, el texto se ramifica en subtextos, en subtramas entrelazadas por la banda sonora compuesta de boleros. Quizás, el bolero represente con mayor fuerza la cristalización de un momento y la fugacidad de otro, la evocación constante de la última vez.
Esta evocación, irrupción obstinada de la nostalgia y la memoria, encuentra su correlato en el campo literario desde la narración pausada y meticulosa, y además halla su expresión más vívida en el cine. 2046, entonces, es el lugar utópico del que nadie regresó, un espacio donde se confrontan los recuerdos y viven los fantasmas del pasado.
Así como el protagonista huye hacia el futuro en la novela que imagina, se le interpone siempre el pasado, la añoranza de aquellos días felices. Wong Kar-Wai avanza un paso más en la búsqueda de un lenguaje cinematográfico propio. Capaz de sintetizar su virtuosismo visual con una deslumbrante sinfonía de colores, texturas y fondos, con su capacidad de contar una historia sencilla, a veces cursi, que recorre las influencias de Fassbinder con su juego de espejos y reflejos, la melancolía existencial de Antonioni y la literatura de Marcel Proust, entre otros.
Un director de la nueva ola asiática, con demasiado cine encima, que ya merece un lugar en el podio de los maestros.
Título: 2046 – Los secretos del amor.
Título Original: 2046.
Dirección: Wong Kar-Wai.
Intérpretes: Tony Leung Chiu-Wai, Zhang Ziyi, Faye Wong, Gong Li, Takuya Kimura, Chang Chen, Maggie Cheung, Siu Ping-Lam, Carina Lau y Angela Dong.
Género: Drama, Romance, Sci-fi.
Clasificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 129 minutos.
Origen: Hong Kong/ China/ Francia/ Italia/ Alemania.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 25/08/2005.
Puntaje: 9 (nueve)
