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jueves, 21 noviembre 2024
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Wallace y Gromit, la batalla de los vegetales: La plastilina al poder

Por Pablo Arahuete

Un mundo de plastilina había sido creado allá por los 80’s en la National Film and Television School de Beaconsfield, Gran Bretaña, por un lunático cinéfilo llamado Nick Park. El muchacho, oriundo del pueblito de Lancashire, había utilizado el super 8 en un improvisado set de filmación en el altillo de su casa, y así lo que en un principio parecía un juego, fue tomando forma de historias animadas con un criterio narrativo y donde una serie de criaturas tomarían rasgos y movimiento; en definitiva, vida. Así nacieron un inventor medio vago, Wallace, adicto al confort y al queso cheedar, quien vive junto a su fiel y pragmático perro Gromit.

Resulta difícil no buscar referencias desde el cine en relación a este dúo de arcilla, por ejemplo en los legendarios seriales de El gordo y el flaco y siguiendo por un camino retrospectivo, en el fantasma de Buster Keaton, presente en cada gesto y expresión de Gromit. Bajo el registro del verosímil del dibujo animado, las historias cortas y absurdas protagonizadas por estos dos personajes cobraron notoriedad cuando Park ingresó a las filas de los Estudios Aardman. Un gran día afuera fue la presentación oficial de la pareja. Luego, Park tendría la gran oportunidad de dirigir Creature comforts, cortometraje donde despunta el diálogo intertextual con el cine de género, la parodia y que en adelante conformaría un sello distintivo en cada aventura de Wallace y Gromit. Precisamente en esa línea de autorreferencialidad, citas cinéfilas e incluso ciertas posiciones políticas continuaron las historias de Nick Park. Entre ellas, Los pantalones equivocados, un claro homenaje al cine de Hitchcock que le valió su primer Oscar en 1993 y Una afeitada al ras por la que obtuvo su segundo Oscar en 1995. Hasta ese momento, con el paso agigantado de la tecnología en el campo de la animación incursionando cada vez más fuerte con las imágenes sintéticas generadas por computadora (CGI), el trabajo artesanal de Nick Park, cuya base técnica es la de filmar cuadro a cuadro, fotograma a fotograma para crear la ilusión de movimiento con sus moldes de plastilina, ubicaba a su obra dentro de un oasis en el ámbito de la animación actual.

Para entender la magnitud de lo que se está hablando, sólo tengamos presente que una semana de trabajo continuo representa nada más que dos minutos de película. Por eso, el desafío de un largometraje implicaba un riesgo mayor y más aún cuando delante del proyecto aparecía el megapoderoso sello DreamWorks.

Semejante producción de años de trabajo, donde Park y su numeroso equipo tuvieron luz verde para imaginar, crear y divertirse, trajo como resultado Pollitos en fuga (2000). Si esa maravillosa obra de animación había podido resistir la tentación del digital, sin traicionar la imperfección de la plastilina que a su vez permite ganar expresividad en los personajes, el tránsito de Wallace y Gromit al largometraje debía ser a toda orquesta. Cinco años de exhaustivo trabajo, de ideas sobre la mesa, con la responsabilidad de no defraudar a los seguidores de la saga, seducir al público infantil cautivo y a los adultos acompañantes, les llevó a los Estudios Aardman y su socio DreamWorks terminar esta primera película escrita y dirigida por Nick Park, apoyado en todo momento por su mano derecha Steve Box.

Cada plano de Wallace y Gromit: La batalla de los vegetales enfatiza la manufactura artesanal por encima de la tecnología digital, la cual fue introducida en efectos especiales y secuencias de gran despliegue visual. Esta mancomunada unión de recursos contribuyó a mantener intacta la esencia de las criaturas de Park, estrellas absolutas de este film.

No es conveniente adelantar demasiados elementos del argumento para no arruinar una trama sólida, bien organizada, cuyo eje gira en torno a la perturbadora presencia de un conejo lobo gigante que durante las noches de luna llena arrasa con las huertas de una comunidad dedicada a la agricultura. De este modo, los lugareños recurren a los servicios de Wallace y Gromit, quienes se dedican a proteger los cultivos de las posibles plagas de conejos con métodos no violentos. Sin embargo, la bestia come zanahorias, mantiene en vilo al pueblo que está preparando una feria de agricultura donde se premiará al vegetal mejor cultivado. La amenaza del conejo lobo moviliza al pueblo y pone en riesgo la reputación de nuestros héroes a la que debe sumársele los siniestros planes de un cazador (voz de Ralph Fiennes), quien pretende alejar a Wallace de su pretendiente Lady Tuttington (voz de Helena Bonham Carter).

Consustanciado esta vez con la platea infantil, de hecho la idea de la licantropía aquí aparece moderada para no herir la sensibilidad de los niños, el film de Park no abandona a los adultos y entrega una aventura donde el recuerdo de King Kong, Mr. Jekyll y el Dr. Hyde y también Hulk se apoderan de la pantalla. Inmejorable oportunidad para conocer a esta extraña pareja de plastilina y al talentoso animador británico.

Título: Wallace y Gromit, la batalla de los vegetales.
Título Original: Wallace & Gromit: The Curse of the Were-Rabbit.
Dirección: Nick Park, Steve Box.
Voces originales: Peter Sallis, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Nicholas Smith, Liz Smith, Mark Gatiss y Peter Kay.
Género: Animación, Aventura, Comedia.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 85 minutos.
Origen: Reino Unido / EE.UU.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: UIP.
Fecha de Estreno: 06/10/2005.

Puntaje: 9 (nueve)

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