Por Pablo Arahuete
En la carrera cinematográfica del realizador australiano Phillip Noyce aparecen títulos como Juego de patriotas o Peligro inminente; films que comparten características de género y son un buen entretenimiento. Su trabajo más reciente es El americano, donde conjuga su habilidad como director y su sentido crítico al introducir intrigas políticas, y muy subrepticiamente un discurso propio.
Ahora, Cerca de la libertad es tal vez su film más comprometido ideológicamente, y audaz por su forma de encarar un tema tan polémico como el racismo y la reclusión de mujeres aborígenes para eliminar su raza. Con el objetivo de brindar un panorama más abarcativo, Noyce nos sumerge en un contexto histórico que se remonta a la Australia colonial. A fines del siglo XIX, el gobierno ordenó la construcción de una cerca, cuya extensión abarcaba más de 1500 millas, con el propósito de evitar los desmanes provocados por la superpoblación de conejos salvajes. Esta cerca a prueba de conejos (de ahí deriva el nombre original de la película) además dividía al territorio australiano en dos partes, y fue utilizada con otros fines: separar a la población blanca de la de nativos aborígenes.
Es precisamente en este punto donde se desarrolla el relato de Cerca de la libertad, cuyo conflicto central reside en desnudar los mecanismos perversos de una ley que autorizaba a los blancos a capturar mestizos aborígenes, con el fin de domesticarlos y paulatinamente ir depurando la raza.
Noyce se inspiró en los hechos narrados por Doris Pilkinton en su novela, sobre la historia de tres niñas aborígenes capturadas por las autoridades para una vez crecidas ser ubicadas en diferentes casas de familias blancas. Molly, la mayor, convence a su prima Gracie y hermanita Daisy de escaparse del refugio donde fueron recluidas junto con otras chicas nativas. Así las tres inician una travesía durante 9 semanas en busca de su hogar, orientadas por la cerca de conejos. Un viaje colmado de obstáculos, entre ellos, un lugareño que les sigue el rastro y cumple las ordenes del señor Neville (Kenneth Branagh), impulsor del plan de domesticación, donde subyace la idea de limpieza étnica.
El director australiano encuentra, a través de un guión conciso y personajes bien definidos sin maniqueísmo, una historia cruda con grandes momentos dotados de exuberante belleza. La puesta en escena amalgama una serie de formatos como el documental con la finalidad de realzar la naturaleza hostil del desierto de Australia. Esa lucha entre las tres nativas y la naturaleza cobra intensidad a lo largo del film. Gana dramatismo gracias a la fotografía que recorta el paisaje de una forma singular, y junto con la banda sonora de Peter Gabriel, compuesta por una mezcla de sonidos y ritmos autóctonos, sin dudas constituyen lo mejor de la propuesta.
En un tono por momentos testimonial, por otros épico, dramático sin ser lacrimógeno, duro sin caer en lo panfletario, Cerca de la libertad es un alegato contra la intolerancia, un homenaje a las generaciones perdidas tal como expresa el film, pero sobre todo es un interesante modo de acercarnos a la historia de un país, cuya única referencia eran los canguros y Cocodrilo Dundee.
Título: Cerca de la libertad.
Título Original: Rabbit Proof-fence.
Dirección: Phillip Noyce.
Intérpretes: Everlyn Sampi, Tianna Sansbury, Laura Monaghan, Kenneth Branagh, David Gulpilil, Ningali Lawford, Deborah Mailman, Jason Clarke y Natasha Wanganeen.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 94 minutos.
Origen: Australia.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 24/04/2003.
Puntaje: 8 (ocho)