Por Iara Reboredo
Dirigida por Diego Lerman, El hombre que amaba los platos voladores ofrece una mirada cautivadora a la vida de José de Zer, un periodista icónico de la televisión argentina en los años 80. Con Leonardo Sbaraglia en el papel principal, la película relata cómo un aparente avistamiento de OVNIs en Córdoba se convierte en un fenómeno mediático que atrapa la atención del país. A través de una narrativa que entrelaza la realidad con el mito, Lerman presenta una crítica aguda sobre el papel del periodismo en la construcción de la realidad.
La trama sigue a José de Zer (Sbaraglia), un periodista carismático y algo sensacionalista, quien, junto a su fiel camarógrafo Carlos “Chango” Torres (Sergio Prina), se embarca en la investigación de un extraño y desconcertante círculo en un pastizal. Lo que comienza como un suceso menor pronto se transforma en un evento nacional, gracias a la habilidad de Zer para convertir lo cotidiano en un show. Su frase “¡Seguime, Chango!” se convierte en un símbolo de su estilo, donde la seriedad y el espectáculo se entrelazan y todo queda marcado por su inigualable carisma.
El creador de Tan de repente y La mirada invisible presenta a José de Zer como una figura “líder”, un guía, que adentra al público en el mundo de lo extraordinario. La actuación de Sbaraglia es notable; logra capturar la esencia de quien fue el periodista, combinando magnetismo y empatía, lo que evita que la película se convierta en una especie de parodia o comedia absurda, y le da cierta credibilidad al personaje. Además, Sbaraglia consigue transmitir la vulnerabilidad del periodista, mostrando cómo el deseo de reconocimiento y éxito puede llevar a decisiones cuestionables.
Uno de los puntos fuertes de El hombre que amaba los platos voladores es su crítica a los medios respecto a cómo transforman cualquier hecho en algo extremista e indiscreto. A través de la narrativa de Zer, se evidencia cómo los acontecimientos pueden ser convertidos en fenómenos masivos, un tema que resuena con la realidad actual. La película provoca una reflexión sobre los límites del periodismo y el poder de los medios para moldear la percepción pública.
La estética visual de la película también juega un papel crucial en la narrativa. Lerman utiliza una paleta de colores que evoca la época, y la cinematografía resalta el contraste entre la cotidianidad y el asombro de lo inexplicable. Las escenas en Córdoba, con su ambiente rural, añaden una dimensión de autenticidad y nostalgia que complementa la historia. Este enfoque visual refuerza la idea de que, aunque lo que se presenta puede parecer fantasioso, está arraigado en un contexto muy real.
En un momento en que la televisión argentina empezaba a convertirse en un espectáculo, Lerman capta la esencia de esa época, mostrando cómo los periodistas no solo informan, sino que también crean historias. El hombre que amaba los platos voladores además de rendir homenaje a una figura emblemática, también invita a cuestionar el impacto de los medios en la sociedad, donde el espectáculo y el show eclipsan la verdad. En un mundo saturado de información, la película nos recuerda la importancia de discernir entre lo que es entretenimiento y lo que es realmente noticia, ofreciendo una crítica atemporal sobre la responsabilidad de los medios.
Título: El hombre que amaba los platos voladores. Título original: Idem. Dirección: Diego Lerman.
Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Sergio Prina, Osmar Núñez, Renata Lerman, María Merlino, Agustín Rittano, Norman Briski, Daniel Aráoz y Mónica Ayos. Género: Basada en hechos reales, Comedia, Drama.
Calificación: Apta para mayores de 13 años. Duración: 107 minutos.
Origen: Argentina. Año de realización: 2024. Fecha de estreno (limitado) en cines: 26/09/2024.
Fecha de estreno en Netflix: 18/10/2024
Puntaje: 6 (seis)