Por Alan Prince
Roy Freeman (Russell Crowe) es un ex detective en etapa avanzada de Alzheimer, tiene notas por todos lados y durante sus días se somete a tratamientos experimentales para su condición, pero cuando un viejo caso de homicidio se reflota con la ejecución del responsable del crimen, quien nunca dejó de insistir en su inocencia, Freeman ve eso como un desafío para poder estimular su memoria.
Esta coproducción australiana estadounidense, ópera prima del habitualmente guionista Adam Cooper, no es algo que no haya visto antes. Asesino sin memoria con Liam Neeson o la paradójicamente memorable Memento (2000), resultaban llamativas por el solo hecho de jugar con lo imprevisible. En cambio acá tenemos secuencias previsibles, que buscan a su vez sacarnos alguna lágrima sobre el paso del tiempo y lo que esto conlleva.
Aún me pregunto como sobreviví a ver este filme, que en sus casi dos horas recién se puso 
interesante sobre el final, pero al menos debo rescatar que Russell Crowe y Karen Gillian hicieron lo que pudieron con esta historia que fabrica giros previsibles buscando obtener justamente el efecto contrario.
La premisa no está nada mal pero la ejecución resulta un sacrilegio, ofreciéndonos más de lo mismo. Al menos Memento o Asesino sin memoria habían jugado un poco mejor con esta temática. Algo que rescato más allá de la “tortura” es que a su vez tiene un efecto hipnótico, porque al menos te desafía a ver si acertás o no sobre cómo se resuelve el caso (y no es spoiler, porque este tipo de propuestas siempre se decanta por una resolución más o menos similar).
Basada en el libro “The book of mirrors” de E.O Chirovici, quien también participó en la adaptación de su historia, junto a Bill Collage y el director debutante Adam Cooper, la película tenía todo para plasmar una gran historia y pulir si algo en el libro no funcionó. Pese al prontuario fílmico de Cooper y Collage -ambos estuvieron involucrados en el guion de Éxodo: Dioses y Reyes (2014), Divergente: Leal (2016) o la espantosa El Transportador Recargado (2015)– tenía la esperanza de que las cosas iban a cambiar un poco. Mala mía…
Por desgracia, Recuerdos mortales termina siendo una propuesta para el olvido, no solo para su reparto, sino sobre todo para los espectadores.
Título: Recuerdos mortales.
Título original: Sleeping dogs.
Dirección: Adam Cooper.
Intérpretes: Russell Crowe, Karen Gillan, Marton Csokas, Tommy Flanagan, Thomas M. Wright, Kelly Greyson, Lynn Gilmartin, Harry Greenwood y Zara Michales.
Género: Basada en novela, Thriller, Crimen, Drama.
Calificación: Apta mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 110 minutos.
Origen: EE.UU./ Australia.
Año de realización: 2024.
Distribuidora: Imagem Films.
Fecha de estreno: 11/04/2024.
Puntaje: 4 (cuatro)
