Por Pablo Arahuete
La máscara y el rostro de un líder carismático (que tras un golpe de estado tomó el poder en 1971 en Uganda) son las zonas narrativas que unen la trama de este film dirigido por Kevin Macdonald. Basado en la novela homónima de Giles Foden, El último rey de Escocia construye desde la ficción el encuentro y la magnética relación de un joven médico escocés, Nicholas Garrigan (James McAvoy) y el sanguinario tirano africano Idi Amin (genial composición dramática de Forest Whitaker), quien se proclamara, luego de derrocar al pro-comunista Milton Obote, “Presidente de por vida” bajo un gobierno personalista, autoritario, que implantó el terror y asesinó a más de trescientas mil personas, incluidos miembros de la oposición.
Sin embargo, el entramado histórico de la cruda realidad de esta nación africana, que recibió con euforia y esperanza a este dictador de personalidad electrizante y retórica populista, queda como trasfondo del verdadero núcleo del film. Por eso resulta verosímil -en primera instancia- el encuentro casi hipnótico entre Garrigan y Amin cuando un accidente fortuito los enfrenta cara a cara. Quizás debería decirse máscara a máscara porque tanto uno como el otro se ven seducidos por el misterio y cierta idea de predestinación. Un misterio que a medida que la relación de amistad crezca irá revelando sus aristas más oscuras, y así la fascinación previa se tornará en una fuente de odio y venganza donde los verdaderos rostros salen a la luz.
Sobre esta plataforma, el guión de Macdonald procura tomarse el tiempo necesario para delinear la psicología de sus personajes. Comienza por la ingenuidad y ceguera de un joven ambicioso -recién llegado a una geografía exótica- que se convierte de un segundo a otro en el médico y consejero de un presidente poderoso, y culmina en la eficiente elaboración de la figura de su antagonista. Este es el aspecto más interesante del film, que aborda la arrolladora presencia de Idi Amin desde una faceta más humana y contradictoria, en lugar de caer en la estigmatización resaltando sólo su monstruosidad, que gracias a la paciente caracterización de Whitaker surge de manera gradual.
No obstante, una vez que las cartas se ponen sobre la mesa y el trasfondo gana protagonismo, la película no toma un buen rumbo para dejar que la historia se profundice. El viraje es tan abrupto y recargado de situaciones evitables que da la sensación que Kevin Macdonald no supo qué contar y a riesgo de no encantarse (como el doctor escocés) con su creación de Idi Amin tuvo que opacarlo demasiado pese a los enormes esfuerzos del actor de Bird. Salvo este pequeño desacierto, la película merece una oportunidad y Forest Whitaker su Oscar.
Título: El último rey de Escocia.
Título Original: The Last King of Scotland.
Dirección: Kevin Macdonald.
Intérpretes: Forest Whitaker, James McAvoy, Kerry Washington, Gillian Anderson, Adam Kotz, Simon McBurney, David Oyelowo y Sarah Nagayi.
Género: Biografía, Drama histórico.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 123 minutos.
Origen: Reino Unido / Alemania.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Fox.
Fecha de Estreno: 15/02/2007.
Puntaje: 7 (siete)