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jueves, 21 noviembre 2024
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Películas y curiosidades que sorprendieron en el 57° Festival de Sitges

Por Mónica Grau-Seto, corresponsal en Sitges

En esta edición del Festival de Sitges 2024 se han presentado propuestas muy variadas desde distopias, terror mezclado con comedia, body horror, animación, folk horror, historias de fantasmas, dramas históricos, finales surreales y muchos momentos bizarros. Os dejamos una pequeña muestra de títulos muy diferentes entre sí, pero que destacan por diferentes motivos.

En el Festival, además de las películas que forman parte de la competición oficial, ofrece otras secciones que permiten descubrir filmes originales, algunos de los cuales terminarán proyectándose en cines de todo el mundo y otros tal vez no encuentran distribuidores en algunos países, pero si son pequeñas joyas que se pueden ver sólo en circuitos de festivales. Hay que destacar que muchas veces no se pueden ver en pantalla grande pero tienen una oportunidad a través de las diferentes plataformas televisivas.

GET AWAY: No confíes en extraños
Punto fuerte: Nick Frost.
Valoración: 5 puntos

Sinopsis: Las vacaciones de una familia en una remota escapada dan un giro inesperado cuando descubren que la isla en la que se encuentran está habitada por un asesino en serie. Escrita y protagonizada por Nick Frost (Zombies Party, Arma Fatal), y dirigida por uno de los directores de New Kids Turbo, esta salvaje comedia negra está llena de violencia y giros de guion inesperados.

Ficha técnica
Dirección: Steffen Haars.
Guion: Nick Frost.
Fotografía: Joris Kerbosch
Montaje: Brian Ent.
Género: Terror, comedia, folkhorror.
Intérpretes: Nick Frost, Aisling Bea, Sebastian Croft, Maisie Ayres, Eero Milonoff, Ville Virtanen, Anita Suikkari.
Países de producción: Reino Unido. Finlandia.
Productoras: IFC Films, Shudder, XYZ Films y Wayward Entertainment.

Frost es mundialmente conocido por formar parte de la Trilogía del Cornetto: Shaun of the Dead (2004), Hot Fuzz (2007) y The world’s end (2013). Curiosamente esta no es oficial, pero sus fans se refieren a ella por los títulos dirigidos por Edgar Wright y en las que aparece en algún momento un helado cornetto. El actor protagoniza estas películas junto a Simon Pegg, formando uno de los mejores dúos cómicos británicos.

Este año el actor ha presentado tres títulos en el Festival: Get Away, Krazy house y Timestalker, además ha recibido el Premio Máquina del Tiempo 2024, por su contribución en filmes de terror, humor y ciencia ficción.

En esta ocasión Nick Frost escribe y protagoniza esta comedia negra donde nada ni nadie es lo que parece, interpretando a Richard, un tradicional padre de familia que organiza como cada año un viaje por Europa, buscando zonas rurales para disfrutar de la tranquilidad y costumbres de sus poblaciones.

Con referencias claras a títulos como The Wicker Man (1973), Apostle (2018) o Midsommar (2019) se nos presenta una comunidad cerrada y que detesta a los visitantes, y el elemento del foráneo que debe ser la ofrenda. Este año su elección es en Svalta, una isla remota en Suecia, totalmente aislada y que celebra la conmemoración del Karantan, en los que se revive teatralmente unos sucesos terribles en su pasado, en los que sus habitantes cometieron canibalismo para sobrevivir al hambre. Sus habitantes no reciben bien a los turistas y menos durante la celebración del evento, además se sospecha que hay un asesino en serie que también se ha escondido en la isla. El patriarca de los Smith junto a su esposa Susan y sus dos hijos adolescentes, Jessie y Sam, decide no hacer caso de las advertencias e ignorar las amenazas de los habitantes de la zona, alojándose en un airbn apartado. El ambiente hostil se va acentuando conforme se acerca la noche de la celebración y pronto la tranquilidad y el silencio se convertirá en un baño de sangre real.

El filme juega con el espectador, viendo como los Smith ignoran los peligros y señales de alerta, las primeras partes de la película nos va presentando a los personajes, pero es en el último acto donde se desata la locura y la diversión, y donde se demuestra lo bien que funciona la comedia con el terror, terreno que Nick Frost domina a la perfección.

Por lo que estamos ante una película que combina el folk terror con el humor, pero que realmente no atrapa al espectador hasta el acto final de la película, que es cuando se ven las verdaderas intenciones y aparece un Frost 100% desatado.

SEW TORN: La costurera Mc Gyver
Punto fuerte: La creatividad en los montajes con hilos que realiza la protagonista.
Valoración: 6 puntos

Sinopsis: En este thriller con toques de comedia, una costurera que lucha por mantener a flote su negocio está buscando un botón para uno de sus trabajos, sin sospechar que ello la situará en medio de una vorágine de tráfico de drogas, moteros y mucha acción. Se le plantea una disyuntiva: ser una buena ciudadana y llamar a la policía o cometer el crimen perfecto y hacerse de oro.

Ficha técnica
Dirección: Freddy Macdonald
Guion: Freddy Macdonald
Fotografía: Sebastian Klinger
Montaje: Freddy Macdonald
Intérpretes: Eve Connolly, Calum Worthy, John Lynch, Caroline Goodall
Género: Comedia, Thriller.
Países de producción: Estados Unidos, Suiza
Productoras: Sew Torn LLC, Orisono, Barry Navidi Productions,

Es un filme presentado en la sección Piazza Grande de Locarno que cuida cada detalle, desde los propios títulos de crédito en que un hilo los va cosiendo a cada escena.

La historia sigue la Teoría de la Decisión en la que hay diferentes alternativas, y aunque el acontecimiento de cada una de las circunstancias puede ser fruto del azar, las probabilidades con las que ocurren pueden ser conocidas o desconocidas. Pero también juega con la Leyenda del hilo rojo del destino, conectando una serie de personajes atrapados en una especie de bucle temporal y que irán reencontrándose de forma irremediable, mientras que irónicamente el oficio de la protagonista es el de costurera o modista, que utiliza con gran inteligencia los hilos para crear mecanismos y engranajes que mueven objetos y hasta personas.

Bárbara (Eve Connolly) es una joven solitaria que regenta una pequeña tienda de costurera, hace arreglos a domicilio y en su local crea preciosos tapices pequeños de recuerdos, en los que teje una imagen que va vinculada a una grabación de sonido, con frases de nietos para abuelos, de madres a hijas…, pero desde el fallecimiento de su madre el negocio va mal y tendrá que cerrarlo. Justamente el día del cierre recibe un encargo urgente, debe realizar un arreglo urgente a domicilio a una novia pocos minutos antes de la celebración, pero la caída de un botón iniciará un bucle temporal en el que se verá envuelta en un tiroteo entre un narcotraficante y su comprador, con un maletín lleno de dinero en medio de la carretera y un peligroso mafioso (John Lynch) que no quiere dejar testigos mientras busca recuperar ese maletín.

Del mismo modo que sucede en Groundhog Day (1993) o Happy Death Day (2017), entre muchos títulos que han tratado el tema de revivir el mismo día, la protagonista debe descubrir como romper esta situación en la que siempre termina mal, modificando sus decisiones.

La originalidad del filme reside en el encanto rústico y cozy del entorno, en un pequeño pueblo en los Alpes Suizos donde nunca pasa nada y como en cada bucle iremos encontrando a esos mismos personajes del pueblo que irán interactuando, con algunas variaciones según la decisión que ha elegido la costurera. La creatividad y el uso que le da a cada bobina de hilo se convierten en momentos hipnóticos para el público, sorprendiendo cada vez que se inicia alguno de los mecanismos creado por Bárbara.

A DIFFERENT MAN: El hombre elefante del siglo XXI
Punto fuerte: La química entre Sebastian Stan y Adam Pearson.
Valoración: 7 puntos

Sinopsis: Edward, un aspirante a actor sin éxito profesional ni amoroso, se somete a una operación para cambiar su aspecto. El nuevo Edward es, a simple vista, un triunfador, pero el reencuentro con un antiguo amor platónico y la aparición de un misterioso desconocido comienzan a resquebrajar esa fachada. Sebastian Stan ganó el premio a Mejor Actor en Berlín por esta original sátira alrededor de la identidad y la normalidad, con ecos de la obra de Charlie Kaufman.

Ficha técnica:
Dirección y guion: Aaron Schimberg.
Fotografía: Wyatt Garfield.
Montaje: Taylor Lefy
Intérpretes: Sebastian Stan, Renate Reinsve, Adam Pearson.
Género: Drama
País: EEUU
Productora: A24

Sebastian Stan demuestra otra vez más el gran actor que es, detrás de su rostro atractivo y alejándose del papel mundialmente conocido por interpretar a Bucky Barnes/Soldado de Invierno, en la saga de los Vengadores del universo cinematográfico de Marvel. Ya pudimos comprobar su lado más perturbado en 2022 con el papel de un asesino caníbal en Fresh, y su próximo papel será interpretar a Donald Trump en The Apprendice.

Irónicamente en el filme se trata un tema controvertido en Hollywood, el uso de actores y actrices que interpretan a personajes con alguna deformidad y discapacidad física sin ser su realidad, y aquí es donde cabe destacar la importancia del papel interpretado por Adam Pearson, un actor británico que padece de neurofibromatosis, una enfermedad en la piel donde los tumores no cancerosos crecen en el tejido nervioso, creando protuberancias y deformaciones en el rostro, esta enfermedad afecta a 1 de cada 2300 personas.

Pearson es una figura relevante que ha participado en la divulgación del acoso escolar vinculado a las deformidades, por su propia experiencia y además lucha por la representación de la discapacidad física en el cine. Empezó trabajando como asistente de casting para el reality de personas con discapacidad The Undateables, y luego en la serie La bella y la bestia. Ha aparecido en filmes como Under The skin (2013), Drib (2017), Chained for life (2018), también en series como Horizon en el episodio My Amazing Twin (agosto 2016) junto a su hermano Neil, cabe destacar también su papel en la serie Eugenics: Science’s Greatest Scandal (2019).

El propio Adam Pearson sufrió el rechazo en una audición para un remake del filme de Joseph Merrick “El hombre elefante”. Basado en un hecho real, Merrick vivió siendo víctima del morbo como freak y exhibido en un circo ambulante, hasta que murió a los 27 años en 1890. También reivindica que estos papeles deben ser interpretados por artistas que los padezcan, y por el uso de personas con deformidades físicas que suelen identificarse en el cine como villanos y malvados (clichés que suelen repetirse en sagas como James Bond, Batman…)

Estamos ante un retrato oscuro sobre la depresión, la soledad, obsesión y también una crítica a la vanidad, presentando a Edward (Sebastian Stan) un hombre solitario, triste y con deformidades en su rostro. él desea demostrar su talento como actor, aunque por su físico siempre debe aceptar papeles que se centran en sus defectos físicos. Su vida solitaria da un vuelco cuando conoce a su nueva vecina Ingrid, ella es una hermosa joven entusiasta y que parece no sentir desprecio por su rostro, por primera vez siente que alguien lo ve más allá de sus protuberancias faciales, le escucha y le hace reír, además es dramaturga y busca inspiración para escribir una obra teatral.

Paralelamente él forma parte de un tratamiento experimental para la reconstrucción facial y cuando a los meses los tumores han desaparecido y es un hombre con un rostro hermoso, cambia de nombre, sin avisar a nadie, ni tan solo a Ingrid, creando una nueva vida como vendedor de éxito. Pero el pasado regresa cuándo descubre que se está haciendo un casting para una obra teatral y esta se basa en su vida anterior, ya que el guion está escrito por su antigua vecina, decidiendo presentarse a este con una máscara y viendo como le arrebata el papel un hombre que sigue viviendo con la enfermedad en la piel y aceptando su realidad. Pronto se obsesiona con él, no entiende como alguien deforme (como lo fue él en antaño) tiene amistades que lo aprecian, buen carácter, citas… y se inicia una espiral de autodestrucción.

Una tragicomedia que crítica a la sociedad que rechaza a las personas con malformaciones y como el propio protagonista, que tanto anhelaba la normalidad en su físico, siempre será infeliz por no conseguir todo lo que aspira, dejándose llevar por su obsesión y celos hacia el hombre que le recuerda a su vida anterior, sufriendo una auténtica crisis de identidad.

Cabe destacar la química que hay en todas las escenas que comparten Stan con Pearson, contrastando los caracteres y la forma en aceptar sus realidades.

MR K: El Castillo de Kafka se convierte en un hotel
Punto fuerte: El universo surrealista que envuelve al protagonista.
Valoración: 7 puntos

Sinopsis: El memorable Crispin Glover se coloca frente a las cámaras en este delirio kafkiano con ecos a un clásico del fantástico de Europa del Este como El Sanatorio de la Clepsidra (1973). Un mago ambulante pasa la noche en un hotel solo para descubrir que no puede abandonarlo, tan solo seguir adentrándose en él, conociendo en el camino a sus insólitos residentes.

Ficha técnica:
Dirección: Tallulah H. Schwab
Guion: Tallulah H. Schwab
Fotografía: Frank Griebe
Montaje: Maarten Janssens
Intérpretes: Crispin Glover, Fionnula Flanagan, Sunnyi Melles, Bjorn Sundquist.
Género: Misterio, drama, fantasía.
Países de producción: Bélgica, Países bajos, Noruega.

Se merece la etiqueta de la película más surrealista del Festival, la directora noruega Tallulah H. Schwab nos adentra hacia un universo claustrofóbico, que parece salida de la mente del escritor Franz Kafka, a la vez que recuerda el estilo, casi filosófico, de los filmes del director y guionista Charlie Kaufman, con unas películas nada comerciales y tratando aspectos como el vacío de la vida y la existencia.

Seguimos a un personaje, Mr. K, un mago que actúa en pequeños locales y lleva una vida solitaria y sin reconocimiento, este se registra en un hotel apartado con la intención de pasar una sola noche antes de llegar a su próximo teatro, pero el día después de despertarse descubrirá que su intención de abandonar el hotel será imposible y que está atrapado en una especie de laberinto cambiante, junto a centenares de personas que llevan años entre esas paredes.

La idea no es nueva y tendremos ese déjà vu que nos recordará a Cube (1997), Identity (2003), 1048 (2007), Vivarium (2019), El Hoyo (2019) … o hasta la serie From (2022), con un grupo de personas se encuentran atrapados en un espacio o lugar (real o tal vez algún modo de purgatorio), en los que algunos se rinden y otros buscan alguna explicación y escapatoria.

En este caso, el hotel está asfixiando cada vez más a sus huéspedes, estos hace tiempo que no pueden encontrar la salida. Observamos como las paredes del edificio se van estrechando y afecta a sus dormitorios, baños, pasillos y otros habitáculos, los muebles ya no caben y en espacios de trabajo, como es la cocina, apenas puede moverse y preparar los platos. La mayoría de los habitantes atrapados son conformistas, tienen miedo a la libertad y ya no se plantean porqué están allí, siguen con sus absurdas vidas sin cuestionar que es lo que está pasando, esto se ve claramente en los diferentes estatus dentro de la cocina del hotel, donde el mago va ascendiendo de forma rápida y sin desear estar allí.

El metraje de la película no ayuda a digerir una película que busca incomodar desde el primer minuto, convirtiéndose en una evidente crítica a la sociedad adormecida actual, en un mundo que oprime y nos esclaviza laboralmente, en nuestro tiempo de ocio… y mientras se derrumba todo alrededor sus ciudadanos siguen como robots cumpliendo con sus rutinas. Aquí Mr. K parece ser el único consciente que lo que sucede no es normal e intenta despertar conciencias para que se unan para salir de esta ratonera, pero veremos como la gran masa tan pronto lo proclama como un elegido y libertador, como pasa a ser alguien visto como un traidor. Glover interpreta magistralmente a este personaje que abre los ojos y se desespera para entender qué sucede y poder huir.

El actor de culto Crispin Glover estelariza Mr. K., de Tallulah Hazekamp Schwab

Varios personajes secundarios nos recuerdan irremediablemente a Alicia en el País de las Maravillas, como es el caso de las dos damas elegantes que conviven y sólo se preocupan de disfrutar de su hora del té o café, o la Sra. Gaga que preside un banquete y es idolatrada continuamente, todo esto nos traslada al imaginario de Lewis Carroll y a lo absurdo de querer vivir con lujo en algo que se está desmoronando. Sin duda, una pesadilla kafkiana con un acto final surreal y alegórico que deja al espectador con muchas preguntas y teorías sobre lo sucedido.

THE SOUL EATER (Le mangeur d’âmes): El final te devorará el alma
Punto fuerte: Descubrir a los enfants terribles del cine francés gore en un thriller.
Valoración: 8 puntos

Sinopsis: Una sucesión de muertes violentas conmociona a una localidad de montaña, reavivando entre los lugareños una antigua leyenda sobre un ser demoníaco. Una inusual pareja de detectives intentará ponerle fin al asunto.

Ficha técnica:
Dirección: Alexandre Bustillo, Julien Maury.
Guión: Annelyse Batrel, Ludovic Lefebvre, Alexis Laipsker
Fotografía: Simon Roca
Montaje: Baxter
Música. Raphael Gesqua
Intérpretes: Virginie Ledoyen, Paul Hamy, Sandrine Bonnaire, Malik Zidi, Chloé Coulloud.
Países de producción: Francia y Bélgica
Compañías: Phase 4 Productions, Place du Marché Productions, Umedia.
Género: Thriller, Terror, polar.

Una gran sorpresa en el Festival de Sitges y me atrevería de decir que el mejor thriller del año, hablamos del trabajo de los enfants terribles del cine francés, Alexandre Bustillo y Julien Maury, guionistas y directores de la controvertida À l’ interieur (2017).

Un thriller oscuro y aterrador por la historia que vamos descubriendo y que nos muestra el peor monstruo que pueda existir. Se trata de la adaptación cinematográfica de la segunda novela de Alexis Laipsker, y los directores hacen un cambio de registro adentrándose en el cine polar, consiguiendo un thriller que atrapa y dejando el gore en un segundo plano, vemos cadáveres y escuchamos testimonios, sabemos lo que ha sucedido, aunque no necesitan mostrarnos directamente.

Una historia dura y cruda en la que dos policías coinciden en una misma investigación, por un lado Elisabeth Guardiano (Ledoyen) investiga a un asesino que deja tras de sí un rastro de cadáveres, que parecen haberse automutilado, con señales de tortura que pueden recordar a la mítica Se7en (1995) de David Fincher o hasta las primeras temporadas de True Detective, y paralelamente aparece Franck de Rolan (Paul Hamy) buscando pistas sobre la desaparición de varios niños los últimos meses en diferentes poblaciones de la zona, aunque inicialmente los dos policías no siguen los mismos métodos de investigación tendrán que colaborar ya que parece que el mismo ser está detrás de los dos casos y además sus propias vidas pueden correr peligro.

La historia nos lleva a dudar si hay un asesino humano o bien es real la leyenda local, esta habla de una criatura diabólica que habita en los bosques y a la que nadie debe acercarse. A la vez que intentan encontrar un vínculo entre los muertos y los niños desaparecidos en la región, el uso del arma de Chéjov es evidente, pero hasta el final no entenderemos las pistas.

No hay año en que el cine francés de terror no sorprenda a los asistentes del festival con alguna joya, dentro de la llamada Nouvelle Horreur Vague, nos llegan escenas de brutalidad justificadas en su trama como en la ya citada À l’ Interieur, Haute Tensión (2003) o Frontières (2007). Nuevamente desde Francia llega una película que vuelve a atrapar al público con una trama dura, y que hasta los últimos minutos no nos muestra al monstruo real, quedando perfectamente enlazado.

Actualmente la película está en el catálogo de la plataforma Filmin, con el nombre de Las desapariciones (en España), por lo que es una opción maravillosa para degustar de un thriller de terror bien hecho.

EXHUMA: Hay secretos que deberían seguir ocultos.
Punto fuerte: Las interpretaciones de Choi Min-Sik y Kim Go-eun.
Valoración: 8

Sinopsis: La famosa chamana Hwa-rim y su protegido Bong-gil reciben una gran suma de dinero para reunirse con los descendientes de una familia afectada por una enfermedad peculiar y hablar de sus ritos funerarios. Al percibir el aura siniestra que rodea al nicho familiar, Hwa-rim propone trasladar la tumba, iniciando una peligrosa cadena de eventos sobrenaturales. Terror coreano de calidad con Choi Min-sik (Old Boy) en un papel destacado.

Ficha técnica:
Dirección: Jang Jae-hyun
Guion: Jang Jae-hyun
Fotografía: Lee Mo-gae
Montaje: Jeong Byeong-jin
Intérpretes: Lee Do-hyun, Kim Go-eun, Choi Min-sik
Productoras: Showbox, Pinetown Productions, MCMC
Género: Terror, drama, thriller sobrenatural.
Países de producción: Corea del Sur

Unos chamanes reciben un encargo de la familia Park, coreanos que viven en EE.UU. y sufren de una maldición familiar que afecta a los primogénitos de la familia, incluido a un bebe. Conocemos a una joven chamana Hwa-rim (Kin Go-eun) y a su ayudante Bong-gil (Lee Do-hyn) que viajan hacia Los Ángeles para atender a una familia millonaria, de origen coreano. El padre Park Ji-yong Park está preocupado por algo maligno, que no sólo lo acecha a él sino a su recién nacido y cree que el origen está en su antepasado enterrado en una extraña montaña en Corea.

La Chamana descubre una terrible sombra acosando al pequeño y a su regreso a Corea, decide pedir ayuda y contactar con un viejo amigo y reconocido geomante, él es Sang-deok (Choi Min-sik) y trabaja junto a su socio de la funeraria, Young-geun (Yoo Hae-jin).

El pungsu o la geomancia coreana son creencias de inspiración taoísta, se utilizan para orientar cualquier tipo de construcción, sean poblaciones, fortalezas, hogares y las propias tumbas. Bajo la creencia de la energía que se desprende de la Tierra y hay lugares que según su orientación proyectan más o menos energía, esta afecta a todos los seres por lo que una construcción incorrecta puede atraer a los malos espíritus y las desgracias. Durante la Dinastía Joseon la ciudad de Hanyang (la actual Seul) fue construida siguiendo estos principios, del mismo modo que todas las Tumbas reales de la dinastía Joseon están situadas de forma estratégica según el pungsu. De hecho, el rito funerario surcoreano se basa en honrar al difunto, para evitar que este se convierta en un ser errante vengativo o un kaekkuji, por ello la familia anuncia el fallecimiento y honra al muerto durante tres días en el velatorio, mientras que el geomante elige el espacio del cementerio para el entierro y se realiza un ritual para evitar que el difunto no regrese como un alma vengativa.

Actualmente proceder a realizar un funeral con los ritos tradicionales es un símbolo de estatus económico, ya que, por la gran población existente en Corea y el coste económico, muchas familias coreanas han cambiado el rito por la cremación del cuerpo y tristemente muchos coreanos sin recursos o sin descendencia fallecen sin ser enterrados, por lo que el Estado creó la Ley de “Eliminación de cadáveres” y está promoviendo desde hace más de un decenio campañas para concienciar a la población sobre las tradiciones y la importancia de los velatorios. Estamos ante una realidad económica frente a la tradición milenaria.

La surcoreana Exhuma sobresale en la programación de Sitges. En la imagen, Choi Min-sik (Oldboy) y Yoo Hae-jin

Es una historia con varias capas, cada misterio nos muestra un nuevo enigma, ya que juega a lo imprevisible y con mitología oriental, y para cualquier espectador occidental es sorprendente ir descubriendo estas creencias, además el director nos muestra la belleza en los rituales que realiza la chaman Hwa-rim, y el trabajo de un geomante con máximo respeto a los muertos y la tierra sagrada. Vamos asistiendo a algo más grande y peligroso que irá rodeando a estos personajes sólidos y creíbles, y descubriendo sus motivaciones mientras se construye una historia sobre tradiciones, ritos y supersticiones.

Además de remarcar el trasfondo histórico, los fantasmas de un pasado sangriento de guerra entre Corea y Japón. Y aunque empieza con un ritmo lento, en la primera parte vamos descubriendo las habilidades además de las historias personales de los diferentes chamanes, la familia maldita y los secretos del pasado que forman parte de su legado. No es una película de sustos fáciles, aunque hay momentos realmente terroríficos que generan mucha angustia, con un ser sobrenatural y demasiado poderoso que acecha a los protagonistas desde el momento en que deciden excavar en esa tierra y exhumar el cadáver.

LA SUSTANCIA

Punto fuerte: Por la increíble evolución de la obra de Coralie Fargeat y por ofrecer un papel como se merece Demi Moore. No dejéis de ver el cortometraje Reality +.
Valoración: 9

Sinopsis: Elizabeth Sparkle una actriz en decadencia parece haber encontrado la solución a sus problemas cuando descubre “La Sustancia”, un producto milagroso que le permite crear un alter ego que es la versión mejorada de sí misma: más joven, más hermosa, más perfecta. Un film arrollador, ganador al Mejor Guion en Cannes, que combina gore, body horror, humor negro y discurso feminista, y que cuenta con unas Demi Moore y Margaret Qualley gloriosas.

Ficha técnica:
Dirección: Coralie Fargeat
Guion: Coralie Fargeat
Fotografía: Benjamin Kracun
Montaje: Coralie Fargeat, Jérôme Eltabet, Valentin Féron
Intérpretes: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid, Hugo Diego Garcia, Oscar Lesage.
Género: Terror, body horror, new flesh
Productoras: Working Title Films, Blacksmith
Países de producción: Reino Unido, Francia

Estamos ante una película destinada a ser un título de culto. Es atrevida, delirante, bizarra y remueve, consigue que el espectador pase por varios estados desde ansiedad hasta morirse de risa en los momentos más grotescos, ya que para disfrutar del espectáculo hay que entrar en el delirio de la mente de Coralie Fargeat, que se desata totalmente al final de la película, cuando ya creíamos que lo habíamos visto todo.

Juega con la sensación de ver una película con alma de serie B pero con un equipo de primera y una estética cuidada al detalle, recordando el hipnotismo de The neon demon (2016) que produce admirar la belleza física y la novedad de un físico en el mercado de la moda, desatando locura alrededor del culto al cuerpo.

Aunque seguramente el gran público no entienda o no esté preparado para lo que va a ver, si buscan una película comercial sobre la fórmula de la juventud van a encontrarse con una historia más compleja bajo un filme body horror con momentos muy viscerales. Fargeat no sólo es la directora sino también la guionista y hace un salto cualitativo desde su ópera prima Revenge (2017) un survival de venganza.

La directora evoluciona adentrándose en un terreno que nos puede recordar al mismísimo Cronenberg en títulos como The fly (1986) y otros siguiendo su fascinación por la estética de la carne o el new flesh como Videodrome (1983) o Crimes of the future (2022), sin olvidar transformaciones que nos llevan a la clásica The Thing (1982) de John Carpenter, o la controvertida Society (1989) de Brian Yuzna, por lo que seria recomendable que si alguien quiere ver La Sustancia revise alguno de estos títulos.

De hecho, en su cortometraje Reality+ (2020) la directora ya nos muestra algunas de las claves que iremos viendo en la Sustancia, en este caso es un chip que se implanta debajo de la nuca y que permite configurar un físico de catálogo y ser una persona realmente atractiva durante doce horas, las siguientes doce debe descansar, y los personajes que se implantan cada vez rechazan su antiguo yo y buscan como manipular el dispositivo para vivir con esa imagen superficial. Una historia similar sobre la aceptación física en los ojos de los demás, pero sin visceralidad ni sangre que sí ofrece en el largometraje.

En la película denuncia muy bien en la situación que viven las actrices que han jugado la carta de ser figuras sex symbol en Hollywood, y cuando estas entran en la madurez suele significar el final de su carrera y son reemplazadas por carne fresca. La elección de Demi Moore no puede ser más acertada, la actriz en los últimos años ha sido criticada duramente por retoques faciales, a sus 61 años. Confiemos que la oportunidad de demostrar su faceta más salvaje nos permita ver a Moore en más papeles cinematográficos, una resurrección en su carrera, donde últimamente participaba en series, que podría asimilarse a lo que Tarantino supuso para Travolta. La directora tenía muy clara esta elección por todo el escrutinio público que Moore ha sufrido en los últimos años y la enfrentó a su propia fobia profesional, y la actriz aceptó el papel de forma valiente, y aunque las principales actrices sean americanas el rodaje se realizó con equipo francés.

La “versión mejorada” recae en otra actriz, Sue está interpretada por la talentosa Margaret Qualley, siendo una mujer que disfruta de su físico, juega con ello y vive el momento, pero ya sabemos que los jóvenes muchas veces no son conscientes de los riesgos ni de las consecuencias. Cabe remarcar que, a pesar de la belleza de la actriz, se utilizaron unas prótesis sobre todo en el pecho para dar una forma curvilínea, todo ello obra del artista Pierre Olivier Persin.

Moore interpreta a Elizabeth Sparkley una actriz que tiene un programa de aerobic en la televisión (recordando el mítico programa de Jane Fonda o Cindy Crawford), pero el dueño de la cadena y otros inversores, retratados como viejos pervertidos en la época del “me too” y que no dejan de ser parodias del propio Weinstein, buscan sustituirla por una chica más joven.

Elizabeth lleva décadas en el cine y en la TV, tiene su propia estrella de la fama y ahora se siente como un juguete roto, por culpa de la mentalidad obscena y machista del jefe del estudio Harvey (Dennis Quaid), como curiosidad el papel lo debía interpretar Ray Liotta, que falleció antes del rodaje.

En plena crisis de edad y ante el despido, ya no se ve igual ante el espejo y en su propia apreciación de aspecto físico se produce como una especie de dismorfia corporal, es una mujer hermosa pero ya no es capaz de verse así. Recibe una tarjeta que le habla de un proceso secreto y transformador, la Sustancia, pocos la conocen y está en el mercado negro, el lugar donde recogerlo es lúgubre y ya da una pista que hay algo oscuro tras este proceso, en ningún momento ve a ningún trabajador, sólo recoge su paquete en la consigna. Ella debe auto inyectarse y cumplir las normas para que el proceso funcione, y como mucho puede contactar telefónicamente con la empresa que hay oculta tras el producto experimental.

La nueva versión mejorada, no será ni un clon de ella misma de joven ni un doppelgänger, saldrá de su propio cuerpo, además de la juventud tendrá un atractivo irresistible a los ojos de los demás. Pero del mismo modo que Dr. Jekyll y Mr. Hyde, tendrán que alternarse y coexistir, aunque a diferencia del mad doctor no convivirán en un mismo cuerpo físico, sino que se ha producido una división de un alma entre 2 cuerpos, mientras uno esta despierto durante una semana el otro cuerpo esta en estado de letargo y debe ser alimentado mediante unas bolsas, todo ello va en un caja o kit que deben ir obteniendo regularmente, pero no hay que olvidar las normas, ambas son la misma persona y como les recuerda cada kit “ Recuerda, sois una”, ambas versiones deben cumplir los 7 días exactos y alimentar a la otra versión durmiente. Lo que hace una no lo recuerda la otra, pero evidentemente los signos de lo que ha pasado durante esos días están visibles y pronto empieza una relación de amor odio entre ellas.

En ningún momento se busca explicar el origen de la sustancia, pero es lo menos importante, tanto si es un experimento científico o tal vez un pacto diabólico al estilo Fausto, una vez el sujeto se inyecta el producto es difícil dar vuelta atrás y el mal uso provocará terribles consecuencias.

El filme alterna la crítica de los superficial y la sexualización del cuerpo femenino, con una estética casi soft porno de anuncio o publicidad, con escenas y primeros planos del cuerpo de Su, provocando a la cámara y ascendiendo en su carrera de forma meteórica, pero los mejores momentos son las escenas más gore y salvajes que se van desatando con el proceso de deterioro físico con “ElisaSue” al no cumplir con las reglas establecidas.

Una de las mejores películas que he visto en años, atrevida, descarada y que sorprende a cada plano, hay que abrir la mente y disfrutar de ella.

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