Por Celín Cebrián, corresponsal de Nueva Tribuna España
Lisandro Alonso nace en 1975 en Buenos Aires. Su cine se inscribe dentro del cine independiente, de planteamientos radicales. Hasta el año 2000 trabaja como ingeniero de sonido. Ese año realiza su primer largometraje: La Libertad. Estamos ante un director de formas puras. Con esta película y las dos siguientes, Los muertos (2004) y Fantasma (2006), asienta las bases de un estilo propio. Su siguiente trabajo, Liverpool (2008) vendió en Argentina 1.989 entradas, recaudando tan sólo 630 dólares. Él se sinceró diciendo “que el punto de partida de sus películas no es el argumento sino la selección de localizaciones”.
Hay quienes piensan que desde que su película Libertad pasó por la sección “Una cierta mirada” del Festival de Cannes, se creó una conciencia de que su nombre suponía una importante renovación dentro del cine argentino, marcando un punto y aparte respecto a los representantes de la generación de los noventa. En 2014 realiza Jauja, que supone otro paso adelante dentro de la estética de Lisandro Alonso. Digamos que, en este caso concreto, es un auténtico salto mortal.
Su cine va más allá de la narración. En cuanto a su obra, digamos que invierte la clásica jerarquía de la fábula griega. O sea, que es más un cine de imágenes que de conceptos, más de espacios que de narrativa, de cuerpos que de personajes, de tiempo y espera y suspense, corporal antes que intelectual, un cine entre ficción y documental, entre la imagen y la realidad.
La pasión y la energía con la que afronta sus trabajos son siempre los mismos. A la hora de trabajar, es un cineasta honesto. Sus obras habitan un territorio muy personal que invita al espectador al mundo subjetivo de la memoria, el mito y el anhelo profundo.
Eureka, su última película (2023), también compitió el año pasado en la sección Un certain regard. Se trata de un trabajo que tiene ecos claros de sus películas anteriores. Ambientada en 1870, Lisandro Alonso nos muestra la reserva india de Pine Ridge, un lugar donde el promedio de vida es de cincuenta años, con desempleo, alcoholismo, drogadicción y suicidio infantil.
Un experimentado cowboy (Viggo Mortensen), une fuerzas con una experimentada pistolera (Chiara Mastronianni), y llega a un pueblo perdido dispuesto a recuperar a su hija, creyendo que ha sido secuestrada. Ese es el comienzo de una estructura que funciona como cajas chinas. Pero como esto no es un cuento de hadas monocromático, Lisandro Alonso recurre a la televisión y el blanco y negro pasa al color, y lo que hemos estado viendo hasta ese momento no es otra cosa que la película que visiona Alaina, la chica que es oficial de policía y que está cansada de su trabajo y de vivir en la reserva. Harta, decide no contestar la radio en toda la noche.
Fotografiada por el operador de Aki Kaurismäki, Timo Salminen, intercambia largas tomas que parecen habitaciones en las que cada uno lleva su propio ritmo. Alaina, en sus salidas nocturnas, parece una vagabunda que se va encontrando a lo largo de la reserva seres inadaptados, sin que cesen las llamadas telefónicas y deje de sonar la música. Mientras la película avanza deja de ser realista para meterse en un mundo más abstracto. Y aquí aparece su sobrina Sadie, una entrenadora de baloncesto, que parece un halo de esperanza y que ha estado preocupada por Alaina toda la noche y que también está un poco harta de vivir donde vive. Con la ayuda de su abuelo, Sadie emprende un viaje. Es cuando la película da un giro inesperado. Y vuela a través del tiempo y del espacio hasta Sudamérica, donde los nativos del Amazonas leen los sueños y buscan oro. Uno de los personajes de Eureka dice: ”El tiempo es un invento de los hombres, sólo el espacio es real”.
La película se abre como un western en blanco y negro y pasa de la reserva de los Oglalas Lakora, en Dakota del Sur a la selva brasileña. Esta segunda parte huele más a cine policíaco. Y termina con una tercera parte en la que hay una conexión de lo animal con lo mítico, personajes que hablan en sueños… Protagonizada por Viggo Mortensen y Chiara Mastroianni, en el filme destaca la interpretación de la joven sioux Sadie LaPointe, que parece tener algo “puro”, sin que deje de pasear su mirada serena en torno a la desolación que le rodea. Alonso, el director, parece invitarnos a que nos detengamos ante la verdad y la belleza. De ahí que el director buscara que la película tuviera una esencia indígena, nativa.
Su cine, como siempre, se apoya en el ritmo emocional. Cada secuencia, con esos planos fijos, mantenidos, le permiten al espectador participar de la emoción e ir reconociendo la identidad de los personajes. El ritmo roza la técnica del documental. Los protagonistas vagan por los exteriores buscando darle un sentido a sus vidas.
Título: Eureka.
Título original: Idem.
Dirección: Lisandro Alonso.
Intérpretes: Rafi Pitts, Luisa Cruz, Adanilo Costa, Sadie Lapointe, Villbjørk Malling, Viggo Mortensen, Chiara Mastroianni y Alaina Clifford.
Género: Drama, Western, Fantástico, Policial.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 146 minutos.
Origen: Argentina/ Francia/ Alemania/ Portugal/ México.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: Lat-e.
Fecha de estreno: 14/03/2024.
Puntaje: 8 (ocho)