Por Iara Reboredo
La ópera prima de ficción de Aníbal “Corcho” Garisto llega a las salas argentinas con una propuesta fresca que combina la comedia romántica y el “coming of age” en un entorno singular: la Isla Martín García. La película presenta una historia minimalista sobre la búsqueda de identidad en un contexto donde la naturaleza y las relaciones humanas juegan un papel importante.
La trama sigue a Germán (interpretado por Ignacio Quesada), un artista adolescente que, obligado a mudarse con su madre (Mora Recalde) a una isla con solo cien habitantes, se enfrenta a los desafíos de la juventud en un escenario insólito. Este cambio radical de entorno se convierte en un impulso para la exploración de su creatividad y sus emociones.
Al ver esta película, sentí que la elección de la isla como escenario no es meramente geográfica; es un espacio que simboliza en gran parte el aislamiento, y a su vez la posibilidad de reconectar con uno mismo, lo que resuena con la búsqueda de autenticidad por parte del protagonista.
El director Aníbal Garisto, conocido por su trabajo en documentales (Los Ojos de América en 2014, ganador de un Martín Fierro), aplica su habilidad para capturar la esencia de la vida en la isla a través de una cinematografía que resalta la belleza del paisaje natural. El uso de los sonidos de la isla aporta autenticidad a la película, crea un ambiente admirable, sereno, que contribuye a la construcción del espacio. La dirección de arte de Bárbara Brandt y la fotografía de Delfina Margulis Darriba son lo que más aprecié de la película, cada plano, cada escena, cada detalle aportaba algo distinto a la historia; logra reflejar y explotar al máximo el potencial de la locación. Además, salieron victoriosos de crear un contraste armonioso entre el desamparo en un principio, y la vitalidad de las experiencias, la exploración, aportando una atmósfera que se amolda a lo que la trama necesita.
La película presenta un tono de humor sencillo, sutil y a veces irónico, que se entrelaza con momentos de ternura, equilibrando la carga emocional que presenta la narrativa. Garisto logra un enfoque que, sin recaer demasiado en los clichés, permite que la película fluya y conmueva al mismo tiempo. La historia es fresca y bastante auténtica, a decir verdad, más allá que tenga algunos aspectos predecibles, captura cierta esencia de juventud y varios de sus dilemas. Poder meternos en los pensamientos de Germán genera una conexión implícita con el personaje, lo que (desde la mirada de una chica de 20 años), permite que en cierto punto uno pueda identificarse con el viaje del protagonista.
Ignacio Quesada se lleva los aplausos, verdaderamente logró interpretar a un personaje dulce, introspectivo, hasta vulnerable, que consigue empatizar fácilmente, adoptando esa curiosidad por lo nuevo, que es lo que finalmente desemboca en su transformación. También quiero destacar el papel de Mora Recalde, quien hace de la madre de Germán. Ambos crearon una relación madre/hijo que refleja la complejidad del entendimiento, e incluso el conflicto de intereses, que pasa sin escala a la incondicionalidad. Hay varias escenas donde encajan a la perfección, que me enternece recordarlas.
A pesar de que esta película se presente como una comedia romántica, creo que va más allá de eso. Si bien ese romance es lo que potencia al personaje, siento que este proyecto se aferra más a la introspección, la búsqueda de lo propio, hasta de uno mismo. Una película sanadora, que incentiva a explorar los caminos que recorremos hasta llegar a la madurez y el crecimiento personal.
Martín García sin duda fue una sorpresa que no esperaba encontrar, pero me alegra haberlo hecho.
Título: Martín García.
Título original: Idem.
Dirección: Aníbal “Corcho” Garisto.
Intérpretes: Nacho Quesada, Thelma Fardín, Mora Recalde, Martín Lavini y Rafael Ferro.
Género: Comedia, Coming of age.
Calificación: Apta mayores de 13 años. Duración: 82 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2024.
Distribuidora: Lumen Cine.
Fecha de estreno: 26/09/2024.
Puntaje: 7 (siete)
