Por Emiliano Fernández
Con Red de mentiras (Body of Lies, 2008), Ridley Scott entrega por décima vez lo que se puede esperar de él y prácticamente nada más: un film muy cuidado en términos visuales pero bastante bobo en lo que respecta al contenido. A pesar de que se vende desde el 
tráiler y los afiches como un producto de acción con resonancias del terrorismo y Medio Oriente, en realidad es un thriller de espionaje que tiene el corazoncito pegado a las “intrigas internacionales” que los Estados Unidos arman y desarman a gusto. Sin ahondar demasiado en el rol de nuestra querida “policía global”, la película ofrece un análisis muy superficial.
Roger Ferris (Leonardo DiCaprio) es un agente de la CIA emplazado a orillas del Mar Muerto al que le llega la posibilidad de interrogar a un “arrepentido” de una organización fundamentalista encabezada por el misterioso Al-Saleem (Alon Aboutbul), responsable de varios ataques a blancos civiles. La información suministrada termina conduciendo la investigación hacia una célula terrorista en Jordania, por lo que Ferris debe coordinar tareas tanto con su jefe inmediato, el mitómano profesional Ed Hoffman (Russell Crowe), como con el máximo jerarca del servicio de inteligencia local, el suspicaz Hani (Mark Strong).
De hecho, este es el mecanismo que Red de mentiras repite hasta el cansancio: Ferris monta una “operación” para dar con el paradero de Al-Saleem y de repente el palurdo de Hoffman tira todo por la borda interviniendo en algún momento inoportuno o directamente metiendo la pata por impaciente. Luego de la tercera vuelta a la manzana no es de extrañar que el tedio se presente y nos salude con un gesto amargo. No se sabe si fue el guión de William Monahan o la novela original de David Ignatius, lo importante es que la historia no avanza hacia ningún lado y queda atascada en un círculo vicioso que entorpece el ritmo narrativo.
Scott sigue en baja y parece decidido a mantener esta tendencia. Sólo basta recordar sus últimas realizaciones para chequear que no consigue levantar la puntería: Los Tramposos (Matchstick Men, 2003), Cruzada (Kingdom of Heaven, 2005), Un Buen Año (A Good Year, 2006) y Gánster Americano (American Gangster, 2007). A decir verdad, no redondea una obra satisfactoria desde la ya lejana Gladiador (Gladiator, 2000). A su favor hay que decir que a los setenta años continúa siendo un cineasta formalmente impecable, poseedor de una destreza exquisita en lo que hace al encuadre, la fotografía y la edición.
Red de mentiras, en tanto propuesta de género, se cae desde el inicio y no existe
secuencia de acción que la salve. El choque entre las distintas metodologías de los personajes centrales resulta inconducente debido a la ausencia de una progresión dramática sostenida. Otro de los problemas es el “síndrome del turismo cinematográfico”, un padecimiento que suele afectar a muchas mega-producciones de la actualidad: esta arbitrariedad patética de viajar por “geografías exóticas y coloridas”, sin siquiera saber dónde estamos parados (dos tomitas acá, tres tomitas allá). Crowe por suerte no molesta tanto como de costumbre y hasta por momentos contagia la alegría. La labor de DiCaprio es para destacar: entrega otra gran actuación y se carga la película sobre sus hombros (nuevamente aparece esa izquierda moderada tan característica de Hollywood). Tenemos secuestros, torturas, asesinatos y una denuncia sutil de la impunidad de los servicios de inteligencia, aunque la mejor escena del film es un simple almuerzo familiar entre Ferris, su novia musulmana y la familia de ésta…
Título: Red de mentiras.
Título original: Body of lies.
Dirección: Ridley Scott.
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Russell Crowe, Mark Strong, Michael Gaston, Ali Suliman, Golshifteh Farahani, Sami Samir, Alon Aboutboul, Kais Nashif, Oscar Isaac, Simon McBurney y Michael Stuhlbarg.
Género: Acción, Drama, Thriller.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 128 minutos.
Origen: EE.UU./ Reino Unido.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de estreno: 27/11/2008.
Puntaje: 5 (cinco)
El staff opinó:
–¿Cómo inventar un terrorista y no morir en el intento? Ridley Scott tiene la respuesta en este film entretenido, bien actuado pero nada más.– Pablo E. Arahuete (6 puntos)
