back to top
miércoles, 8 mayo 2024
InicioCríticaLa elegida: La belleza invisible

La elegida: La belleza invisible

La elegida es la primera película enteramente estadounidense en ser dirigida por la catalana Isabel Coixet. La realizadora de La vida secreta de las palabras es una artista en permanente evolución creativa con tanta capacidad como para involucrar no sólo las emociones sino también el intelecto del público. En resumen, Coixet posee un talento prodigioso y La elegida, por si hiciera falta, vuelve a refrendarlo una vez más. La temática escogida no podía ser más universal: el arte, el compromiso afectivo, la belleza (interior y exterior), los celos, el amor, la amistad, la pasión, el erotismo, la enfermedad, la vejez y la muerte. Parece un exceso querer abarcar tanto y sin embargo nada de lo que acontece en la pantalla surge forzado en ningún momento. Un logro mayúsculo de Coixet conjuntamente con su guionista Nicholas Meyer (que ha adaptado magníficamente la novela de Philip Roth “The dying animal”). Ellos saben muy bien que las relaciones humanas siempre serán motivo de análisis para tratar de conocernos un poquito más como personas. El grado de veracidad dramática, profundidad psicológica y el arco de transformación al que son sometidos los dos personajes centrales –y muy especialmente el profesor David Kepesh al que da vida magistralmente un inolvidable Ben Kingsley- convierten a La elegida en una experiencia vital y en extremo emotiva sobre la condición humana.

El punto de vista de la historia pertenece al profesor Kepesh, un intelectual divorciado y enemistado con su único hijo (Peter Sarsgaard) que pierde el eje de su existencia al obsesionarse con una alumna de origen cubano (una voluptuosa Penélope Cruz). El problema para Kepesh es realmente complejo: está enamorado de Consuela pero es incapaz de admitirlo porque sus creencias le juegan en contra. Le lleva treinta años de edad y aunque esa distancia cronológica no fuera tal su desconfianza en el matrimonio y su escaso apego a las relaciones duraderas serían razones suficientes para determinar el fracaso amoroso ya de antemano. En una escena, Kepesh se ríe cuando Consuela le pregunta si tuvo cincuenta amantes para terminar confesándole que fueron muchas más. Para no ser menos él la interroga sobre lo mismo y en lugar de alegrarse por los apenas cinco hombres que pasaron por su vida empieza a ser devorado por los celos. De aquí en más, en cada oportunidad que se le presente, Kepesh querrá indagar un poco más sobre el pasado de la chica angustiándose de a poco e imaginando la instancia en la cual ella encontrará a alguien más joven y atractivo para pasar sus noches. Lo contradictorio es que el profesor no se permita avanzar en el vínculo con Consuela por sus tontos prejuicios (eso sí, su escala de valores es muy particular). Por ejemplo, no quiere ser presentado en sociedad por su pareja por temor al clásico que dirán. La falta de compromiso en este aspecto y la desmesurada acción de los celos precipitará lo inevitable…

Penélope Cruz cada vez que ha intentado actuar en un filme de habla inglesa jamás ha logrado destacarse como en España y sus detractores siempre están dispuestos a destrozarla por sus problemas de dicción. Tal vez por su conexión con Coixet en La elegida Cruz supera ese pequeño detalle para brindar una de las más satisfactorias actuaciones de su carrera. Su Consuela es físicamente bella pero sería un error restringirla en una sola categoría como le sucede a Kepesh. Si además de apreciarla por su cuerpo hubiese demostrado interés por conocerla interiormente habría superado una tara mental indispensable para ser feliz. Como el hombre demora en darse cuenta de las cualidades no físicas de Consuela los caminos de ambos se separan… hasta que un inesperado final le devuelve algo de dignidad a un personaje tan narcisista. De la peor manera, coincidamos, pero nadie pondrá en tela de juicio la claridad ni la sabiduría del mensaje con el que Coixet le da un cierre a la atribulada pareja. Señores espectadores: preparen los pañuelos porque La elegida es catarsis pura (y de la buena). Pueden creerme.

Título: La elegida.
Título Original: Elegy.
Dirección: Isabel Coixet.
Intérpretes: Ben Kingsley, Penélope Cruz, Dennis Hopper, Patricia Clarkson, Peter Sarsgaard, Deborah Harry, Charlie Rose, Antonio Cupo, Sonja Bennett y Chelah Horsdal.
Género: Drama, Romance.
Clasificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 112 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 20/11/2008.

Puntaje: 9 (nueve)

El staff opinó:

-Una vez más la realizadora catalana Isabel Coixet demuestra que conoce al dedillo la sensibilidad femenina y no escatima a la hora de concebir un film intimista, conmovedor y con memorables actuaciones de Ben Kingsley y la ascendente Penélope Cruz.- Pablo E. Arahuete (8 puntos)

NOTAS RELACIONADAS

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

ÚLTIMAS PUBLICACIONES

León: Un laberinto emocional