Por Joan Segovia
Los amantes astronautas, de Marco Berger, es una comedia romántica que vuelve a explorar los temas característicos del director: la ambigüedad sexual, la identidad y la tensión entre deseo y amistad. La trama sigue a Pedro (Javier Orán), un joven español que regresa a Argentina para reencontrarse con un grupo de amigos durante el verano en la costa bonaerense. Allí, se reencuentra con Maxi (Lautaro Bettoni), su amigo de la infancia, quien, pese a identificarse como heterosexual, se siente intrigado por la libertad de Pedro. La llegada de Pedro altera la rutina del grupo, y ambos amigos deciden simular una relación amorosa para despertar los celos de la ex novia de Maxi, Sabrina (Mora Arenillas). Este planteo desencadena un juego de provocaciones y bromas que Berger explora con ingenio, aunque a veces de manera excesiva y repetitiva.
La película toma un enfoque que recuerda a obras como Call Me by Your Name (2017) y God’s Own Country (2017), ambas historias de relaciones masculinas en las que el verano y el contacto cercano desencadenan deseos reprimidos. Sin embargo, Berger opta aquí por un tono más ligero y desenfadado, evitando dramatizar el conflicto de identidad de Maxi y permitiendo que la tensión fluya de forma natural en lugar de cargarla de emotividad. La frescura en los diálogos entre Maxi y Pedro nos trae una historia sobre un primer amor que mezcla humor y ternura sin caer en el melodrama. Berger sitúa la película en un contexto de ocio y camaradería que permite que los protagonistas naveguen sus sentimientos con un tono despreocupado y sin mayores presiones.
El director se apoya en diálogos cargados de dobles sentidos y bromas ambiguas que permiten a Maxi manejar su propia confusión sin tener que enfrentarse abiertamente a sus deseos. Estos intercambios de humor irónico, si bien logran un atractivo inicial, pronto se vuelven repetitivos y diluyen la tensión narrativa. Aquí se percibe un riesgo que también se encuentra en But I’m a Cheerleader (1999), donde los personajes atraviesan un proceso de autoaceptación usando el absurdo y el humor para encubrir sus conflictos internos. Sin embargo, Berger evita el tono satírico, prefiriendo un enfoque más realista y contenido, lo cual le permite explorar la identidad de Maxi y su relación con Pedro de manera más íntima.
La química entre Javier Orán y Lautaro Bettoni logra rescatar la narrativa en sus momentos menos logrados. Orán interpreta a Pedro con una naturalidad que equilibra la carga de humor y sensibilidad del personaje, mientras Bettoni aporta un aire de desconcierto que hace interesante a Maxi, aunque su evolución como personaje podría haber sido más profunda. Los secundarios, como Sabrina y el resto del grupo, aportan un toque de ligereza que complementa la trama y ayudan a crear el contexto estival sin cargar el peso narrativo.
El uso del paisaje de Mar de las Pampas y Mar Azul contribuye a crear una atmósfera de intimidad que potencia la relación entre los personajes, similar al uso del verano italiano en Call Me by Your Name. La dirección de fotografía de Mariano de Rosa se enfoca en los rostros y gestos de los personajes, lo cual permite que la carga emocional se concentre en los detalles sutiles y evita una sobreexposición de la tensión sexual que caracteriza otros trabajos de Berger. Esta decisión hace que la relación entre Maxi y Pedro sea más accesible y sutil.
No obstante, uno de los puntos débiles de Los amantes astronautas es su ritmo. La trama, que se centra en los juegos de palabras y las bromas ambiguas, se siente alargada a lo largo de casi dos horas, y la constante repetición de los mismos recursos llega a agotar la frescura inicial. La reaparición de Sabrina introduce un conflicto necesario, pero su llegada se siente tardía, lo que debilita el desenlace y deja la sensación de que la película pudo haber sido más concisa. Este problema de ritmo se ve en otros momentos de la obra de Berger, donde a veces el desarrollo de los personajes queda atrapado en situaciones recurrentes que no avanzan lo suficiente.
Los amantes astronautas es un trabajo que, sin ofrecer grandes sorpresas, sigue el estilo de su autor en su exploración de la identidad y el deseo en un contexto de amistad y enredos amorosos. Aunque sus bromas pueden volverse repetitivas y el ritmo podría beneficiarse de una mayor agilidad, la película consigue mantener la frescura y la autenticidad que caracterizan al director, siendo una obra recomendable dentro del cine LGBTQ+ por su tono accesible y sus matices emocionales.
Título: Los amantes astronautas.
Título original: Idem.
Dirección: Marco Berger.
Intérpretes: Lautaro Bettoni, Javier Oran, Iván Masliah, Agustín Frías, Mora Arenillas y Ailín Salas.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Calificación: Apta mayores de 13, años con reservas.
Duración: 116 minutos.
Origen: Argentina/ España.
Año de realización: 2024.
Distribuidora: Cine Tren.
Fecha de estreno: 31/10/2024.
Puntaje: 7 (siete)