Por Iara Reboredo
Victoria Hladilo nos trae una propuesta original, proveniente de una obra que ella misma escribió y dirigió hace algunos años. La historia cuenta la crisis de una pareja luego del nacimiento de su primera hija. Mariano hace un viaje junto a sus amigos, y vuelve con anécdotas incontables. Andrea se queda con su hija, pero también tiene sus secretos. Todo se sale de control cuando Andrea organiza una fiesta sorpresa para su marido, y decide invitar a los amigos en cuestión. Las circunstancias no ayudan: un partido de fútbol importante se transmite al mismo tiempo que la fiesta, la comida es un desastre, y Andrea constantemente pide silencio para no despertar a la bebé. A todo esto, se suma una peculiar invitada, que, no solo asiste al evento, sino que fue parte del viaje de Mariano y sus amigos.
La fiesta empieza, pero sin Mariano. El encargado de llevarlo a su casa lo pierde de vista, y todo se retrasa. Mientras tanto, Andrea lucha por mantener el festejo a flote con los invitados que ya habían llegado quienes, a duras penas, tratan de mantener el espíritu al máximo. Cuando aparece Mariano, la casa se transforma en un caos; una batalla que escala hacia un todos contra todos, donde los secretos salen a la luz y la tensión llega al tope. Mariano hace lo posible para sostener esa felicidad que creía tener, pero Andrea se cansa de pelearla.
Hladilo nos pone en un lugar incómodo como espectadores, analizando cada situación, cada roce entre los personajes, cada frase. Nos lleva a evaluar un escenario en el que no nos gustaría estar, pero de igual forma nos sentimos parte de este. La película no intenta esconder su origen teatral, desde la puesta en escena hasta los diálogos, y cómo se pisan los personajes entre sí con sus acciones, generan un humor incómodo, que no es malo, sino que aumenta la esencia de cada personaje.
El uso constante de primeros planos para tratar a los personajes indaga más en esa incomodidad, propician momentos tensos que terminan en alboroto, ocasionando la risa por parte de la audiencia, pero en ese mundo ficticio (que tranquilamente podría no serlo) la risa no es una opción.
Todo el elenco logra desenvolverse en esta comedia; un grupo de adultos que no sabe sobrellevar sus problemas, echándose la culpa los unos a los otros, siendo incapaces de aceptar sus propios errores y generando más enredo. Cada uno encaja con su rol, pero nadie logra destacar.
La culpa de nada podría ser una representación de la frase “reírse para no llorar”. Se muestra como una proyección de las relaciones sociales honesta y cruda, que, desde afuera, se torna divertida, pero por dentro es completamente caótica e hiriente.
Título: La culpa de nada.
Título original: Idem.
Dirección: Victoria Hladilo.
Intérpretes: Manuel Vignau, Julieta Petruchi, Victoria Hladilo, Julián Doregger, Debora Zanolli, Martín Tecchi, Leonardo Azamor y Amalia Dalí.
Género: Drama.
Calificación: No disponible.
Duración: 97 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2024.
Distribuidora: Independiente.
Fecha de estreno: 15/08/2024.
Puntaje: 6 (seis)